El 'milagro de la luz' atraviesa la Catedral de Guadix
Un vecino, Torcuato Fandila, descubre tras años de investigación que el fenómeno se observa en la capilla de San Torcuato a las 9 de la mañana durante el equinoccio
Un silencio poco frecuente ocupó el pasado 20 de marzo el interior de la Catedral de Guadix. El habitual murmullo de las religiosas debido al ... rezo del rosario mañanero se detuvo, un insólito acontecimiento que estuvo también acompañado por una tenue oscuridad que se fue disipando conforme los rayos de la luz del sol penetraron en el interior del monumento del siglo XVI para demostrar que, efectivamente, la iluminación en ese instante de la capilla de San Torcuato -patrón de la ciudad- se corresponde con el conocido «milagro de la luz». El fenómeno, propio de cada equinoccio, se caracteriza por la entrada de los rayos del sol en una alineación perfecta sobre un punto determinado de carácter sagrado.
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Un hallazgo detrás del cual está Torcuato Fandila, vecino del municipio, que lleva más de cinco años investigando. El acontecimiento se produce en torno al arco «en viaje», un elemento abierto en la superficie cilíndrica del muro que al adaptarse presenta la línea de impostas a distinta altura. Según explica el arquitecto conocedor de la Catedral Juan Carlos García de los Reyes, su inclinación corresponde con la del haz de luz del amanecer en dicha fecha determinada para generar la entrada de los rayos de sol. «Esto resuelve la duda de que el fenómeno es, casi con total seguridad, intencionado», añade García de los Reyes que también asegura que se debe a la propia inclinación de la capilla de San Torcuato y a la estructura de ese arco -inusual y diferente al resto de presentes en la Catedral-, que hace que la primera luz de la mañana de cada 21 de marzo y septiembre recaiga sobre el altar mayor del espacio.
El conocimiento de que un hecho similar en la capilla de San Miguel del Monasterio de San Salvador, en Celanova (Galicia), atraía cada año a turistas de todo España para observar la penetración de la luz en el lugar, le llevó a pensar en la posibilidad de que esto sucediese también en Guadix. Fue por ello por lo que decidió observar el amanecer en su interior durante cada equinoccio de primavera y otoño. El parón por la pandemia y los días en que el cielo estuvo nublado retrasaron el hallazgo hasta que, hace aproximadamente un año, encontró indicios de que el fenómeno se podía dar justo en el punto en el que las hermanas rezaban el rosario a primera hora de la mañana antes de la misa oficial.
Toda la vida llevan observando el fenómeno algunas personas que frecuentan la catedral en dichas fechas por diversos motivos, pero nunca habían reparado en pensar que sería algo buscado. Confiaban en que se trataba de una entrada de luz «fortuita» que no guardaba explicación alguna. «Cuando nos dijeron que podía deberse al denominado milagro de la luz, pensamos en cómo esto podría observarse en las fechas determinadas por los interesados», destaca Antonio Morillas, uno de los responsables de la entrada al edificio del siglo XVI.
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Origen del «milagro de la luz»
Observado desde el principio de la existencia de la humanidad en dólmenes y lugares de enterramiento, la intromisión de la luz por determinados espacios en fechas concretas estaba ya presente en Babilonia, el antiguo Egipto o la civilización del Valle del Indo, cuando se asociaba a poderes místicos o rituales positivos por el nacimiento y el origen de los rayos del Sol en dichos lugares. Según la arquitecta Blanca Espigares Rooney, especialista en patrimonio e investigadora sobre la penetración de luz en arquitectura andaluza, esta concepción evolucionó con el paso de los siglos y, posteriormente, se asoció a la religión, motivo por el que numerosos edificios se construyen manteniendo esta entrada de la luz por diversas partes hasta llegar a algún punto concreto del interior. En torno al siglo XX, se olvida y, poco a poco, se va recuperando su conocimiento dando lugar a que este «milagro de la luz» sea incluso concebido como un atractivo turístico.
El caso de Guadix
«Los templos cristianos están construidos de forma que el primer rezo de la mañana se realice hacia el punto en el que sale el sol -ya que es sinónimo de vida- y con el objetivo de que estos iluminen poco a poco el interior simbolizando la presencia de Dios», explica. Además, Rooney señala que el caso de la Catedral es extraño ya que el templo del siglo XVI mira hacia el noroeste, una orientación poco habitual en los edificios catedralicios de la época. Sin embargo, el sol entra desde el horizonte para iluminar justo el punto en el que actualmente todavía rezan las monjas el primer rosario del día en cada equinoccio, justo a las 12 horas del mediodía solar, un hecho que responde a esa búsqueda de fenómenos de luz en fechas señaladas.
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El equinoccio, símbolo en este caso de finales y principios de ciclo, se ha convertido en todo un espectáculo para observar el denominado «milagro de la luz» en puntos como el monasterio de San Juan de Ortega (Burgos) o en el de San Millán de la Cogolla (La Rioja). Sin embargo, no solo está presente en el momento en el que el sol cruza el ecuador y los rayos inciden de la misma forma sobre el planeta. El fenómeno también se deja ver durante los solsticios en otras edificaciones, como sucede en la Ermita de San Bartolomé de Ucero (Soria) y que demuestra la orientación en torno a una o ambas fechas en el calendario. «Esto probablemente se deba a la importancia que la sociedad o las civilizaciones del momento daban a cada uno de esos días clave», sentencia.
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