Lucía, en el medio, acompañada de sus amigos de Granada tras defender su tesis doctoral en computación cuántica en la Universidad de Oxford. IDEAL

La granadina que se dejó llevar por la física cuántica hasta Oxford

Cinco años después, Lucía Vílchez, de 27 años, defiende su tesis doctoral sobre computación cuántica en una de las universidades más prestigiosas del mundo

Martes, 21 de octubre 2025, 00:31

En un campus de película con más de 900 años de historia, estudiantes de diferentes países descubren cada curso la magia de formar parte de ... una de las universidades más antiguas y prestigiosas del mundo: Oxford. La emblemática ciudad inglesa de la que toma el nombre presume orgullosa de su gran academia, reconocida como la número uno a nivel internacional en el área de la medicina y entre las diez mejores en humanidades y ciencias sociales, biología y física.

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La física, precisamente, impulsó a Lucía Vílchez hasta este rincón de Reino Unido. En su familia no hay nadie que se haya dedicado a la ciencia, pero sus padres «siempre» le inculcaron que hay que tener curiosidad. «Recuerdo haber tenido un microscopio y un telescopio cuando era pequeña», comparte con IDEAL. Además, Adolfo, su profesor de química en el IES Padre Suárez, la acercó aún más a este mundo. Cuando llegó el momento, no tuvo dudas. Estudiaría el Grado en Física en la Universidad de Granada.

Las matemáticas y otras materias «muy intensas» hicieron que perdiera un poco la emoción por la ciencia, hasta que en tercero se fue a Santa Bárbara, a la Universidad de California. «Reconecté. Todo era mucho más práctico», admite. Allí dio por primera vez física cuántica, aunque su pasión por este campo se potenció cuando su tutora del TFG, la profesora de la UGR Juani Bermejo, hizo que le picara el gusanillo, en concreto, por la computación cuántica. Ella le habló de Oxford.

«Te piden una redacción sobre tu experiencia y hay que tener muy buenas notas. Cuando me aceptaron, me preocupé por el tema económico, pero tuve suerte, la UGR me dio una beca y pude irme. Era 2020, seguía la pandemia y muchas clases eran online, pero estar en Oxford es una experiencia en sí misma. Vives en un 'college' con gente que estudia lo mismo que tú y el campus parece sacado de una película», relata Lucía.

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Oxford engancha

Mientras hacía el Máster en Física Matemática y Teórica, se metió en el equipo de 'touch rugby', que es sin contacto. Entre clases y entrenamientos, pensaba en su futuro. «Quería hacer un doctorado. Ya había conocido a bastante gente y me veía quedándome aquí», apunta. Y así lo hizo. En la Universidad de Oxford ha pasado los últimos cuatro años investigando sobre computación cuántica, «una nueva forma de usar las leyes de las física cuántica para resolver muy rápido problemas muy complejos y que puede revolucionar la farmacología, el diseño de materiales y la ciberseguridad».

El pasado 10 de octubre, después de cuatro años, Lucía defendió su tesis doctoral. Sus familiares y amigos de Granada viajaron hasta allí para acompañarla en su gran día. «Cuando salí y vi a todos me emocioné un montón, sobre todo, por la presión que te quitas de encima al acabar. Después, fuimos a comer y reservamos una habitación en un pub, que es lo típico de aquí. Fueron también mis compañeros y mi tutor. Fue un fin de semana súper intenso», recuerda.

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Aunque su idea inicial era investigar en la universidad, Lucía pronto empezará a trabajar en remoto para Psiquantum, una empresa de California en Palo Alto. Lo hará desde Oxford, al menos el primer año; después, planea volver a casa. «Granada lo tiene todo. Mi familia, mis amigos y un estilo de vida que me encanta. No hay ninguna empresa de computación cuántica, pero van a abrir el Centro de Innovación en Tecnologías Exponenciales», reconoce. Para ella, sería una oportunidad «increíble».

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