Los hoteles de Granada asumen que no tendrán reservas hasta la primavera
Dejaron de admitir clientes tras el cierre de la provincia y prevén el mes de abril como fecha para la vuelta. Hablan de «incertidumbre» y «situación dramática»
Los hoteles de la provincia viven una situación «dramática» y no ven luz al final del túnel de la pandemia. El 90% estaban ya ... clausurados antes de que la Junta de Andalucía decretase el cierre de los establecimientos no esenciales hace dos semanas. La «incertidumbre» de normas y fechas de esta segunda ola de la pandemia apenas les permite hacer previsiones. Quienes se aventuran a mirar hacia el futuro asumen que hasta el mes de abril no podrán abrir sus puertas con cierta normalidad. Su 'cerrojazo' se había anticipado a la clausura perimetral de Granada y el Cinturón, el día 26 de octubre, cuando cancelaron las pocas reservas que estaban gestionando para estos meses.
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Nueve de cada diez hospedajes –en Granada hay 705– cesaron su actividad o la mantuvieron 'a demanda', con sistemas automatizados para la entrada y salida de clientes o, en el caso de los pequeños, dispuestos a abrirlos con la mano de obra justa –los dueños– si había peticiones de reserva. De los establecimientos de las grandes cadenas sólo estaban operativos algunos como el Luna, el Washington Irving, el Victoria o el Catedral.
El resto no admitía huéspedes. El hotel Leonardo –el antiguoVincci– quedó tapiado para evitar daños en la puerta de entrada o el interior del hotel. En el hotel San Antón hay unos plásticos negros que cubren la entrada. Su web y el cartel a las puertas anuncian diciembre como fecha para la reapertura. En el Reino de Granada, en Recogidas, la puerta de cristal está tapada con dos maceteros. Otros, como el Alhambra Palace, aprovechan para hacer obras.
El presidente de la Asociación Provincial de Hospedaje de Granada, Gerardo Castilla, lamenta que «el panorama, en realidad, no está ni para hacer reformas ni para nada, está para intentar no cerrar para siempre». Las grandes cadenas, explica, piensan en abrir a finales de marzo o en abril. En el caso de los pequeños alojamientos, la capacidad de maniobra será mayor cuando llegue una apertura de la provincia, quizá tras el puente de la Constitución: pueden optar por automatizar la entrada y salida de los visitantes o seguir cerrados y abrir sólo si llega alguna reserva. La clientela durante las últimas semanas ha sido escasa: parejas, familiares de enfermos hospitalizados, trabajadores sanitarios o de algún servicio esencial.
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Algunos hoteles han optado por automatizar la entrada y salida de clientes para no sacar del ERTE a los trabajadores
Hay hoteles en la provincia que desde la primera entrada en estado de alarma, el pasado 14 de marzo, han ocupado sólo una o dos habitaciones. El futuro es poco prometedor: «Vamos a tardar uno o dos años, al menos, en recuperar las ocupaciones previas al coronavirus». Tras la desescalada, en verano abrió en torno a la mitad de los hoteles; a finales de octubre, el cierre ya era masivo.
En esta situación, los negocios dejaron de facturar y sólo acumulan deudas. El objetivo para las empresas hosteleras es «subsistir» ante este «desastre sin paliativos». Castilla cree que puede desaparecer un 50 o 60% de los establecimientos si no hay un «rescate claro y contundente por parte de la administración». El portavoz de la asociación aboga por mantener los ERTEs, «a coste cero para la empresa». También reclama que los ICO se reestructuren, «pensando en la gravedad y dimensión de la pandemia», con nuevas líneas de financiación para las empresas. Asimismo, sugiere leyes que permitan negociar los arrendamientos de los hoteles a la baja.
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Cada día, la asociación recibe nuevas consultas jurídicas de gerentes que preguntan por preconcursos de acreedores y preguntan por posibles situaciones de quiebra.
Tragedia
El secretario general de la FederaciónProvincial de Empresas de Hostelería yTurismo, Antonio García, habla de «dramatismo» y «verdadera tragedia». Especialmente, en los hospedajes pequeños, de dos o tres estrellas. «El día 14 de marzo tuvimos una parada, nos fuimos de cien a cero. Y esos pequeños establecimientos no han facturado nada. Algunos abrieron después del confinamiento, pero han comprobado cómo no les llegaba ni una reserva», concluye.
En una noche de hace tres semanas, al hotel Carlos V llegó una reserva de última hora. ManuelEscribano, responsable del negocio, subió a su patinete y se desplazó hasta allí para recibir a la pareja, que pagó 19,96 euros por la estancia. Otro día, a las dos de la madrugada, tuvo que ayudar a otros visitantes que tuvieron un problema con la llave. El hospedaje funcionó 'a demanda', cerrado, pero atendiendo a las escasas reservas puntuales que están llegando desde que el 16 de marzo cerró sus puertas.
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Los trabajadores –16 entre este hotel y el Molinos, que también regenta Escribano– están en ERTE, y son él y su hijo quienes se hacen cargo de la limpieza y recepción cuando es necesario. «Teníamos las expectativas puestas en octubre. Ahora también calculamos volver entre abril y marzo», explica Manuel. Para el puente del Pilar abrieron el hotel Molino, y sacaron del ERTE a una limpiadora, pero no tuvieron más remedio que volver a cerrar una semana antes de que fuese obligatorio.
Asegura que en todo este tiempo no han recibido ninguna ayuda pública, salvo la del arrendador de uno de los hoteles. Sigue pagando los seguros sociales de los empleados en ERTE y se encuentra en un punto complicado: no sabe si podrán resistir más allá de enero sin obtener ninguna compensación, pero tampoco podrían hacer frente a los costes de un cierre,despidos, pérdida de inversiones, etc.
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Él se despierta cada día con el ánimo de seguir peleando. Confía en que haya pronto una vacuna, un remedio para el coronavirus que devuelva la normalidad a los hoteles de Granada.
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