Casi la mitad de los granadinos subsiste con menos de 1.000 euros al mes

Para comprender mejor cuál es el punto de partida económico de este nuevo mundo posterior al coronavirus, una de las herramientas son las cifras de nivel de renta, es decir, de dinero disponible para el consumo, de los hogares y las personas. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó esta semana la última edición de su Atlas de distribución de renta de los hogares, que permite conocer estos indicadores a un nivel muy detallado, incluso relativo a la sección censal (una organización administrativa que divide al municipio y agrupa conjuntos de alrededor de entre 1.000 y 2.500 ciudadanos), con fecha de 1 de enero de 2018 de acuerdo con el análisis de las declaraciones de la renta realizadas durante los meses inmediatamente anteriores.

Una de las tendencias más claras que se pueden evaluar en base a esta estadística tiene que ver con esa recuperación económica, generalizada pero a la vez endeble. El primer gran dato es que, de los 174 municipios que componen la provincia granadina, sólo diez de ellos perdieron renta por persona. El aumento promedio del dinero disponible fue, sin embargo, de apenas el 3,5% en el conjunto de la provincia, tras pasar de 19.595 euros al año a 20.287. A nivel municipal, son 65 los municipios que superan esta media, mientras que los 109 restantes, prácticamente dos tercios, están por debajo. Un dato que explica la irregular distribución de la riqueza entre las diferentes zonas de la provincia.

Esta desigualdad tiene como consecuencia que, según los datos del INE, más de cuatro de cada diez vecinos de la provincia granadina vivan con menos de mil euros al mes; en realidad, la cifra es aún más baja, ya que el organismo pone el tope en los 10.000 euros al año, que no llegan a esa cifra. En concreto, alcanzan el 44,2% del conjunto de la población.

A nivel de municipio el dato es aún peor. La renta media por persona no alcanza los mil euros al mes en 157 de los 174 pueblos de Granada. Es decir, que no se alcanza este nivel de vida en nueve de cada diez.

También preocupa el dato relativo a otros niveles de ingresos incluso más bajos. Uno de cada siete vecinos de la provincia, el 14% del total, tiene unos ingresos declarados que no llegan siquiera a los 5.000 euros al año. En 16 municipios, algo menos de uno de cada diez, más del 20% de sus vecinos empadronados no alcanza este nivel de dinero disponible en doce meses.

Pese a todo, las cifras suponen una mejora sobre la foto fija que dejaban los datos del año anterior. Según estas mismas estadísticas, el porcentaje de personas cuya renta media no alcanza los 10.000 euros al año se ha reducido en siete puntos en términos porcentuales con respecto a los datos de 2016. Y la diferencia es más significativa entre los ingresos por debajo de los 5.000 euros, donde la caída es del quince por ciento. Más del doble.

Esta es la foto fija que dibujan los datos del organismo estadístico nacional. Una recuperación débil y desigual que venía escalando en los años previos a la llegada del coronavirus, que obligará a la economía española a volver, al menos durante un par de años, a la casilla de salida.

En términos de renta media por persona, la capital continúa liderando la lista de los municipios más ricos de la provincia granadina, con una cifra de 12.127 euros al año, un 2,47% más que el año previo, lo que se traduce en un incremento en realidad leve, de 292 euros al año, que supondrían unos 24 euros al mes. En la lista también destacan otros municipios del Área Metropolitana como Cájar, Otura o Huétor Vega. Es curioso el caso del pueblo de Nívar, que ocupa la cuarta posición pese a haber perdido medio punto de renta en los últimos doce meses.

Por el lado contrario, entre las rentas más bajas 'lidera' el escalafón el municipio de Albuñol, que consigue a la vez ser el que más aumenta año sobre año su renta media por hogar tras hacerlo un 18,5%. Una de las variables más interesantes que permite el análisis de los datos del INE tiene que ver precisamente con esto: la importante diferencia en muchos casos entre la evolución de la renta por persona y la renta por hogar, que ayuda a explicar por sí misma algunos de los cambios sociales que se están viviendo en el país en las últimas décadas, sobre todo respecto al papel y el lugar de la familia.

De hecho, en algunos municipios se constata un aumento de la renta por persona mientras desciende o se mantiene casi invariable la renta por hogar, lo que podría indicar que en el caso de las familias, sobre todo las amplias, se abre una brecha de ingresos con respecto a aquellas de menor tamaño o que no tienen hijos. En cuanto a la renta por hogar, destacan por arriba los casos de Castilléjar, Huéneja y Alamedilla; las que muestran el dato más bajo son Huéscar, Gójar, Salar y El Pinar.