La fiscalía alerta de que la 'maría transgénica' daña la salud mental de los jóvenes
La institución lamenta que una «parte de la población» crea que el cannabis es un droga «más inocua» que otras
«Por las noches levito, me elevo por encima de la cama y llego hasta el techo». La confesión es de un chaval adicto a ... la marihuana que fue juzgado por agredir a sus padres en Granada. La condena consistió en someterse a tratamiento psiquiátrico para superar sus problemas psicológicos. El cannabis le había sorbido el seso y, además de experimentar delirios, maltrataba a su familia. No es un caso excepcional. Cada vez son más los niños y adolescentes que sufren trastornos mentales debido al consumo de 'maría', una droga que crece por doquier en las ciudades y pueblos de la provincia.
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La Fiscalía Superior de Andalucía, institución que dirige la jurista accitana Ana Tárrago y cuya sede está en la capital granadina, ha alertado de nuevo de la estrecha e inquietante relación que existe entre fumar marihuana y el estallido de padecimientos psiquiátricos graves. El aviso aparece en la memoria de actividades del ministerio público andaluz referida a 2019, que acaba de ser difundida públicamente. En el documento figura la advertencia y también la explicación del fenómeno: la 'maría' que crece clandestinamente en el interior de decenas de viviendas es 'transgénica', es decir, que es manipulada para que su efecto psicotrópico sea más potente, lo que puede causar alteraciones en las mentes de los consumidores, un peligro que afecta principalmente a los de menor edad.
«Debemos alertar de que las concentraciones que se alcanzan con los nuevos cultivos derivados de semillas modificadas genéticamente son tan elevadas que estudios científicos alertan de las consecuencias nefastas para la salud mental de consumidores habituales, especialmente alarmantes en el caso de menores y jóvenes», enfatiza la Fiscalía Superior.
Venta de semillas
En este sentido, el documento lamenta «la permisividad» que existe «en parte de la población» porque cree «se trata de una droga más inocua» que las demás. Es una apreciación tan errónea como peligrosa, viene a concluir la memoria.
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Así las cosas, el ministerio público propone una «regulación legal» más restrictiva para los establecimientos que venden semillas de cannabis, una actividad que «actualmente no está fiscalizada al no contener (las simientes) principio activo ni por tanto ser considerada» una «actividad ilícita».
Sin salir del territorio de la marihuana, la Fiscalía Superior insiste en poner el foco en la plaga de los apagones de luz que soportan miles vecinos de la capital debido a la proliferación de tomas ilegales de las redes de suministro eléctrico, una práctica que está fuertemente vinculada al cultivo de 'maría'. La institución reitera que el castigo penal que corresponde a este delito es insuficiente para erradicar las plantaciones. Es tanto el dinero que se obtiene traficando con esta sustancia que compensa el riesgo de ser enjuiciado y condenado. «(...) Los cortes de luz a consecuencia de los enganches ilegales a la red eléctrica (...) afectan, en especial, a sectores desfavorecidos como pueden ser ancianos, menores o dependientes, para quienes el suministro referido es un elemento imprescindible para, en ocasiones, su asistencia personal y médica.
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Consta a esta Fiscalía la existencia de una comisión formada por autoridades administrativas y de la mercantil Endesa para subsanar el problema. Se hace constar la insuficiencia de la respuesta penal para solucionar la situación que se deriva de dicha problemática, dada la consideración del enganche ilegal como un delito leve, con una respuesta punitiva igualmente leve. En no pocas ocasiones, los referidos enganches están ligados a cultivos intensivos de marihuana, con lo que la rentabilidad económica se multiplica y hace que las penas sean todavía menos disuasorias», refleja el documento.
El caso es que esa liviandad de las penas ha favorecido que los 'huertos' interiores de 'maría' ya no sean algo exclusivo de Granada. La mancha verde se ha extendido por toda Andalucía. «No hay provincia que esté libre de este tipo de actividad, pues el precio de un kilo de marihuana, en el mercado ilícito, 1.490 euros, es equivalente al de un kilo de hachís, 1.587 euros. La ganancia es muy superior al requerir mucho menos capital y riesgo la inversión».
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