Los hosteleros de Granada: «Queremos trabajar, o las facturas que las paguen ellos»
Reclaman un rescate total por parte de las administraciones y anuncian la pérdida de 5.000 empleos tras la Navidad si no les ofrecen ayudas
La hostelería de Granada elevó ayer el tono de sus protestas. En una manifestación multitudinaria –la más concurrida de las celebradas en la ciudad desde ... marzo–, los empleados y propietarios de hoteles, bares, agencias de viajes, pubs y otros negocios de restauración y turismo exigieron otra vez un rescate total para el sector ante la crisis del coronavirus. Ya lo hicieron el 22 de septiembre en el mismo escenario, la Gran Vía. Por entonces podían mantener abiertos sus negocios, aunque con muchas limitaciones y escasa clientela. Ayer, sin embargo, salieron a la calle en el contexto del cierre de los servicios no esenciales en la provincia. Por ello fueron el doble e hicieron más ruido.
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La protesta sonó a petardos, golpes de cacerola y bocinas: la indignación del sector, cerrado y sin ayudas, hecha estruendo. Reunió a más de 2.000 personas, asistencia estimada por las policías Local y Nacional que los convocantes elevaron por encima de los 10.000 congregados. Gritaron al unísono los camareros de los pubs de la Costa, los guías que se conocen todos los recovecos de la Alhambra, los autónomos con pequeñas agencias de viajes, los cocineros más reputados de la provincia o los empresarios que alojan a miles de turistas cada año en sus hoteles.
A las once de la mañana salieron de la Gran Vía y cuando alcanzaron casi a las doce y media el Palacio de Congresos aún quedaban camiones –hubo 35– de los distribuidores de bebidas que seguían por Reyes Católicos. Hicieron parada en la puerta de la Delegación de la Junta, donde el delegado enGranada, Pablo García, escuchó sus peticiones. Lo mismo sucedió frente a la Subdelegación del Gobierno, donde les recibió la subdelegada, Inmaculada López Calahorro. El alcalde, Luis Salvador, acompañó a los hosteleros desde la salida hasta la llegada a la explanada del Palacio.
La protesta convocada por los empresarios de la hostelería reunió a más de 2.000 personas y 35 camiones, según la Policía
Todos ellos atendieron a las quejas que vieron en pancarta y escucharon de viva voz. En el vehículo de cabecera sonó una locución:«Granada se empobrece y los políticos no se mueven, ningún político se ha bajado el sueldo mientras las empresas no pueden llegar a fin de mes». El dueño del bar de tapas 'El Pesaor' lució una soga alrededor del cuello;otros se comparaban con los hosteleros de Alemania yFrancia, donde sí han recibido ayudas directas;en cartones, otros habían escrito: «No hay Pfizer que valga (en alusión a la vacuna), nosotros ya estamos muertos. La Junta nos cierra, el Ayuntamiento nos estafa».
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Detrás de las proclamas están los números. Los desgranó el presidente de la FederaciónProvincial de Empresas de Hostelería y Turismo, Gregorio García, en su discurso en las escaleras del Palacio de Congresos, tras la manifestación que transcurrió paralela a las protestas en el resto de Andalucía. El 90% de los empleados de la hostelería acabó en ERTE tras el cierre del 14 de marzo. Se ha perdido el 25% de los puestos de trabajo, han desaparecido 3.000 de los 15.000 empleos directos en la provincia. Antes del 31 de diciembre, 1 de cada 3 establecimientos granadinos habrá cerrado si no hay ayudas directas urgentes. «Esto puede suponer una pérdida de más de dos mil millones de euros para la economía de Granada y su provincia», concretó García, que hizo un guiño también a los comerciantes, en una situación similar.
Hechos, no buenas palabras
Quieren trabajar. En ello insistió. «No lo entendéis: queremos trabajar, no queremos estar parados». Y si no les dejan, añadió García, «las facturas las tienen que pagar ellos». Están hartos de «buenas palabras» sin hechos, ni por parte del Gobierno, ni de la Junta, ni del Ayuntamiento.
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Entre esos gestos que piden están las moratorias en el pago de hipotecas, créditos y alquileres. También los ERTEs flexibles y a coste cero para los empresarios, reclamación dirigida alGobierno. De la Junta esperan ayudas directas a las empresas. Al Ayuntamiento le piden exonerar de todos los impuestos, tasas y tributos del año 2020.
Con el agua al cuello
Algunos granadinos aplaudieron, desde los balcones y las aceras, a los manifestantes. Otros criticaron, en la calle y las redes sociales, que no se mantuviera el distanciamiento social. Dentro circulaban todo tipo de historias de granadinos con el agua al cuello. Como la de Julio yMarta, al frente de una distribuidora de cervezas y vinos. No venden «ni una botella». Son seis personas paradas: «Prácticamente estamos al límite.Si cierran este sector, nos cierran a todos».
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Francisco Javier Marín, cara reconocible del Asador Curro, aseguraba que la profesión «no tiene culpa de todo lo que está pasando, están ahogándonos y vamos a morir, esto es un sinvivir». María Teresa, guía turística, salió a la calle por ella y sus compañeros:«Están pasándolo mal, con muchas fatigas». Juan Jesús, el dueño de 'El Pesaor', con la soga amarrada en la cabeza, habló de «ruina». Antonio, al frente de un pub en la Costa, lamentó que paguen justos por pecadores:algunos establecimientos no cumplieron con las medidas sanitarias, y no hubo suficiente vigilancia para controlarlos.
Al paso de la marcha, una vecina resumió la protesta con una metáfora –quizá sin quererla–: «La hostelería nos da de comer a todos». Ahora pide socorro.
Línea de ayudas
El delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Granada, Pablo García, quiso trasladar públicamente su apoyo a la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada, «a todos las empresas y comercios que han tenido que cerrar debido a las nuevas medidas adoptadas con el único fin de prevenir los contagios y la expansión del coronavirus en Granada».
Estas decisiones, señaló, «no son fáciles ni agradables para nadie, todos tenemos en nuestras familias o grupos de amigos alguien que vive de este sector y sabemos de su sufrimiento, pero es necesario, tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para poder salvar vidas».
La Junta de Andalucía trabaja desde el pasado domingo para crear una línea de ayudas «serias, creíbles, que podemos asumir de 660 millones de euros que den oxígeno a todos los que han tenido que cerrar sus puertas. Pero esto no podemos hacerlo solos, el Gobierno de España, la Diputación y los ayuntamientos tendrán que poner su granito de arena para que entre todos podamos salir de esta situación».
PabloGarcía reclamó nuevamente responsabilidad a todos los ciudadanos de la provincia:«El uso de la mascarilla es fundamental y sobre todo las reuniones de amigos y familiares tienen que pasar a un segundo plano ya que lo que está en juego es nuestra vida».
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