El pueblo de Granada que ha regresado al pasado para recrear una antigua práctica agrícola
Ugíjar rememora las tareas de la siega y la trilla de cebada en una era comunal situada en 'El Cerro', un lugar famoso antiguamente por sus alfareros y hornos de cerámica
Trillos, palas, horcas y horquillas, una máquina aventadora, cribas, ocho yuntas de mulos, montones de mies, gavillas, ramales… El municipio alpujarreño de Ugíjar ha celebrado ... durante dos días con mucho calor y éxito la Fiesta de la Trilla en las 'Eras del Cerro'. La organización ha corrido a cargo del Ayuntamiento, presidido por Federico López, colaborando la Diputación y la Asociación de Muleros de La Alpujarra, encargada de sembrar la cebada en el mes de octubre de 2024 en una finca situada en 'La Rambla Corlonga'. De la siega, el acarreo, y la trilla también se han encargado un gran número de muleros y agricultores de La Alpujarra, la mayoría residentes en tierras de Almería.
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El temiente de alcalde de Ugíjar, Julián Pérez, representó al Ayuntamiento en este evento. Él estuvo atento para que todo saliera a la perfección. De la seguridad pública se encargaron varios miembros de Protección Civil. Entre las personas que manejaron las yuntas de mulos y los trillos, sin ánimo de lucro, se encontraban: Adolfo, Ángela, tres hombres llamados José, Paco, Ismael, Manolo, Antonio, Rafael, entre otros expertos. Rosario y Trini se encargaron de hacer buñuelos con gran maestría, con harina, levadura, sal y agua. En la barra hubo gran variedad de tapas. Actuó el grupo 'Los Akipallá'.
Un año más en Ugíjar ha realizado todo el ritual: la preparación del terreno, la siembra, la siega, la barcina, la trilla, la separación del grano de la paja y el transporte de la cebada en sacos y la paja en herpiles. Hubo también migas y arroz casero. Varias personas prepararon a los muleros un suculento desayuno donde no faltaron el jamón, los embutidos, la ensalada de tomate de la finca de Natalio (de Válor), pan casero (en Ugíjar existen dos estupendas tahonas), pimientos y huevos con ajos fritos, chistorra y vino de la Sierra de la Contraviesa.
Según Francisco Pérez «antiguamente en el Cerro de Ugíjar había 7 eras y ahora se usa una para celebrar la 'Fiesta de la Parva'. Los agricultores las utilizaban antes por turnos, rotando. Antes se sembraban todas las fincas y ahora no. Ahora la tierra está baldía, sin producir. Y si se ha sembrado una finca de cebada ha sido para poder celebrar esta fiesta campesina. A esta zona le decían el Ojo de la Piedra. Antiguamente existían muchos mulos y se criaban marranos en las casas. Yo he sido pastor de ovejas toda la vida. Ahora uno de mis hijos se busca la vida como yo me la busqué. Yo sigo criando una hortaliza todos los años para no perder la costumbre y poder comer frutos naturales», terminó diciendo.
El teniente de alcalde de Ugíjar, Julián Pérez, manifestó junto a la era comunal que «la Fiesta de la Parva' de Ugíjar lleva celebrándose 8 años. Eso sí, con todo el ritual lleva menos, 4 años. En otros pueblos usan para trillar en esta clase de fiestas alpacas de paja. Nosotros lo hacemos con todo detalle. Muchas personas del pueblo han acudido a esta cita que se ha realizado en dos jornadas. También han asistido gentes de Mecina Bombarón, Yátor, Albuñol, Albondón, Cádiar, Válor, Yegen, Nevada, Alcolea, El Ejido, Roquetas, Adra, Laujar de Andarax, Turón y otros pueblos. A través de este evento se da a conocer a los más jóvenes lo que fue el sustento de vida de sus antepasados. Aquel trabajo era muy sufrido. Cuando comenzaron a funcionar las máquinas aventadoras propulsadas por aire para aventar la paja del grano mediante unas palas y una criba, las faenas se hicieron más llevaderas», concluyó el entrañable Julián.
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