Granada rinde tributo a mujeres que abrieron caminos hacia la igualdad

Los reconocimientos fueron para Rosario Guerrero Blanco, integrante de la primera promoción oficial de matronas de la Guardia Civil, que rompió techos de cristal dentro de los cuerpos de seguridad. Tras quedar huérfana a los 13 años, se hizo cargo de sus tres hermanos menores ingresando en el Colegio de Huérfanas de la Guardia Civil de Valdemoro. Recordó y agradeció que la Guardia Civil los cuidara. Después repasó lo que ha cambiado en estas fuerzas de seguridad y el orgullo que siente ahora viendo a mujeres en todas las áreas.

También fue reconocida Lola Hita Romero, pionera sindicalista y feminista, fundadora de la Asamblea de Mujeres Mariana Pineda y referente en la defensa de los derechos laborales y la igualdad de género. Recordó que no hace tanto las mujeres no podían ni firmar el contrato del butano. Figura esencial en la historia del feminismo y el sindicalismo granadino, se dirigió a su hija, que la grababa: «Cris este reconocimiento es compartido contigo por haber salido juntas de aquel vendaval». Tras una demanda de separación presentada por su exmarido, perdió la tutela de su hija. Hizo una intervención repasando el camino de las últimas décadas. Incluso recordó que el último contacto con entonces el gobernador civil fue, hace muchos años, por una multa por ir con pancartas a favor del divorcio.

Rosa Martínez Vera, fundadora de la Asociación en Favor de las Personas con Discapacidad Intelectual San José en Guadix, fue reconocida por una labor de más de 50 años en defensa de los derechos de este colectivo. En 1978, inauguró una residencia escolar, iniciando una red que hoy atiende a casi 700 personas y apoya a sus familias. Recogió el premio su hija Alicia Carmona.

También recibió reconocimiento Pilar Palomo Blanco, jurista y activista feminista, cofundadora de asociaciones clave en la lucha contra la violencia de género y por los derechos de las mujeres en la universidad, la justicia y la sociedad. Fue la más reivindicativa. Defendió que no puede entenderse la democracia sin feminismo y sin las mujeres. «Señoras y señores no tenemos que tener miedo al feminismo, beneficia a toda la sociedad», demandó. Denunció que se está «desmontando el Estado de Bienestar» y en el plano internacional denunció el genocidio contra Gaza.

Otras de las reconocidas fue María Dolores Suárez Ortega, catedrática jubilada de Bioquímica y presidenta de la Asociación Granadina de Enfermedades Autoinmunes (Augra), investigadora de referencia en enfermedades autoinmunes, comprometida siempre con la transferencia del conocimiento. También fue reconocida Mari Carmen Valenzuela Entrala, primera mujer hermana mayor de la cofradía del Vía Crucis, que abrió el camino hacia una participación más igualitaria en el mundo cofrade. Cerró el palmarés el equipo femenino de balonmano de Alhama de Granada (1964-1971), pioneras del deporte rural, que marcaron un antes y un después en la visibilidad de las mujeres en el ámbito deportivo.

El subdelegado del Gobierno en Granada, José Antonio Montilla, que entregó todos los premios, tomó la palabra para destacar que todas han sido «figuras femeninas importantes para la democracia española». Reconoció que es una de las actividades «más relevantes de las que organizamos desde la Subdelegación del Gobierno de España en Granada». Reconoció que se han roto «muchos techos de cristal. Pero, sin duda, queda mucho camino por recorrer; tenemos que seguir avanzando sin aceptar ningún tipo de retrocesos».

«Todas y cada una de las premiadas representan una historia de compromiso y de liderazgo que merece ser contada y recordada, con el reconocimiento de la sociedad civil granadina, aquí congregada», subrayó. Recordó que el acto se celebra lo más próximo al 26 de mayo, día de Mariana Pineda. «Si queremos reconocer a mujeres granadinas que con valentía y determinación desarrollan su actividad, rompiendo clichés, nada mejor que vincularla a aquella granadina por la libertad que fue Mariana Pineda. De alguna forma estas mujeres son 'Marianas Pinedas' un tiempo en que sus afanes por superar barreras no llevan al garrote vil sino al reconocimiento profundo y sincero por su aportación a la igualdad en una sociedad democrática», valoró Montilla.

«Hay que seguir construyendo una sociedad democrática en la que no resulte extraño ver a cada mujer siendo, simplemente, lo que quiera ser en la vida, sin que nadie le ponga trabas, ni límites», reivindicó. Desde 2018 han reconocido a más de 60 mujeres granadinas que fueron y son referentes, espejos donde mirarse. En definitiva, como dijo el subdelegado, fue «un acto de reconocimiento, pero sobre todo es un acto de reivindicación».

Hubo intervenciones emotivas y también reclamantes. La profesora de Didáctica de la Literatura de la Universidad de Granada y presidenta de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios, Remedios Sánchez, que condujo el acto, hiló un discurso que debería escucharse en colegios e institutos. «La visibilización de las mujeres pioneras no es solo un acto de justicia histórica; es también un acto de amor y de reparación, una forma de sanar heridas colectivas y de encender la esperanza», solicitó.

Recordó que durante siglos, la historia ha invisibilizado a mujeres que, «con una valentía admirable y una determinación inquebrantable, abrieron caminos en la ciencia, el arte, la política y tantos otros ámbitos». Por eso, incidió en que «recuperar sus nombres y sus luchas es mucho más que corregir una injusticia: cada historia recuperada es una herida que comienza a sanar, es ofrecer a las nuevas generaciones raíces profundas y alas fuertes, es decirles que sí se puede desafiar los límites y soñar en grande». Exaltó que se necesita «recordar que la rebeldía de las pioneras es un acto de afirmación y de amor propio, y que su lucha sigue siendo la nuestra».