El primer avión que sobrevoló un pueblo de La Alpujarra hizo el trayecto sin escalas desde España a América
El 'Jesús del Gran Poder' solía sobrevolar hace casi un siglo el municipio de Órgiva por ser su piloto, el capitán, Ignacio Jiménez, de este lugar
Hace 96 años, dos intrépidos aviadores, Ignacio Jiménez Martín, natural de Órgiva, y Francisco Iglesias, a bordo del avión Breguet XIX GR (Gran Reid) español ' ... Jesús del Gran Poder, realizaron una extraordinaria travesía aérea que fue conocida en todo el mundo. Según el catedrático, historiador y escritor, Juan González Blasco, «sin escalas, los capitanes, Jiménez e Iglesias, salieron de Sevilla y llegaron a Brasil. Toda una proeza. Despegaron de Sevilla el día 24 de marzo de 1929. El avión sobrevoló la ciudad cuando las cofradías iban en procesión por las calles, el paso de la Sagrada Cena se detuvo mientras los penitentes lo veían pasar y rezaban por el feliz éxito de la prueba», relató.
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«La travesía del Atlántico –siguió diciendo González Blasco- duró veinte horas y, pese a los vientos contrarios y tormentas que lo acosaron durante el viaje, el avión pudo cubrir de un tirón los 6.746 kilómetros. Al llegar el avión a Río de Janeiro fue escoltado por seis aparatos brasileños, recibiendo el homenaje colectivo del país. Después continuaron sus proezas con los viajes Río de Janeiro-Buenos Aires-Santiago de Chile y Panamá-Guatemala-La Habana. Algunos orgiveños en Cuba no dejaron de enviar a sus familias la típica postal de recuerdo de la llegada a La Habana del 'Jesús del Gran Poder', que tuvo lugar el 17 de mayo de 1929», ha indicado.
Según González Blasco «no solo aterrizaban en aquellas tierras los dos aviadores más famosos del mundo, a La Habana llegaba el capitán Ignacio Jiménez, de familia y ascendientes orgiveños. Tal proeza revestía aún mayor interés para los alpujarreños emigrantes, como detallan al dorso algunas de tantas postales enviadas desde La Habana a Órgiva y a otros pueblos de la comarca. El éxito mundial del vuelo Sevilla-América motivó que la corporación de Órgiva, presidida por Ernesto Villanueva, en junio de 1929, rindiera un homenaje popular a los ilustres capitanes, uniéndose así a los existentes en España y el extranjero, además de poner sus apellidos a una céntrica plaza de Órgiva, conocida entonces como Placeta del Horno, y declararles hijos adoptivos de Órgiva», ha señalado..
«El capitán Jiménez –según González Blasco- fue un enamorado de su pueblo de Órgiva. Solía acudir a su pueblo en época de vacaciones. Cuando visitaba Órgiva el famoso aviador siempre hacía pasar su avión entre las torres gemelas de la iglesia, inclinando lateralmente el aparato para no chocar con ellas, y en dirección al milenario almecino, lugar donde vivía su familia. La primera vez que el capitán Ignacio Jiménez sobrevoló Órgiva, en una mañana soleada, sorprendió a todo el vecindario al atravesar con su avión las torres de la iglesia una y otra vez, lo hacía porque quería llamar la atención de su tía Maria Arenas, que estaba en compañía de Isabelica 'La Pinilla', para saludarle. Todos los orgiveños, aquel día, dirigieron sus miradas al cielo, es decir, a las torres de la iglesia y el almecino», terminó diciendo
«Nadie daba crédito de lo que veía. Un audaz piloto introducía su avión por encima de la cruz de piedra que corona el frontón de la iglesia. Las dos buenas mujeres, asustadas, que no sabían quién era el aviador, les hacían señales a su paso y les decían: ¡locooo…! ¡Que te vas a matar! ¡No sigas! Después de varias vueltas, Maria Arenas, vio que era su sobrino y mediante saludos con sábanas blancas y sus brazos en movimiento, ambas mujeres les dijeron adiós. En otra ocasión, Ignacio Jiménez se desplazó desde Madrid para estar presente en el día de la 'bajada' del Señor de la Expiración (desde su camarín al altar mayor), del que era muy devoto, como su padre Ignacio Jiménez Arenas, que fue teniente coronel de Administración Militar».
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«Ignacio llegó al aeródromo de Armilla a las doce menos cuarto y, ante la imposibilidad de llegar a Órgiva a las doce en punto decidió estar presente desde el aire. Una vez terminada la 'bajada', el fuego, las tracas y cohetes, volvió a meterse con su avión entre las torres gemelas. Unos meses después, en la real feria de ganado de Órgiva, los dos pilotos fueron homenajeados. El avión 'Jesús del Gran Poder', procedente de Madrid cruzó Granada y voló sobre la población de Órgiva. El espacio que le habían preparado para aterrizar no reunía las condiciones. Desde Armilla viajaron en vehículo con el decano del Colegio Notarial, García Trevijano. Los dos aviadores fueron recibidos por las autoridades y el pueblo en masa en la caseta del casino, en la Plaza García Moreno. El día 30, una escuadrilla de aeroplanos sobrevoló Órgiva. Asistieron infinidad de autoridades de Granada y provincia», terminó diciendo Juan González Blasco.
El 'Jesús del Gran Poder' se destacó por sus hazañas en vuelos de larga distancia. Actualmente se encuentra en el Museo del Aire de Madrid. Fue construido en los talleres de Construcciones Aeronáuticas de Getafe. Tiene una envergadura de 16 metros, pesó vacío de 2.000 kilos y 5.200 kilos a plena carga. Funcionó con un motor Hispano Suiza 12 Ib de 600 CV. El vuelo de prueba tuvo lugar en 1928, batiendo un récord nacional de duración, con 28 horas. En 1929 aterrizó en Bahía (Brasil) tras recorrer 6.716 kilómetros, consiguiendo en el primer avión español en lograrlo.
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El capitán Ignacio Jiménez Martín vio la luz primera en Órgiva, en 1898, y falleció en Madrid en 1959. Su padre fue el militar Francisco Jiménez Arenas. Ignacio ingresó en la Academia de Infantería en 1914, siendo destinado en 1917 al Grupo de Regulares Nº 4, en Larache, donde permaneció hasta 1919. En octubre de ese mismo año ingresó en el Aeródromo de Cuatro Vientos para realizar un curso de observador de aeroplano. En Getafe realizó el curso de piloto obteniendo el título en mayo de 1920, siendo destinado al Aeródromo de Tetuán. En este lugar participó en numerosas misiones de reconocimiento y bombardeo, recibiendo varias felicitaciones de sus superiores.
En 1921pasó a Tablada de profesor de vuelo, regresando a Marruecos en 1922. En 1923 sufrió un grave accidente de vuelo. Ascendió a capitán en 1925, estableciendo el record de España de permanencia en el aire, en 12 horas, marca batida por él mismo dos días más tarde, consiguiendo el récord de 13 horas y media. Después regresó a Melilla, participando en el desembarco de Alhucemas. Más adelante el ilustre orgiveño Ignacio Jiménez, tras varias hazañas, fue nombrado jefe de la segunda escuadrilla del quinto grupo, ocupando posteriormente la Jefatura de la Escuela de Guadalajara. Junto a su compañero, Francisco Iglesias Brage, este excelente militar de La Alpujarra realizó la travesía entre Sevilla y Bahía, hace ahora 96 años.
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