Inseguridad, okupas y drogas a cien metros de Puerta Real

No es su único movimiento. También han comenzado una campaña de recogida de firmas portal por portal, piso por piso y comercio por comercio, para hacer fuerza. Ya llevan una treintena de firmas en un barrio que es pequeño, con lo que se puede afirmar que para empezar es un número suficientemente representativo.

El barrio, que pertenece administrativamente al Realejo y al que muchos llaman 'Realejo bajo' se encuentra delimitado por la Carrera de la Virgen, la plaza Mariana Pineda, el Cuarto Real de Santo Domingo y el Paseo del Salón. Es un entramado urbano semipeatonal con un vecindario asentado y que en la mayoría de los casos lleva viviendo en estas calles prácticamente toda su vida.

Es el caso de Pilar, que vino a vivir a la calle Concepción cuando contaba dieciocho años de edad y ahora, con 65, no reconoce el estado en que se encuentra su barrio. «Yo he visto crecer a mis hijos en estas calles. Entraban, salían, y era uno de los mejores lugares de Granada. Pero ya no lo es. Ahora, estás en casa y escuchas cualquier ruido y ta te entran los nervios por lo que pueda pasar».

Se refiere a la última sucesión de acontecimientos que han marcado el día a día en el barrio de la Virgen. La razón de su protesta y de la campaña de recogida de firmas. En lo que va de año, ya se han producido hasta cuatro okupaciones de viviendas con al menos tres desalojos por parte de la Policía Nacional y Local, cuentan con un prostíbulo en la calle Concepción que según afirman es fuente constante de problemas de sus clientes con el vecindario y hay también una especie de fumadero de droga con el mismo problema que en el anterior caso.

La conclusión es que «el incivismo y la mala vecindad se ha instalado en el barrio de la Virgen. Hay inseguridad, drogas, okupas y suciedad», comparten al alimón Pedro y María Jesús. Además, el primero sufre personalmente la okupación en una vivienda junto a su portal. «Les he denunciado en el juzgado para que los echen porque hay suciedad e inseguridad por todos lados. No en vano, ahí mismo detuvieron al presunto asesino del exconcejal Castillo Higueras, algo que les ha determinado para acentuar su protesta.

Mientras en la vivaracha Plaza Mariana Pineda la gente pasea, las calles que entran en el barrio de la Virgen se desmoronan en civismo y convivencia. Las firmas recogidas van a ser enviadas al juez que estudia la nueva denuncia por otro caso de okupación. Pedro, María Jesús y el resto de vecinos y comerciantes esperan con impaciencia las medidas oportunas para vivir en paz.