Granada se quita la mascarilla con un 71% menos de presión hospitalaria que con ómicron
La ocupación de camas y unidades de cuidados intensivos, así como la incidencia de nuevos positivos, ofrecen evoluciones positivas con respecto a las dos últimas olas de covid
Granada comienza hoy lo que se prevé que sea un progresivo adiós a las mascarillas en interiores. 700 días después del pasado 20 de ... mayo, cuando el BOE publicaba que los cubrebocas serían obligatorios «en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto» al mismo, la norma deja hoy de tener efecto salvo en contadas excepciones, como el transporte público y los centros de salud y sociosanitarios, aunque aún hay dudas sobre cómo se aplicará en cada comunidad autónoma.
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La de la mascarilla en espacios interiores es la última de las medidas de calado que decae en el marco de un proceso de 'gripalización' de la pandemia de covid. Antes habían sido muchas otras. Desde el 14 de marzo de 2020, cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba la declaración del estado de alarma por esta causa, las restricciones se fueron sucediendo. Del confinamiento domiciliario casi total y el cierre de toda actividad no esencial se pasó a los cierres perimetrales y los toques de queda basados en la incidencia con la esperanza de recuperar una normalidad que nunca llegó a existir del todo. La subsiguiente sucesión de oleadas así lo demostró.
En algunos momentos la situación llegó a ser confusa para buena parte de la población, con cada comunidad autónoma tomando decisiones según su criterio y restricciones que cambiaban cada semana. La peor parte se la llevaron la hostelería y el ocio nocturno. De acodarse en la barra a alejarse de ella; de echar la persiana a la una de la madrugada a hacerlo a las tres y luego vuelta a empezar; de sentarse en grupos de cuatro personas a seis y diez, pero más en el caso de celebraciones, y siempre sin perder de vista el máximo aforo permitido, en definitiva, los intentos por controlar el virus llegaron a suponer un auténtico quebradero de cabeza para la ciudadanía.
Con la primera retirada de mascarillas en exteriores parecía que se comenzaba a ver la luz. Una ilusión que la irrupción de la variante ómicron y la sexta ola se encargaron de disipar a velocidad de vértigo. Parece ahora sin embargo que pasado ese brete ya se puede mirar con algo más de tranquilidad al futuro y plantear una retirada casi total de las medidas de restricción, aunque buena parte de la población y un importante sector de los expertos en salud pública consideran que quizá sea todavía un poco pronto para hacerlo y hubiera convenido esperar a ver el efecto de las fiestas de primavera más importantes antes de tomar la decisión.
Por su parte, la provincia granadina llega a este momento en una situación epidemiológica que es en general favorable y tras superar el último escollo, que supuso la explosión de casos de la sexta ola tras la irrupción de la variante ómicron de alta transmisibilidad. En este período se llegó a vivir la semana con más muertes en España a causa del virus casi dos años después de conocerse los primeros positivos por este coronavirus.
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Un tercio de la incidencia
Hace solo dos meses, por ejemplo, y de acuerdo con los datos públicos que ofrece el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), en la provincia granadina se habían notificado 1.954 casos de covid en los siete días previos. En el parte semanal más reciente que ofrece ahora la Consejería de Salud, con datos hasta el 19 de abril, la cota se había quedado en 659, el incremento relativo más bajo de toda la comunidad autónoma andaluza. Esta evolución en dos meses supone una reducción de prácticamente dos tercios (-66,3%) sobre cifras de la sexta ola.
La comparación también resulta positiva en este sentido, aunque de forma más escueta, en relación con las cifras de la quinta. El 1 de septiembre de 2021, por ejemplo, la Junta de Andalucía daba por concluido el momento más preocupante de aquel período y ampliaba el horario de la restauración y el ocio nocturno. En la semana previa a aquel momento los nuevos positivos notificados por la Consejería de Salud habían sido 737, una cifra que supera a la actual en 11,8 puntos porcentuales.
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Lo que sí ha mejorado de manera muy evidente gracias sobre todo al alto porcentaje de población diana vacunado, que ya supera el 90% en la provincia granadina, es la presión hospitalaria. En la semana previa al 19 de abril, siempre según la información de la administración autonómica, 27 granadinos tuvieron que ser hospitalizados a causa de la enfermedad provocada por la covid-19, y solo uno de ellos tuvo que ser internado en una unidad de cuidados intensivos (UCI). Son menos de la mitad que en un período equivalente de finales de la sexta ola, cuando la cota se quedó en 79. Es decir, que la reducción en dos meses es del 65,8%, casi dos tercios, en el entorno de lo que ocurrió con los nuevos positivos.
También se deja notar la tendencia en el número de camas ocupadas, uno de los que ha sido de capital importancia en los últimos meses de la pandemia para decidir cuáles eran las medidas de restricción que estarían en vigor. El 19 de abril continuaban ingresados 49 ciudadanos de Granada, de los que tres estaban en una UCI. Durante los últimos estertores de la sexta ola, el 19 de febrero, había 171 personas en esta misma situación, de las que 24 se encontraban en estado grave. Esto quiere decir que las cifras se han reducido, respectivamente y en términos porcentuales, en 71 y 87,5 puntos.
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Mortalidad
También ofrece indicadores esperanzadores la mortalidad provocada por el virus, aunque por desgracia en la última semana hubo que lamentar el fallecimiento de tres granadinos más por esta causa. Hasta 11 personas habían muerto en la semana previa al 20 de febrero, en el marco de la sexta ola de la pandemia, según el IECA. En el último parte semanal de la Junta de Andalucía la cifra se desplomaba hasta las tres mencionadas, lo que en términos porcentuales supone un desplome del 72,7%. Es este el indicador que mejor evoluciona.
Esta situación se deja notar ya también en las cifras oficiales en este sentido, según los datos más recientes que publicaba este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE). Durante las primeras trece semanas de 2022, por ejemplo, fueron 2.365 las defunciones notificadas en Granada. En el mismo período del año previo habían sido 2.740, lo que supone un descenso de 13,69 puntos porcentuales en un año. Es esta la tercera caída más pronunciada de toda Andalucía, solo por detrás de Cádiz (-20,6%) y rozando la cota de Almería (-13,76%). Por el lado contrario, provincias como Sevilla ni siquiera alcanzan un diferencial de dos puntos en este sentido, y todas las restantes no llegan a los diez.
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El efecto de las vacunas
Buena parte de la marcha positiva de los acontecimientos, pese al grave bache que supuso la sexta ola provocada por la variante ómicron, es achacable al efecto de la campaña de vacunación. De acuerdo con los datos más recientes de la Consejería de Salud, hasta 812.177 personas cuentan ya con una pauta completa de pinchazos, lo que supone el 92% de la población diana, es decir, aquella de cinco o más años, según las cifras del padrón más actualizadas del INE.
En número de pinchazos inoculados desde los peores momentos de la sexta ola, Granada ha sumado 58.245 en los dos últimos meses hasta rozar los dos millones (en concreto, 1.998.430). Cerca de una de cada cuatro de ellas (el 23,4%) corresponden a terceras dosis.
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