Educación
Los 'nuevos profes' del aula específica del IES Pedro Antonio de GuadixLos alumnos con necesidades educativas especiales aprenden robótica para, posteriormente, enseñar estos conocimientos a otros compañeros y favorecer la inclusión
Sergio escucha atentamente las indicaciones de Inma, su profesora de robótica. Lo hace mientras se concentra en la pantalla de su ordenador y ultima los ... detalles para dejar listo un programa que más tarde introducirá en el Maqueen, un pequeño robot con el que trabaja y que domina a la perfección desde hace meses. Al igual que él, Antonio y Pablo repasan también la lección a pocos días de convertirse en los 'nuevos profes' del IES Pedro Antonio de Alarcón de Guadix, ya que son ellos mismos quienes enseñarán a sus compañeros de Primero de ESO todo lo que saben sobre este ámbito.
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Sin ningún atisbo de nervios, repiten unos procedimientos que conocen al dedillo y sobre los que se atreven a innovar para llegar cada vez más lejos. «La robótica es solo la excusa para para conseguir la inclusión real de los alumnos del aula específica con el resto de compañeros del instituto», señala Inma Enríquez de Luna. Mientras, Antonio, Pablo y Sergio enseñan al resto cómo diseñar la fórmula para conseguir que el Maqueen se mueva frente a la luz de una linterna, dibuje sobre una pequeña pantalla distintos emoticonos que aumentan de tamaño al recibir el sonido de sus voces o que incluso se detenga cuando percibe algún obstáculo a una corta distancia para poder cambiar de dirección. «Escribimos sobre un menú las interacciones que queremos conseguir y las grabamos sobre un microbit, una pequeña placa que después colocamos sobre el robot y que hace que este funcione a nuestro antojo», explican.
De este modo, consiguen el movimiento frente a la luz o el sonido. El resto de compañeros de otras clases los observan e incluso les preguntan dudas que resuelven sin temor puesto que llevan desde el pasado mes de septiembre aumentando sus nociones sobre robótica. Este dominio les ha llevado incluso a enseñar a otros profesores que han estado con ellos en clases de guardia cómo se diseñan las funciones que quieren conseguir sobre el Maqueen. «Si nos equivocamos en algo, nos corrigen y nos lo vuelven a explicar», dice Cristina Pedraza, una de las profesoras que ha coincidido con ellos en el aula. «Tienen claro que, para aprender, hay que equivocarse. No tienen miedo a ello», expresa.
El proyecto de innovación educativa procede de EduCaixa y el instituto fue uno de los 60 ganadores tras presentar una técnica de teoría inclusiva a través de la metacognición de programación de robots, pero nació de la inquietud y el deseo de Inma de cambiar la realidad del aula específica y las limitaciones a la que esta se enfrenta. Una inquietud que comparte con otras compañeras y que ha hecho que el centro sea pionero en el desarrollo y funcionamiento de este proyecto. «Estos niños eran invisibles. Ahora, van a ser protagonistas», manifiesta. Tras llevar varios años en el centro como profesora de matemáticas, vio que casi nadie –ni quiera ella- conocía o tenía contacto con estos alumnos. Su clase se encontraba al final del pasillo y esto hacía que pasaran todavía más desapercibidos.
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«Se juntaban con el resto de compañeros en el recreo o durante las clases de gimnasia, pero nada más», declara. Por ello, a finales del curso anterior, decidió dedicar sus horas libres a los niños del aula específica para iniciar la base de conocimientos sobre robótica y al ver su buena acogida, comenzó este año el programa que se ha convertido ya en una realidad y que ha permitido una interacción y una enseñanza mutua con el aula específica. «Llegan felices y contentos de ver todo lo que le pueden transmitir a sus otros compañeros. Desarrollan técnicas de aprendizaje que luego trasladan al resto y eso les llena de satisfacción y felicidad», indica acerca de las dos horas semanales con las que cuenta para enseñar robótica.
Además, asegura que esta interacción sirve para crear vínculos entre ambos grupos y supone un crecimiento para los niños que tratan con los alumnos del aula específica. «Se han acostumbrado muy bien a tratar los unos con los otros», afirma. De cara al futuro Impresoras 3D o cámaras de inteligencia artificial llenarán en pocas semanas una clase más amplia que desde el centro preparan para acoger a los alumnos del aula específica gracias a la subvención de 5.000 euros que el instituto recibió para su desarrollo.
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Con ellas, tienen previsto crear camisetas con un diseño que realizarán y plasmarán sobre el tejido también los alumnos. «Queremos que aprendan a dominar por ellos mismos este ámbito», expone la profesora. Sin embargo, reconoce –llena de energía- que seguirá luchando para extender en los años siguientes esta inclusión a otros departamentos para que el aula específica se visibilice y se conecte con el resto de compañeros de otros cursos. La tarea de estos 'nuevos profes' solo acaban de empezar.
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