El eterno pastor de Granada en lo alto de la montaña

Francisco, con grandes conocimientos en la siembra, cosecha, manejo de herramientas y cuidados de animales, ha cosechado patatas, trigo, cebada, habichuelas, cebollas, coles, pimientos, tomates, ajos… Durante mucho tiempo tuvo dos mulos para arar, trillar, transportar mercancías y realizar otras faenas. Cuando Francisco era joven sus padres cebaban varios cerdos con productos naturales para consumirlos durante todo el año. Francisco se acostumbró desde pequeño a la vida dura y al esfuerzo físico, con una gran capacidad de adaptación a diferentes circunstancias. Aunque anda con paso firme y ligero se hace acompañar de una varilla.

Cuando Francisco Sánchez era un mozalbete se labraba todo el campo de Mecina Bombarón, había muchos pastores y unas 500 vacas. Francisco se hizo un experto en arar con una pareja de vacas, que araban a tiro fijo, diferente a los mulos que paran más pronto cuando se les manda. Francisco, cuando más joven ha transpuesto andando a las fiestas de Bérchules, Yegen, Montenegro, Cádiar, Yátor, Yegen, Válor… En aquellos tiempos corría como las liebres. Francisco conoce la sierra de Mecina Bombarón como la palma de su mano. Hasta el Peñón del Puerto ha llegado a música de talón.

Antiguamente la abundancia de agua estaba asegurada en Mecina Bombarón y otras zonas. Ahora, según algunos entendidos, el cambio climático ha afectado los patrones de precipitación, resultando en menos nieve y lluvia en algunas áreas. Cuando Francisco era joven nevaba y llovía mucho en Mecina Bombarón y otras zonas. Las fincas y los enormes castaños centenarios se mimaban mucho. También los caminos, senderos, eras, balates, acequias y bancales se cuidaban mucho.

Francisco Sánchez es alto y enjuto. Su estatura es superior a la media. Él se conserva muy bien de salud porque siempre ha comido productos naturales del campo y ha andado y sigue andando mucho. A este hombre todo el mundo le quiere y respeta. Es una persona que goza de buena reputación y tiene relaciones positivas con su entorno, gracias a su comportamiento respetuoso y amable. Su vida, desde chico, estuvo ligada a la ganadería y la agricultura.

Francisco siempre ha vivido en contacto con la naturaleza. El campo de Mecina Bombarón fue el lugar donde encontró, identidad y felicidad. Francisco ama el campo como el que más. Ahora recuerda con nostalgia su tiempo como agricultor y pastor en la sierra, evocando imágenes imaginarias de su vida en contacto con el campo y el cuidado del ganado. La experiencia como campesino y pastor, forjó su carácter y le dejó recuerdos imborrables.