Mateo Rejón en plena tarea. Ideal

El granadino que busca agua en la luna

El físico Mateo Rejón participa en un ambicioso proyecto europeo con un sistema pionero que permitirá extraer este líquido del regolito lunar, un paso crucial para avanzar en la exploración espacial y sustentar la presencia humana en la Lunax

Andrea G. Parra

Granada

Lunes, 20 de mayo 2024, 00:01

El físico granadino Mateo Rejón (Cenes de la Vega, 1999) busca agua potable en el polvo de la Luna. Un hito en el que el ... joven está inmerso en el laboratorio y en el que pone una pica única en su ambición por escudriñar el espacio y participar en misiones lunares. Lo hace con su participación en  el proyecto Luwex, por las siglas en inglés Validación de Tecnologías de Extracción y Purificación de Agua Lunar para la Producción de Combustible y Consumibles. Financiado por la Unión Europea y bajo la dirección del Centro Aeroespacial Alemán. Rejón forma parte del ambicioso proyecto como colaborador científico por parte del Centro Aeroespacial Alemán, tras haber completado un máster en Ingeniería Espacial en la Universidad de Delft con una beca de posgrado en el extranjero de la Fundación »la Caixa». 

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El plan científico, que está desarrollándose por un consorcio de seis entidades, de Alemania, Austria, Italia y Polonia, busca desarrollar la tecnología necesaria para proceder a la extracción y purificación del agua lunar. El sistema de extracción y purificación necesario ha sido diseñado e integrado en una cámara de vacío que simula las condiciones de ausencia de atmósfera presente en la Luna. Trabajan en el proyecto una treintena de personas.

El sistema de extracción y purificación necesario ha sido diseñado e integrado en una cámara de vacío que simula las condiciones de ausencia de atmósfera presente en la Luna

Rejón describe que en el laboratorio, una mezcla de partículas de hielo de agua y simulante de regolito lunar (la capa de polvo y rocas fragmentos de roca que cubren la superficie lunar) sustituye a la arena lunar real presentes en los cráteres de la región polar sur lunar. Aplicando calor, el hielo presente en la mezcla se evapora y separa del regolito, permitiendo su recolección. El agua se vuelve líquida y se somete a un proceso de purificación, llegando a su estado final, lista para su uso como combustible, almacenamiento de energía o soporte vital de astronautas y cultivos. «Tener acceso al agua lunar nos brinda la capacidad de mantener asentamientos humanos en nuestro satélite natural de forma prolongada, a diferencia de las misiones Apollo que duraban únicamente unos pocos días», detalla el científico.

Esta exploración espacial es diferente, es sostenible y requiere el desarrollo de tecnología que permita utilizar los recursos disponibles en el sistema solar. La utilización de recursos In-Situ (ISRU) engloba todos los procesos que utilizan los recursos disponibles localmente para generar productos que puedan utilizarse en la exploración robótica y humana. Recuerda Rejón que es conocido que hay agua en el polo sur de la Luna, y precisamente, el agua puede almacenarse fácilmente y utilizarse directamente para el consumo de los astronautas, almacenar energía o producir combustible de naves espaciales. También se puede utilizar para proteger a los seres humanos contra la radiación cósmica en un futuro hábitat lunar. «Todo esto hace que el agua sea uno de los recursos más versátiles e importantes que yacen en la superficie lunar, por lo que su extracción y purificación es fundamental», argumenta.

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Su trabajo

En el marco del proyecto Luwex, Rejón colabora en la realización de los experimentos, el posterior análisis de los resultados y el desarrollo de las conclusiones científicas. Además, se encarga de dilucidar cuáles serían los siguientes pasos para el desarrollo de un experimento que sea capaz de extraer agua sobre la superficie lunar.

Él como el resto de personas que están en este campo, aspira a ser uno de los elegidos en ir a la Luna. «Hay una competición feroz y hay muchísimos factores que entran en juego a la hora de seleccionar a los candidatos, como razones políticas o capacidades físicas que van más allá de lo que uno puede controlar. Siempre he encontrado, desde muy pequeño, las misiones lunares fascinantes y ello me ha llevado a querer ser un activo para que podamos ir más allá», valora.

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Estudió en el instituto Zaidín Vergeles donde acabó bachillerato con un 10 de media y matrícula de honor

El joven granadino, que estudió en el instituto Zaidín Vergeles donde acabó bachillerato con un 10 de media y matrícula de honor, en este proyecto está trabajando para el Centro Aeroespacial Alemán. Después empezó Física en la Universidad de Granada (UGR),  donde cofundó una asociación de estudiantes centrada en el espacio: Orbitando. En el último año de carrera se mudó a Munich con una beca Erasmus donde empezó a trabajar en la exploración lunar en un grupo de estudiantes. Finalizó sus estudios de Física con matrícula de honor en la mayoría de las asignaturas. 

Después, al acabar sus estudios de máster en la Universidad de Delft con la beca  de Fundación »la Caixa»  supo que quería dedicarse a tiempo completo a la exploración espacial y para facilitar que el ser humano vuelva a la Luna de forma sostenible para la Tierra y la superficie lunar. Durante este tiempo hizo unas prácticas en la Agencia Espacial Europea sobre cómo preparar ladrillos usando recursos lunares. Finalmente, acabó sus estudios en diciembre y comenzó a trabajar en el Centro Aeroespacial Alemán, en el proyecto Luwex.

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Dos factores clave

A la pregunta de cómo un granadino esté en un proyecto de tanto impacto científico, no duda en responder que es «un trabajo sostenido durante mucho tiempo. Pienso que el hecho de que yo esté aquí se debe a dos factores: trabajo duro y suerte. Suerte de que las oportunidades aparecieran cuando las estaba buscando y el trabajo duro que te permite explotar esas oportunidades cuando aparecen. Además, son muchos los españoles y granadinos que trabajan en proyectos de investigación a primer nivel. La educación pública es de primer nivel y te abre las puertas en cualquier parte del mundo».

En el futuro me gustaría continuar en el campo de la exploración lunar, buscando formas en las que «podamos hacer una estancia científica en la Luna posible y sostenible». A la pregunta de si volverá a Granada, esta es su reflexión: «Granada ocupa un sitio en mi corazón, cada vez que vuelvo me cuesta más irme de nuevo. Volver a Granada sería un sueño pero no es algo que considere en el corto/medio plazo. Por ahora considero que me encuentro de aventura, yendo donde los proyectos más fascinantes sobre exploración espacial están. Sin embargo, nunca digas nunca». 

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