Imitad al granadino que es hombre de ciencia y ficción

Rincones al descubierto ·

Emilio Herrera fue uno de los pioneros de la areonáutica española. Un adelantado a su época, un visionario con una irrefrenable pasión por los vuelos en globo, dirigible y avión. Un hombre de honor que, general del ejército del aire y monárquico convencido, se mantuvo fiel a la República

Lunes, 17 de agosto 2020

Los norteamericanos utilizan la expresión 'larger than life' para referirse a personalidades exuberantes y desmesuradas cuyas biografías, a todas luces excesivas, desbordan los límites una ... existencia convencional. Escritores como Hemingway o cineastas como Orson Welles y John Huston serían un buen ejemplo.

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El periodista Tom Wolfe dedicó uno de sus grandes libros, 'Lo que hay que tener', a los auténticos protagonistas de la carrera espacial norteamericana: aquellos astronautas que venían del mundo de la aviación, pilotos de pruebas que, además de valor, tenían destreza, orgullo y el particular sentido del humor de quienes arriesgan su vida, uno día tras otro, en el ejercicio de su profesión.

Frente a la tumba de Emilio Herrera Linares, en el granadino cementerio de San José, el viajero trata de imaginar lo que había pensando el padre del Nuevo Periodismo sobre el portentoso epitafio escrito en su lápida: «No lo lloréis, imitadlo». Y sospecha que habría sonreído.

Nacido el 13 de febrero de 1879, Emilio Herrera Linares fue un granadino más grande que la vida, aunando en una misma persona al hombre de ciencia y al hombre de acción. El viajero que no conozca su trayectoria alucinará en colores leyendo la lista de méritos que figura en el monolito que hay junto a su tumba, parte de los que hemos reproducido en pieza aparte.

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El viajero puede comenzar la visita a la Granada de Emilio Herrera en su última morada, allá arriba, lo más cerca posible del cielo. A partir de ahí, en un sencillo viaje en el tiempo, descubrirá su rastro a través de varios espacios granadinos poco turísticos y muy diferentes a los habituales.

Por ejemplo, en el Campus de Fuentenueva, en la esquina de la calle Alcalde Yoldi Bereau y la propia Avenida que da nombre al recinto universitario. Allí se encuentra una egregia escultura que muestra al militar, científico y pionero granadino vestido con sus ropas de aviador y, en las manos, la escafandra que tan famoso le hizo, antecedente de las usadas por la NASA en sus misiones espaciales.

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Se trata de una soberbia escultura cuyo diseño pertenece a Balbino Montiano Benítez y a Antonio Martínez Villa, encargada por la Universidad de Granada con motivo de la celebración del Año Emilio Herrera, y que contó con la participación de los estudiantes de la facultad de Bellas Artes que cursaban la asignatura 'Procesos y técnicas de reproducción escultórica: fundición'. La inauguración de aquella escultura coincidió con la presentación del libro 'Del aire al más allá', autobiografía del protagonista cuya edición corrió a cargo de Carlos Lázaro y África Real.

El viajero hará bien en utilizarla como guía para adentrarse en la vida de un Emilio Herrera que se muestra tremendamente generoso con sus compañeros, también pioneros, en el mundo de la aeronáutica española. Resulta emocionante, por ejemplo, cuando recuerda a otro granadino, Luis Dávila Ponce de León, que «creó el aeródromo de Granada, en Armilla, en el que murió carbonizado en un accidente de aviación, recibiendo aquel campo de aviación el nombre de Aeródromo Dávila, nombre que ha caído injustamente en desuso».

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El viajero puede disfrutar de la lectura en alguna recacha de la Plaza General Emilio Herrera, muy cerca del río Genil, en el corazón del barrio Fígares, uno de los más castizos de Granada. Hará bien en disfrutar de una caña de cerveza y una buena tapa en cualquiera de sus bares y terrazas.

Méritos de Herrera

–Ingeniero militar y aeronáutico.

–General de aviación.

–Fundador y director de la Escuela de Aerotécnica.

–Vicepresidente de la Sociedad –Matemática de España.

–Fundador y director del laboratorio aerodinámico de Cuatro Vientos.

–Miembro de la Sociedad Geográfica de España.

–Acedémico de Ciencias Físicas, Exactas y Naturales.

–Laureado de la Academia de Ciencias de Francia.

–Caballero Legión de Honor.

–Caballero Gentilhombre de Cámara de S.M. Alfonso XIII.

–Fundador y presidente del Ateneo Iberoamericano de París.

–Presidente del Gobierno de la II República en el exilio.

Y desde allí, continuar hasta el Parque de las Ciencias, donde el viajero encontrará una fiel reproducción del traje diseñado por Emilio Herrera para llegar a la estratosfera, ascensión de 26.000 metros de altura que pensaba hacer en globo, una de las acreditadas especialidades del aventurero granadino, en el año 1936. El estallido de la Guerra Civil dio al traste con aquel proyecto.

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El viajero encontrará en el Parque de las Ciencias una exposición dedicada a 'Vivir en el espacio. Desafío del siglo XXI', en la que el prototipo diseñado por Herrera Linares ocupa un lugar de excepción, copiado e imitado por los técnicos de la NASA en el desarrollo de sus trajes espaciales. De hecho, la agencia espacial norteamericana trató de que el granadino trabajara con ellos, pero la negativa de los yanquis a llevar una bandera española si alguna vez trataban de llegar a la luna dio al traste con aquella colaboración, tal y como recordaban los creadores de 'El Ministerio del Tiempo' que, en su cuarta temporada, le han dedicado uno de los mejores y más emotivos episodios de toda la serie.

Sirva este paseo por la Granada de Emilio Herrera para homenajear a uno de sus vecinos ilustres y con una vida más apasionante y apasionada, auténtico hombre del Renacimiento cuyo ejemplo debería ser, efectivamente, más y mejor imitado.

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Emilio Herrera, estrella de un cómic de 'El Ministerio del Tiempo'

La primera aparición de Emilio Herrera en la serie 'El Ministerio del Tiempo' no fue en televisión: rompiendo moldes, como era habitual en él, debutó en el universo ministérico en un cómic titulado 'Mi tiempo se agota', con guion escrito por Javier Olivares, creador de la serie; y por su guionista habitual, Pablo Lara, 'descubridor' del personaje. Al final del tebeo, Emilio Herrera recibe un regalo muy, muy especial: una piedra lunar. Es una de esas dulces venganzas que tanto gustan a los creaodres de la serie. El dibujo está a cargo de Jaime Martínez y el color, de Santiago Ramos.

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