Un interno intenta 'colar' en la cárcel de Albolote heroína, cocaína, hachís y pastillas ocultas en el recto

Según ha podido saber IDEAL por fuentes del entorno de la cárcel, los hechos ocurrieron durante las labores de control y observación habituales realizadas por el personal penitenciario, que detectó un comportamiento anómalo en el recluso una vez finalizada la visita. Ante las sospechas fundadas, se activaron los protocolos establecidos, y tras la oportuna atención médica, se procedió a la recuperación de varias cápsulas que el interno portaba de forma intraorgánica.

El contenido de las cápsulas incluía heroína, cocaína, hachís y diversas pastillas, cuya composición y cantidad exacta están siendo analizadas por las autoridades competentes. Todos los elementos incautados han sido puestos a disposición judicial.

La actuación ejemplar del personal funcionario evitó la entrada de estas sustancias al centro, lo que refuerza el papel fundamental que desempeñan en la seguridad, la prevención del tráfico de drogas y la protección de la salud del resto de internos, tal y como recuerdan desde el centro penitenciario.

La dirección de la prisión reconoce la labor de los trabajadores implicados y destaca su profesionalidad, capacidad de reacción y compromiso constante con el buen funcionamiento del establecimiento penitenciario.

Hace dos meses, funcionarios del centro penitenciario de Albolote también evitaron que un interno metiese objetos prohibidos en la prisión dentro de su propio cuerpo, en concreto, nueve bellotas de hachís, un teléfono móvil y un cargador. Los había introducido en el recto después de un vis a vis con su pareja, en el que presuntamente la mujer le había proporcionado el material, según fuentes del entorno de la prisión.

Ocurrió durante un control rutinario en la cárcel granadina. Tras el encuentro entre ambos, los funcionarios se apoyaron en la unidad canina, de gran utilidad para comprobar que todo está en orden. El animal marcó al interno y sospecharon que había introducido algo prohibido. En consecuencia, le realizaron una prueba de rayos X -conocida en ese contexto como placas- y, tras detectar los objetos, el preso acabó entregándolo.