Identifican al hombre que murió arrollado cuando caminaba por la autovía de Granada en diciembre

Pasados unos días sin que hubiera noticias de posibles allegados del difunto, la Guardia Civil, que se había hecho cargo de la investigación, tomó muestras de ADN del fallecido para indagar si coincidían con los de alguna persona cuya desaparición hubiese sido denunciada. IDEAL publicó entonces una noticia dando cuenta de las pesquisas que estaban llevando a cabo los agentes del instituto armado para esclarecer el misterio. Esa información llegó a unos vecinos de la localidad de Iznalloz que sospechaban que podría tratarse de un pariente suyo, según dijo a este periódico el portavoz de la Benemérita de Granada.

En este sentido, contactaron con los agentes de la Guardia Civil para expresarles sus temores. Ya en las dependencias del instituto armado, los investigadores mostraron una fotografía del finado a los ciudadanos en cuestión. Lo reconocieron. Era su primo. También vivía en Iznalloz y tenia 53 años.

Al parecer, el hombre solía desaparecer del pueblo con cierta frecuencia sin informar a nadie de su destino, de ahí que sus familiares no lo echasen en falta. Fue al leer las informaciones de este diario sobre el siniestro cuando acudieron a la Guardia Civil.

El accidente fue espantoso. Eran las diez y media de la noche del 7 de diciembre, cuando un vehículo que circulaba por la A-44 y no pudo evitar arrollar a un varón que inexplicablemente caminaba por la autovía. Instantes después, un segundo automóvil impactó con el cuerpo del peatón.

Los servicios de emergencia nada pudieron hacer por la persona atropellada, mientras que los conductores de los coches afectados sufrieron un 'shock' por la traumática experiencia. La Guardia Civil los exoneró de cualquier responsabilidad en el dramático accidente.

En las jornadas posteriores al fatal percance, la Benemérita no recibió ninguna denuncia por desaparición que sirviera como hilo del que poder tirar para identificar al fallecido.

Para intentar avanzar en la resolución del dramático suceso, los investigadores del instituto armado tomaron muestras de ADN del cadáver para, llegado el caso, compararlas con la de personas que figurasen como desaparecidas.

Las informaciones sobre esas pesquisas fueron, a la postre, las que alertaron a los allegados del difunto de que la víctima podía ser su primo.