Metro paralizado por el apagón. LAURA VELASCO

Apagón en Granada

Un náufrago en silla de ruedas en mitad de Granada y la chica del plátano

Un vecino de Maracena con una severa discapacidad deambula por la capital durante horas víctima de la desconexión y la falta de transporte

Jorge Pastor

Granada

Jueves, 1 de mayo 2025, 00:47

José Ramón es un vecino de Maracena que se mueve en una silla de ruedas eléctrica, al padecer una lesión medular que le mantiene paralizadas ... dos terceras partes de su cuerpo. Salió de su hogar el 28 de abril para acudir al fisioterapeuta a las 9.30 horas y no pudo regresar hasta las 21.30. Y lo peor de todo, desde la hora que estalló el apagón del siglo, a las 12,30, se convirtió en un náufrago en mitad de la capital granadina. El metro se paró y no tenía cobertura en el móvil. «Salí de la consulta en el Zaidín y me metí en el metro en la parada de la Hípica a las 12.20, pero a los cuatro minutos nos conminaron a abandonarlo alegando que se había producido una bajada de tensión», explica José Ramón, quien decidió hacer tiempo para ver si la crisis se resolvía.

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«Sin posibilidad de conectar con mi familia, decidí regresar de forma paralela al trazado del tranvía, por si empezaba a funcionar, siendo consciente de que la silla tenía en ese momento una autonomía de cinco kilómetros, insuficiente para llegar a Maracena», relata José Ramón. Y así fue como arribó a las 14.45 horas hasta el apeadero de Renfe, en el campus universitario de Fuentenueva, donde decidió esperar a un eurotaxi –un vehículo adaptado para personas con movilidad reducida–.

Indignación y chasco

«Era un punto estratégico para mí porque a las 18.00 horas tenía que sondarme y el Ruiz de Alda estaba cerca». Y finalmente tuvo la fortuna de localizar uno, una furgoneta. La suerte se convirtió en decepción en pocos minutos. Priorizó, según José Ramón, un servicio de larga distancia. Optó por llevar a unos clientes a Barcelona. Entre la indignación y el chasco, se acercó hasta un policía nacional del dispositivo desplegado en la Estación de Andaluces.

El móvil del agente tenía cobertura a ratos José Ramón consiguió hablar con su mujer. Mientras él se sondaba en el coche, se dirigieron a su domicilio en Maracena . La pesadilla continuó. «Vivo en un tercero y no funcionaba el ascensor, por lo que buscamos un auxilio que no encontramos», asegura.

A las 20.00 horas decidieron irse a Albolote para pasar la noche en una habitación de hotel. Y ahí, en Albolote, fue cuando se toparon con sus salvadores, cuatro miembros de Protección Civil que, al no poder contactar con sus compañeros de Maracena, decidieron acompañarle y subirlo a pulso hasta su casa.

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José Ramón recuerda con agradecida emoción la ayuda de los voluntarios y también el gesto de una adolescente que, al verlo solo e incomunicado en la estación del metro de la Hípica, le ofreció un plátano.

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