Granada ata el proyecto del acelerador de partículas y queda a la espera de fechas y apoyos

Hasta ahora, del acelerador siempre se había hablado en condicional. En un principio, por la amenaza que suponían Polonia y Croacia, que también aspiraban a acoger el laboratorio. Polonia se retiró de la carrera y Croacia es la primera colaboradora de España en este proyecto. Más tarde se creó el consorcio para impulsar la infraestructura, un paso relevante, especialmente en términos administrativos. Comenzó la negociación política a nivel nacional y empezaron a sucederse los contactos internacionales para dejar claro que España estaba decidida a pilotar el proyecto con Granada como epicentro. Ahora, con las máquinas trabajando en los terrenos de Escúzar y tras el gran acto con los Reyes en Croacia, que ha impulsado los movimientos con países clave de Europa y Asia, el proyecto se conjuga en futuro.

El anuncio llegó durante la visita del Consejo de Seguridad Nuclear a las obras de los edificios auxiliares que se levantan en la Citai de Escúzar. La semana pasada hubo una reunión con Japón en la que el país asiático —que sonaba como posible competidor de Europa en la carrera por acoger esta infraestructura— mostró su interés por contribuir a la iniciativa granadina. Como sucediera con Croacia, ya no se postula como un enemigo, sino como un aliado. Además, hay negociaciones abiertas y en estado avanzado con Italia, Polonia, Suecia y Alemania. Si todo va según lo previsto, el acelerador empezará a funcionar en el año 2030 y arrojará los primeros resultados en 2035. Estará preparado para reconvertirse y seguir funcionando, con un segundo acelerador, una vez que concluya la investigación.

«Podemos decir que el acelerador de partículas se construirá aquí», no hay competencia ninguna, insistió ayer Ibarra. «El proyecto va razonablemente bien. En las últimas semanas se han producido acontecimientos que permiten afirmar que en el futuro habrá una confirmación oficial de la puesta en marcha del proyecto».

La iniciativa recibió hace unas semanas en Croacia un impulso definitivo. En un acto en presencia de los Reyes de España y las autoridades croatas, España y Croacia sellaron un acuerdo de colaboración que confirma la participación del primer aliado europeo del proyecto. Este país aportará algunos de los componentes clave para el gran conducto, en el que potentes imanes lanzarán partículas que colisionarán contra una lámina de litio, generando grandes flujos de neutrones que radiarán a distintos materiales para comprobar su resistencia.

En la actualidad se desarrollan en la parcela de Escúzar los trabajos para levantar los edificios administrativos, de servicios y almacenamiento. Es un paso previo a la construcción del Ifmif-Dones, que será la mayor infraestructura científica de España. En el laboratorio se estudiarán los materiales capaces de albergar reacciones de fusión nuclear, dentro del macroproyecto internacional encaminado a dar uso comercial a este tipo de reacciones.

El Consejo de Seguridad Nuclear celebró ayer martes en Granada la reunión del comité que trabaja codo con codo con el consorcio del acelerador, formado por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) y la Universidad de Granada. El encuentro sirvió para estudiar los progresos alcanzados en el grupo de trabajo durante los últimos meses y analizar los avances en el proyecto.

Este trabajo conjunto permitirá que el acelerador entre en funcionamiento con todas las garantías de seguridad nuclear, y que el proyecto pueda ser visado por el CSN. La consejera del CSN y catedrática de la Universidad de Granada Elvira Romera preside este comité. En su intervención ante los medios señaló que entre los asuntos abordados están la gestión de los residuos radiactivos líquidos y gaseosos que se producirán en el acelerador de partículas y los requisitos de seguridad en la instalación.

El consejero Francisco Castejón destacó que se trata de una «instalación importantísima» para el desarrollo de la fusión. Su papel sigue siendo imprescindible tras el logro, en Estados Unidos, de una reacción de fusión nuclear que por primera vez ha logrado producir más energía que la consumida en el proceso. «Esta instalación es novedosa, no hay otra igual en el mundo y plantea desafíos para su construcción y funcionamiento».

«Tenemos que desarrollar el diseño e ingeniería, y en el proceso, estar seguros de que los organismos reguladores que tienen que dar los permisos estén suficientemente informados. El consejo es importante para nosotros y venimos haciendo un esfuerzo por mantenerlo informado de lo que hacemos», señaló Ibarra.

Las obras de los edificios auxiliares, una pequeña parte de la inmensa parcela reservada para el laboratorio en Escúzar, son solo un preámbulo de los proyectos en marcha por la oficina del acelerador. En los próximos meses comenzará la construcción de los inmuebles complementarios que la UGR ha planteado en un solar cercano. También está previsto comprar otra pequeña parcela junto a la del Ifmif-Dones. Además, a principios de año se incorporarán a la oficina los primeros ingenieros contratados por el consorcio. Y, si no hay retrasos, en unos meses el proyecto ganará visibilidad con una sede en Puerta Real. Si las negociaciones avanzan en los próximos meses, según lo previsto, en 2023 se anunciará oficialmente la construcción del edificio principal. Ya está atado, solo faltan apoyos y fechas.