Tráfico en Granada

El informe de la zona de bajas emisiones descarta un impacto negativo sobre los comercios de Granada

El documento, al que ha podido tener acceso este periódico en exclusiva, forma parte del expediente que el área de Movilidad, que encabeza la popular Ana Agudo, presentará al resto de la corporación en los próximos días previo a su aprobación. Se trata de un análisis clave para la instauración en abril de las medidas, que pretenden una reducción de las emisiones y una mejora de la calidad del aire, tal y como demandan las autoridades europeas. Realizado por una empresa externa, la memoria parte del plan ideado por el Consistorio y analiza tanto el impacto presupuestario que tendrá para las arcas municipales como las consecuencias en la competencia, el mercado, los grupos sociales de mayor vulnerabilidad o el coste-beneficio.

El estudio despeja las dudas que existían sobre el efecto que pudiese tener la limitación sobre los comercios granadinos. A partir de los datos de aforo obtenidos por Movilidad a lo largo del último año, detalla que solo el 10,4% de los coches que acceden recurrentemente a Granada dejarían de hacerlo por las restricciones. No obstante, el informe aclara que no todos esos vehículos entran por motivo de compra, ocio u otros servicios. La gran mayoría, como se desprende de las encuestas realizadas, corresponde a desplazamientos por trabajo. Hasta un 70,8% frente al 14,9% que lo hace por motivos de ocio o el 1,1% que lo hace por compras.

La encuesta, de hecho, ofrece más detalle aún sobre los viajes. Si se consideran solo los vehículos sin etiqueta no residentes en Granada, un conjunto que englobaría solo a las personas que no podrán acceder con ese coche a partir de abril, solo el 12% accede para comprar en los comercios de la capital. Es decir, que, en relación con los negocios, apenas un 1,3% de los coches que entran a diario a la ciudad no podrán seguir haciéndolo de esta manera, aunque sí tendrán a disposición otras fórmulas como aparcar en los parkings de borde o usar los sistemas públicos de transporte.

El estudio reconoce que las zonas de bajas emisiones ya planteadas en otros lugares suponen un cambio en los hábitos de movilidad, lo cuál puede repercutir sobre el comercio «con unos impactos tanto positivos como negativos». No obstante, dado el sistema de transportes con el que ya cuenta la ciudad, la distribución de los comercios y, en especial, el bajo número de vehículos que resultarán afectados por las limitaciones, los autores del informe se decantan por una perspectiva favorable para los negocios.

Para llegar a esta conclusión, el documento aprovecha los datos del último Plan Estratégico de Comercio Municipal de Granada para ubicar los principales nodos comerciales. Centro-Sagrario es la zona con mayor concentración de negocios, seguida de Camino de Ronda, San Matías-Realejo, Fígares y Zaidín-Vergeles, que se consideran zonas de concentración media. Si se tienen en cuenta las grandes superficies alimentarias (hipermercados, supermercados, etcétera) y los mercados, las áreas principales se distribuyen de igual forma.

Al compararlas con las zonas de influencia de los parkings de borde, todos los nodos comerciales, salvo San Matías-Realejo, quedarían a menos de 15 minutos andando para aquellos clientes afectados por las restricciones.

El estudio, no obstante, apunta además a la buena conectividad que presentan ya los aparcamientos de borde. Como refiere, en un intervalo inferior a cinco minutos andando desde los mismos se localizan cinco estaciones de metro y 58 paradas del bus. Si se sube el rango a 10 minutos andando, hay 9 estaciones de metro y 138 paradas del bus.

En declaraciones a este periódico, la concejala de Movilidad, Ana Agudo, destaca que el informe «confirma la percepción que teníamos sobre las áreas comerciales y los hábitos de movilidad en la ciudad al revelar que son bastante sostenibles, con mucho viandante, mucho uso del transporte público para llegar al Centro y sí, una parte de transporte privado que viene de fuera de Granada a la que sí le afectará, pero en un porcentaje muy pequeño, de apenas el 1%, que es prácticamente ínfimo».

La responsable reconoce que la información expuesta en el informe y sus conclusiones está sirviendo al área para «modular» la zona de bajas emisiones, agregando excepciones con las que resolver casuísticas concretas. Se trata, según señala, «de un proceso cíclico de mejora, que se inició con el procedimiento en febrero del año pasado con una propuesta que hay que recordar que surgió de un estudio previo del tráfico y que, tanto a través de la participación ciudadana, mediante las alegaciones que se están haciendo a la nueva ordenanza, como en las conversaciones que hemos tenido a raíz de este informe con comerciantes, por ejemplo, estamos detallando ahora de manera más fina». «La intención», como explica, «es seguir equilibrándolo, introduciendo matices antes de su puesta en marcha».

Sobre el temor que genera la limitación, Agudo llama a la calma y recuerda que «la gran mayoría de la gente no se va a ver impactada». «Granada tiene las puertas abiertas al Área Metropolitana y no es cierto que estemos poniendo una barrera. Estamos cumpliendo una normativa que se nos exige, pero que, como revela el informe, afecta a un porcentaje muy pequeño con coches muy contaminantes», aclara.

La concejala recuerda, no obstante, que aquellos que no puedan seguir entrando porque tengan un vehículo contaminante que no pueda aprovechar algunas de las excepciones ya planteadas «hay una batería de medidas que se pueden usar para llegar a Granada, incluyendo parkings de borde con tarifas muy competitivas y bien conectados con el transporte público o un sistema interurbano que conecta perfectamente».