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Granada entra con discreción en la fase 3
La ciudad inaugura esta etapa con más calma, poca gente en tiendas del Centro o bares y solo una cola enorme en el Ayuntamiento
La entrada de Granada en la fase 3, ayer, fue la menos efectista de la desescalada. La ciudad dio un paso más hacia la nueva ... normalidad, así, de manera cotidiana y sin la euforia de los días que reabrieron las tiendas o los bares –por fuera y por dentro–. Era una jornada de diario más en la que se notó que la gente ha vuelto –los más afortunados– al trabajo. Ni siquiera había niños por las aceras, como si las aulas estuviesen abiertas. Pero no. Debían estar en sus casas o en los parques, aún sin columpios. Fue un lunes muy lunes, en el que solo se notó una actividad frenética en las administraciones que recuperaron su atención presencial.
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Con un medio nublado que hacía que la temperatura fuese medio de primavera o medio de verano, los granadinos se adentraron en la fase 3, que aumenta el aforo en el interior de las tiendas y los bares, que ahora cuentan con la barra, algo poco frecuentado en este lunes.
En las tiendas del Centro había ayer poco movimiento. Uno o dos clientes por establecimiento, incluso en los más grandes de la calle Mesones. En la mercería que había cola el primer día que abrieron, las bullas habían cesado y un par de clientas esperaban en la puerta.
Todo se va normalizando. «El efecto de la primera cerveza ya se ha pasado. Durante estas dos semanas venían grupos de amigos muchas horas a beber, ahora toca sobrevivir y aguantar», expresaban ayer en el bar Alberobello, en la plaza de la Pescadería, que estaba más tranquila que cualquiera de las jornadas de la desescalada. Sin turistas y sin 'menús del día' muchos negocios se han desinflado hasta vivir tan solo de las cervezas. «En Granada la gente sale poco a comer como tal, para eso dependíamos de los visitantes de fuera», contaba el propietario de este establecimiento de hostelería.
La normalidad va llegando pero no para todos. En un pequeño local, Eva, de Tocados EV, esperaba a los clientes. «Todavía no compran... preguntan mucho pero no se atreven. Tienen bodas en agosto y en septiembre pero ¿quién sabe si se celebrarán? hay mucha incertidumbre», expresó ayer esta empresaria.
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La gran protagonista de la jornada fue la cola en la puerta del Ayuntamiento que, en algunos momento, rodeaba la plaza del Carmen por la acera de la Once. Los ciudadanos explicaron que, aun con cita previa, había que ponerse en fila sin orden de entrada y que atendían antes a los que tenían una hora posterior. «Yo llevo esperando 40 minutos y ella... 42», expresó con enfado Ángela. La señora de detrás, Ana María, apuntó que ella iba a por una firma digital y que no entendía la «mala organización» que he había hecho «perder la mañana, en esta cola de atención al público que era de nueve a una y que hacía a la una y media había desaparecido por completo. También había gente esperando en el edificio de la Seguridad Social de la Gran Vía y en Hacienda, donde se podía hacer la declaración con cita previa, los ciudadanos iban entrando uno por uno sin tener que esperar en el exterior.
Tampoco había nadie en la puerta en La Normal, en las delegaciones de la Junta, a las que se han ido incorporando los funcionarios de manera progresiva. Las oficinas que todavía no han empezado a atender de forma presencial son las de Empleo ya que el SAE y el SEPE están acordando cuáles van a ser sus medidas de protección para volver a la normalidad. Ayer, la de la calle Santa Bárbara y la que está junto al aulario de Derecho estaban cerradas a cal y canto. «He venido a renovar el paro pero tendré que seguir haciéndolo por internet», indicó Adoración Cuenca, en la puerta de una oficina.
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Reforzar el servicio
El portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Onofre Miralles, denunció el «mal servicio» que se está ofreciendo a los ciudadanos y pidió una solución urgente para que no se siga creando esa cola.
Según explicó la concejal de Participación Ciudadana, Eva Martín, se están realizando todos los esfuerzos para atender las distintas gestiones y trámites que se han incrementado como consecuencia de la reactivación de los plazos administrativos el pasado 1 de junio, el paso a la fase 3 y la necesidad de muchos obtener distintos documentos como certificados de empadronamiento para optar a ayudas.
Por eso anunció que se reforzará el servicio para poder atender la alta demanda, teniendo en cuenta que no se han incorporado todos los trabajadores de las oficinas de registro al haberse acogido al teletrabajo. Se han pedido 2.500 citas más esta semana ya que se necesita documentación para pedir la renta mínima y se ampliará el servicio para afrontarlas.
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