José Antonio Martín posa en la Plaza de Toros de Granada en el receso de su viaje por América. Ramón L. Pérez

El granadino que dejó Amazon para recorrer América en silla de ruedas

José Antonio Martín tiene parálisis cerebral infantil desde su nacimiento, pero nunca ha renunciado a sus sueños; uno de ellos era «conocer el legado español de los siglos XVI y XVII en América»

Martes, 6 de agosto 2024, 23:43

José Antonio Martín no puede andar, pero sus ideas vuelan. En el ecuador de su viaje por América para conocer el legado español en el ... continente atiende a IDEAL para contar todos los sueños que ha cumplido y los que le quedan por tachar. «Tengo parálisis cerebral infantil desde el nacimiento, pero siempre he sido uno más en todos los círculos en los que me he movido, he tenido la suerte de tener un padre que me impulsaba a tener una vida normal y he ido ampliando mis límites desde pequeño. Me he recorrido Europa y cada cierto tiempo me gusta expandirme, ir más allá», resume como carta de presentación.

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Llevaba tiempo con ganas de cruzar el charco. Durante más de una década que llevaba trabajando en Amazon había guardado parte del dinero que ingresaba cada mes para darse el capricho de viajar por el continente americano en algún momento. Sin embargo, el momento nunca terminaba de llegar, hasta que la compañía logística terminó de darle el último empujón. Él trabajaba en remoto desde Málaga, en donde está afincado, pero Amazon decidió que tenía que desplazarse a Madrid para trabajar de forma presencial. No quiso, renunció a su puesto de trabajo y miró los euros de su cuenta bancaria para diseñar el viaje por América. «Quería visitar todos los territorios que formaron parte de España en algún momento en el pasado, quería conocer todo lo que España hizo allí, conocer a la gente, las tradiciones, empaparme de aquella gente, de su cultura, del mestizaje», expresa.

La aventura de José Antonio Martín comenzó hace unos meses en Orlando (Miami, Estados Unidos). Compró un coche de segunda mano, un todoterreno de 2008, y empezó a contar estados norteamericanos: Florida, Alabama, Louisiana, Texas y Nuevo México. Le siguieron regiones de México: Monterrey, San Luis Potosí, Aguascalientes, Guanajuato, San Miguel de Allende, Ciudad de México, Guajaca y Veracruz. «Es cuestión de proyectar lo que quieres y llevarlo a cabo. Me quería comprar un coche de segunda mano, un todoterreno que estuviera bien de precio porque ya no estoy trabajando y tengo que gestionar los ahorros, y pregunté en muchos foros, en persona, consulté los trámites, con qué tener cuidado y fue sencillo. Analicé los documentos que hacían falta para la transferencia y lo hice», relata José Antonio Martín, que transmite tranquilidad al contarlo y hace que parezca sencillo.

Cada destino es una experiencia nueva para José Antonio Martín, que disfruta de cada rincón que descubre en su viaje por América. Ideal

Pero no lo es y él lo sabe. No lo sería para alguien que pudiera andar y lo es menos aún para él, que tiene una limitación. Es consciente y antes de comenzar el viaje se anticipó a los decenas de problemas que pudieran surgirle sobre la marcha. Para los viajes en coche compró un adaptador portable que pudiera poner en cualquier vehículo. «Se engancha con dos palancas atornilladas a los pedales y puedo conducir cualquier coche», resume.

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La logística no termina ahí. También compró, entre otros utensilios, un dron para analizar el terreno al que tiene que acceder en algunos casos con el coche y no puede ver qué hay más allá. A esto suma una regla de oro, que es evitar que la noche le alcance con el vehículo en México, en donde es consciente de que tiene que encontrar una cama antes de que el día termine. Por lo que pueda pasar, no obstante, tiene pegatinas disuasorias en su vehículo, en las que se indica que este está conectado con la policía. La precaución va más allá. «Tengo un filtro para coger agua de los charcos y los pantanos. Es como una cantimplora que la abres, la prensas y te deja el agua limpia para beberla. Te la potabiliza», añade.

Cámara oculta

También tapó las ventanas de su coche y cuenta con un colchón viscoelástico por si la jornada se complica demasiado y se ve obligado a dormir en el vehículo. Añade, además, que cuenta con una cámara oculta por si algún policía corrupto lo intenta extorsionar. «Le di muchas vueltas a todo, intentando anticiparme a todo lo que pudiera pasarme». Por último, la mayoría del dinero lo lleva oculto en uno de sus pies, por si alguien intenta robarle, y también suma un dispositivo de salvamento que activa con un botón rojo en el caso de que le ocurra algo y activa su posición GPS a las autoridades más cercanas.

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«Me ha gustado mucho visitar los monumentos principales, la comida local, ver el legado español, lo que crearon los españoles, en los siglos XVI y XVII. Intento aprovechar todo lo que puedo. Me quedo con lo amables que son los mejicanos, pero, sobre todo, con la cascada del Meco en la Huasteca Potosina», sintetiza. Ahora, en su segunda parte del viaje, que inició hace unas semanas, ha pasado por Chiapas, Yucatán, Cancún e Isla Mujeres, para después alcanzar Belice y Costa Rica. A comienzos de agosto cruzó la frontera de Guatemala y su objetivo es, a lo largo de este mes, llegar hasta Costa Rica y Panamá, en donde detendrá de nuevo su viaje para regresar a España a descansar de nuevo. Se recuperará y volverá a mirar su cuenta corriente. Si le quedan fondos seguirá hasta el sur y si no dará por concluido uno de sus sueños. «El factor más limitante no es la discapacidad, es la mente. Es la que te dice si puedes o no», resume. Él ya ha podido.

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