Granada, paraíso del conejo salvaje

Una situación «preocupante» para el biólogo Ramón Pérez de Ayala, director del proyecto –en el que participan científicos, administraciones y organizaciones de agricultores, cazadores y conservacionistas–, porque los conejos son la fuente de alimento principal para especies emblemáticas y endémicas como el lince ibérico o el águila imperial ibérica.

En este contexto, Granada sale bastante bien parada: el conejo de monte resiste en la provincia, con un descenso de la población de solo el 9%, frente al 60% del conjunto de Andalucía, con casos extremos como el de Huelva, con un 90% de caída.

«Granada es la zona donde mejor esta sobreviviendo, con una población bastante estable –destaca el biólogo y responsable de programas de WWFEspaña–. Hay zonas muy buenas para el conejo de monte, como Sierra Arana, un hábitat natural donde están las mejores poblaciones». Es precisamente donde se está desarrollando con éxito la reintroducción del lince ibérico por parte de la Junta de Andalucía, dentro del programa LIFELynxConnect.

El mapa de Iberconejo refleja la densidad de población con una resolución de 2x2 kilómetros, basada en varios tipos de datos: estadísticas cinegéticas de animales cazados, conteos de ejemplares o indicios de su presencia sobre el terreno, e información sobre el hábitat. Hay zonas de densidad baja (hasta 20 conejos por kilómetro cuadrado), media (de 20,1 a 50), considerada la «deseable», y alta (de 50,1 a 100).

¿Cuántos conejos hay en Granada? Pérez de Ayala asegura que es imposible saberlo. Para empezar, porque su población varía enormemente a lo largo del año. El lenguaje no es inocente: cuando se dice 'parir como conejos' y 'caer como conejos' es por algo. En cuanto a lo primero, hay que tener en cuenta que se trata de una especie extremadamente prolífica: las hembras son receptivas todo el año y pueden tener media docena de camadas anuales de entre 6 y 8 gazapos cada una, aunque su fecundidad depende de la disponibilidad de alimentos. En cuanto a lo segundo, tienen una vida corta: aunque pueden llegar a vivir diez años, lo habitual es que mueran mucho antes, ya que hay más de cuarenta especies que los depredan.

Es su estrategia evolutiva: el conejo es tan prolífico porque muere mucho. Por eso, en ausencia de depredadores puede llegar a convertirse en una auténtica plaga que da muchos dolores de cabeza a los agricultores.

Aparte de alimentar a aves, reptiles y mamíferos, el conejo de monte tiene una importante función ecológica. Se le considera un 'ingeniero de ecosistemas' porque airea el terreno con su costumbre de excavar madrigueras, y abona el suelo y dispersa semillas con sus excrementos.

Sin olvidar que su carne es un manjar apreciado para los humanos y la principal pieza de caza menor en nuestro país. «Cazar conejos ha pasado de ser un deporte a ser una obligación», recuerda Pérez de Ayala, en alusión a las licencias especiales que conceden las administraciones para hacer frente a la superpoblación.

Según datos de la consejería andaluza de Medio Ambiente, en la temporada 2023-24 fueron abatidos en Granada 196.836 conejos de monte. La cifra ha ido fluctuando en los últimos años, con un mínimo en 2007/08 de 129.866 y un pico de 212.052 en 2013/14. Los especialistas calculan que las capturas representan un 40% del total, por lo que la población total de conejos en la provincia rondaría el medio millón. Una cifra considerable teniendo en cuenta que en el conjunto del país son unos 18 millones.