La granadina con 110.000 seguidores en Instagram: «Este es un trabajo, como otro cualquiera, pero 24 horas»

Roma, Ibiza, Sierra Nevada, Disneyland París, Berlín, rinoplastia, mi boda, looks de invierno, restaurantes...Patricia García Paredes se va contando por apartados que se quedan guardados en su perfil de Instagram, en las llamadas 'stories', que son historias temporales que se visualizan durante 24 horas pero que se pueden dejar guardadas para que los seguidores vuelvan a revisarla.

Para entender esta historia hay que conocer Instagram, la red social de las fotografías que ha convertido en un trabajo la promoción de las marcas, de manera natural, a través de estas instantáneas de lo cotidiano. Fotos cuidadas, un tono amable, esta influencer de Granada ha tenido una ascensión progresiva desde que creó su perfil como 'Mamá a los 25'. Ahora tiene 33 años y vive de realizar esta nueva publicidad que entra por los ojos mientras uno está en el sofá recorriendo con el dedo la pantalla del móvil.

Patricia tiene ya 110.000 seguidores a los que le interesa conocer cómo es su estilo de vida, qué ropa utiliza y qué prendas tiene cada temporada en el armario de sus dos hijos, Álvaro (7 años) y Cayetana (3) cuyas fotos se llenan de 'likes' al instante. La Alhambra, el Cuarto Real de Santo Domingo, el Paseo del Salón... son los escenarios de esta influencer que mima cada fotografía y que está expuesta a miles de comentarios cariñosos pero también a algunos desagradables de los que ofenden sin ningún motivo aparente.

«Empecé impulsada por mis amigos y familiares, me centré en la maternidad sobre todo porque la moda infantil siempre me ha gustado, pero realmente siempre he pensado que a pesar de ser madre podía seguir interesándome por la moda actual, las tendencias y sobre todo seguir cuidándome como siempre», cuenta esta chica de 33 años que revolucionó internet por casarse por la iglesia... vestida de blanco y en pantalones. Su boda granadina (en mayo de 2018) se hizo viral por su look original y ha sido una de sus publicaciones más existosas.

Normalmente trabaja con fotógrafos profesionales, como su amiga Gugui de Bianchifotografía, y otras veces las hace ella teniendo en cuenta la estética y la luz, que para ella es lo más importante.

Dentro de esta exposición escogida, Patricia se define como «muy celosa» de su intimidad y de la de su familia y para eso toma precauciones como publicar las fotos con horarios diferentes a los que se producen o preservar datos de sus hijos como el colegio o sus amistades.

«Lo más gratificante es poder trabajar con marcas que he consumido siempre, firmas que me encantan. Lo menos... bueno, todo trabajo tiene su parte buena y su parte mala, y siempre hay gente que quiere intentar hacer daño. Lo importante es hacerles ver que no nos puede afectar algo de alguien al que ni conocemos», señala la influencer.

Patricia se dedica al marketing digital a través de su perfil de Instagram. «Esto es un trabajo, eres autónoma, pagas facturas, el IVA, es real con la excepción de que es 24 horas». La dificultad de este empleo reside en crear contenidos diferentes diariamente. Parece fácil pero supone una presión idear y montar fotos bonitas sobre la realidad que a veces no lo es tanto. Esta granadina de adopción reconoce que trabaja cada vez más con marcas de Granada y que es algo que le hace feliz.

Al final, mostrar su vida merece la pena y ha trazado grandes relaciones personales gracias a esta red social. «Hay personas maravillosas escondidas tras un perfil», aporta esta influencer que ha ganado amigas gracias a esta red social pero que también ha tenido que aguantar críticas duras. Es el doble filo de la exposición, que, por ahora, le compensa y le da sentido a su esfuerzo.