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Ramón L. Pérez

Granada o el ansia por 'correr' hacia la normalidad

La primera jornada de la desescalada se salda sin sanciones pese a la aglomeración de personas en algunos paseos por la tarde

Domingo, 3 de mayo 2020, 01:08

Granada ya corre hacia la nueva normalidad postpandemia. Y no, no es una simple expresión. Ayer fue literal. Y lo será también hoy y ... durante las próximas semanas si nada tuerce la buena evolución de los datos que cada mañana da a conocer el Gobierno de España a través de su Ministerio de Sanidad.

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La última hora de Granada

El coronavirus sigue causando muertes, pero la vida debe continuar. España está inmersa ya en el proceso conocido como desescalada, que es la palabra que han escogido los que mandan para vehicular la distensión faseada del estado de alarma. Ayer fue un día importante para esta ardua empresa. El primero de todos en el que los granadinos pudieron normalizar sus salidas a la calle. Ya no hay que tener un motivo vital como comprar comida o ir al médico para hacerlo. Solo basta querer salir a tomar el aire, correr un poquito o sacar la bicicleta. Fueron muchísimos los vecinos de Granada que se acogieron a las recomendaciones del Gobierno para pisar la calle tranquilos.

Vídeo. Los granadinos 'inundan' el Puente Verde de la ciudad en la primera tarde de la desescalada. PEPE MARÍN

Lo hicieron respecto a unas franjas horarias que funcionaron bien salvo por la tarde. Aunque ayer Granada se llenó de gente durante todo el día, lo gordo vino al final. Sobre todo entre las ocho y las once de la noche, que fue cuando se vieron algunas estampas desalentadoras. Gente, mucha gente, corriendo, caminando o paseando al perro sin distancia social o mascarilla. Un gentío que se hizo latente en las zonas clásicas de paseo: en la Fuente de la Bicha, el Parque Tico Medina o el bulevar de la avenida de la Constitución.

La gente se reservó. Aunque los mayores de 14 años podían salir a partir de las seis de la mañana, los más madrugadores aguantaron un poquito más en sus camas antes de enfundarse el chandal. Después de llevar más de 40 días encerrados, nada pasaba por esperar unos minutitos de nada.

Fue bien pasadas las 7 cuando las calles de la capital se fueron calando con un goteo intermitente de personas. En su mayoría eran deportistas, que por fin rompían una inercia que les había llevado a ejercitarse en casa y delante de una pantalla. Nada comparado con sudar al aire libre. Y más si sale un sol como el de ayer. Bajo su luminosidad se pudo ver durante la mañana a mucha gente corriendo o yendo en bicicleta. También caminando tranquilamente. Estampas que contrastaron con lo que pudo verse luego.

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En la capital, zonas como los Paseíllos Universitarios, Joaquina Eguaras o las ya citadas Tico Medina o la Fuente la Bicha se mantuvieron casi todo el día repletas de vida. De ese movimiento que adolecían unas zonas tan propicias para el paseo o la 'vueltecita' acompañado. En la Costa, se vio gente también, sobre todo por la tarde, en la avenida de Salobreña de Motril, en el paseo de SanCristóbal de Almuñécar o en los paseos marítimos. Además, en las pedanías de Lobres y La Caleta, de Salobreña, se pudo salir sin restricciones, al margen de unas franjas horarias que afectaron en la provincia a los municipios mayores de 5.000 habitantes. En el resto, la inmensa mayoría de ciudadanos cumplieron casi a rajatabla sus salidas dentro de los marcos temporales diseñados por el Gobierno. Incluidos los más mayores.

La Granada lenta

Fue en dos turnos cuando Granada recuperó para sus calles a los vecinos más longevos. A esos mayores de 70 años que ayer pudieron por fin salir a la calle de 10 a 12 de la mañana, y de siete a ocho de la tarde. Y lo hicieron como saben: sin mirar el móvil, con pasitos cortos y regodeándose en el aroma de una ciudad sin turistas ni ruido.

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Una Granada que les recordaba a esa ciudad tan rica y monumental como también familiar. El Paseo de los Tristes, la Plaza Campillo o San Nicolás quedaron para ellos solos. Al menos en sus franjas. En su mayoría salieron en parejas y por la tarde, donde lamentaron que solo pudieran caminar una horita. Con mascarillas o sin ellas, con las manos entrelazadas en la espalda o agitándolas al compás de la marcha... de cualquier forma disfrutaron de un paseo que fue el primero que esperan dar de una buena retahíla. Y los menores siguieron también con su particular desescalada. Ahora se encuentra algo más restringida: de 12 a siete de la tarde. No pasa nada, lo importante es volver a sentirse libre.

En cuanto a la Policía Local, no puso ninguna sanción a lo largo del día a los ciudadanos que salieron a pulsar la calle. Ayer tocaba hacer pedagogía. Sin embargo el concejal de Protección Ciudadana, César Díaz, se quedó algo preocupado por las imágenes multitudinarias que legaron la tarde. Avisa de que se ha empezado por advertir, pero esto cambiará si la gente no sigue las normas de conducta establecidas. Donde sí hubo sanciones fue en los controles de tráfico. En todo el día se pusieron cuatro. 

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