Lucas Cagigas, coordinador general de estudiantes de la UGR. Alfredo Aguilar
Alquiler en Granada

«Es imposible encontrar un alquiler decente para universitarios»

Los estudiantes de último curso de la UGR compadecen a quienes empiezan a vivir este año en la capital por los desórbitados precios a los que se enfrentan sus compañeros

Lunes, 24 de junio 2024, 00:17

Los estudiantes de último curso de la UGR compadecen a quienes empiezan a vivir este año en la capital por los desórbitados precios a los ... que se enfrentan sus compañeros. Ellos mismos han vivido en primera persona el gran incremento y reconocen haber enfrentado con dificultades económicas estos últimos meses. Muchos dependen de la cuantía económica de la beca y de la ayuda de sus padres, unos gastos cada vez más «insostenibles» para sus familias, sobretodo si tienen más hermanos. «Los sueldos no son suficientes para costear estas cifras», explica el coordinador de la delegación de estudiantes de la UGR, Lucas Cagigas. «No nos lo podemos permitir», añade.

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A su indignación, se suman las malas condiciones en las que se encuentran muchos de estos pisos. No solo cuentan con mobiliario antiguo, tampoco tienen calefacción. «Es imposible encontrar un alquiler decente para universitarios. Los pisos reformados establecen como requisito que seamos trabajadores. No quieren estudiantes», expresa el portavoz de los universitarios. Denuncian así un veto que dificulta aún más su acceso a estos alojamientos. Los principales motivos que exponen los arrendatarios son el ruido y las quejas vecinales por parte de las comunidades de vecinos.

Unas «excusas» que los estudiantes afirman que «pagan todos», cuando desde hace años se establecen unas condiciones para los universitarios y cuando la mayoría respetan horarios y medidas. Según declaran los estudiantes, las pocas alternativas por debajo de los 300 euros que encuentran son en pisos compartidos que cuentan con un solo baño y en el que tienen que convivir con hasta cinco o seis personas.

Sin cambio

La imposibilidad de encontrar un piso afecta también a aquellos que viven ya en la capital, pero que desean cambiar de residencia e instalarse en una que esté en mejores condiciones o mejor ubicada respecto a sus facultades. Este es el caso de Álvaro. Cursa su tercer año de magisterio y reconoce que intentó cambiarse de piso, pero que al ver el panorama y encarecimiento abandonó esa opción. «Mis compañeros y to estuvimos seis meses mirando ofertas, pero no conseguimos nada», declara. Finalmente, optaron por quedarse donde estaban.

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