El fiscal rebaja a 15 años su petición para Yasmina al descartar asesinato pese a que la cosió a puñaladas
El Ministerio Público retira los cargos contra su encubridor, mientras que la acusación particular que ejerce la familia de la malograda joven sigue solicitando prisión permanente revisable para la procesada
Tras tres días de intensas y duras sesiones, el fiscal que ha intervenido en el juicio por el crimen de Marina Díaz Vallecillos, la joven ... de 18 años de Motril que fue apuñalada y golpeada brutalmente el 12 de abril de 2021 por su novia, Yasmina M. R., ha modificado su petición de condena para la acusada. La ha rebajado de 17 años y medio de prisión a 15, mientras que la acusación particular que ejerce la familia de la víctima ha seguido pidiendo prisión permanente revisable.
Publicidad
El representante del Ministerio Público, tras escuchar a acusados, testigos y peritos, ha concluido que Yasmina cometió «un homicidio» y no un asesinato, y ha descartado que se enseñara con la víctima, que presentaba un sinfín de heridas contusas, erosivas e inciso penetrantes (hubo 50 acometimientos con el cuchillo). Una de las primeras puñaladas le alcanzó el corazón y fue mortal de necesidad, un extremo por el que la fiscalía descarta que la procesada causara un sufrimiento inhumano a Marina.
Para el supuesto encubridor del crimen, Antonio Manuel L. C., el vecino de Varadero con un 54% de discapacidad intelectual que ayudó a Yasmina con el cadáver y a buscar un lugar donde enterrarlo que finalmente no encontraron, la fiscalía ha retirado los cargos. Inicialmente solicitaba para él 15 meses de encierro.
El cuerpo sin vida de Marina fue hallado por la Policía el 13 de abril, debajo de un colchón del cortijo del Camino de Pataura donde la pareja convivía, envuelto en un edredón y atado con cuerdas. Fue la propia Yasmina, quien, al entregarse en la Comisaría de Motril, indicó donde estaba.
Publicidad
El fiscal ha reconocido que no ha sido un proceso sencillo, pero ha concluido que entre Marina y Yasmina hubo aquel día «una discusión de pareja» -ha recordado que los agentes lo refirieron el martes en el juicio como posible motivo- y que, aunque la procesada quiso acabar con la vida de la joven, «no existió ensañamiento», una agravante que sí contempla la acusación particular.
La familia, que está representada por los abogados Jesús Huertas y Marta Maldonado, también ve alevosía en el crimen, pues la chica «fue acorralada» en un rincón del salón-comedor del cortijo donde vivían y «no pudo defenderse». De hecho, no fueron encontrados restos de ADN de Yasmina en las uñas de Marina, que solo trató de protegerse con sus brazos.
Publicidad
Giro
Para justificar el giro en su postura, el fiscal ha aludido a las conclusiones de las forenses y ha ensalzado que la muerte de Marina «fue casi inmediata», aunque el acometimiento fuese «brutal» y el acto criminal, «execrable». Marina recibió cuchilladas por todo el cuerpo, una patada en la cara y más golpes ya en el suelo.
En cuanto las circunstancias modificativas de la responsabilidad penal, el fiscal ha descartado que la acusada actuara bajo la influencia de la cocaína, aunque por aquellas fechas consumiera esta droga, al tiempo que ha apreciado la atenuante de confesión y la agravante de parentesco. La confesión, porque se acabó entregando a la Policía. El parentesco, porque mantenía con la víctima una relación sentimental desde hacía dos años.
Publicidad
Las defensas de Yasmina M. R., de 34 años, y Antonio M. L. C., de unos 40, han elevado a definitivas sus conclusiones provisionales. El abogado de Yasmina, Enrique Crespo, pide una pena de prisión no superior a 10 años y ha subrayado que su clienta merece ser condenada por lo que hizo (ella misma se declaró culpable el lunes), pero ha pedido al jurado que le impongan un castigo «justo».
Torcuato Recover, letrado del supuesto encubridor, dado su retraso -tiene la edad mental de un niño de entre 9 y 12 años- y a que estaba «manipulado» por la acusada -las forenses han dicho que tenía su voluntad anulada-, reclama su libre absolución. Cree que fue «una víctima más» de Yasmina.
Publicidad
Los «cinco pilares»
En su informe final, el abogado de la familia de Marina ha ido repasando cada uno de los «cinco pilares» en los que basa su acusación por asesinato. El primero, que Marina no se pudo defender ante el brutal ataque (alevosía). El segundo, que sufrió acometimientos con el arma blanca y golpes hasta la muerte (ensañamiento), así como una patada en la cara cuando trató de pedir auxilio, llegando la acusada a «taparle la boca».
«Intentemos ponernos en la piel de Marina. ¿De verdad podemos sostener que en ningún momento sufrió cada vez que Yasmina le clavaba el cuchillo?«, ha preguntado Jesús Huertas al jurado, al tiempo que ha dejado claro que quien quiere no mata.
Noticia Patrocinada
El tercer pilar en el que sustenta su petición la acusación particular es que la joven era especialmente vulnerable por su edad e inmadurez; tenía 18 años y 16 cuando se fue a vivir con Yasmina, quien la «manipulaba emocionalmente». Por eso pide que no salga de la cárcel. «Yasmina tenía completamente anulada a Marina», ha enfatizado, tras recordar los episodios «denigrantes» que la joven contó a su madre en vida, como que la hacía dormir «toda la noche en una silla» o «le echaba sus propios orines».
«Marina tenía un carácter débil, frágil... ¡Era una niña!«, ha expresado el penalista, antes de ponerle nombre al cuarto pilar: »la sangre fría« con la que actuó la acusada durante el crimen y después. En este punto, ha recordado no solo la forma en que dio muerte a la joven y que luego se sentó en las escaleras »para pensar qué iba a hacer«, sino que »planeó de una forma muy fría« deshacerse del cuerpo y »crear una falsa realidad«.
Publicidad
Así, ha recordado que tras matar a Marina se quitó la ropa ensangrentada y se duchó, trasladó el cuerpo «arrastrándolo« hasta el dormitorio y limpió »escrupulosamente« toda la casa. En la inspección ocular no se halló ni una gota de sangre, pero los agentes de la Policía Científica, con sus técnicas, localizaron las salpicaduras.
Aparte, se hizo pasar por la víctima y mandó mensajes de WhatsApp a un compañero de la farmacia donde la joven trabajaba para indicar que estaba enferma y luego a su jefe para comunicar que dejaba el trabajo porque se iba a vivir a Málaga. También tiró «toda la ropa de Marina» y «los enseres de la casa» y se buscó «a alguien» para enterrar el cadáver.
Publicidad
Para el supuesto encubridor, la acusación particular ha rebajado su petición de condena a seis meses de prisión, al apreciar una «eximente incompleta» en su retraso mental.
Última palabra
Yasmina no ha querido añadir nada más en su derecho a pronunciar la última palabra al término del juicio. Tampoco Antonio. Ambos han salido de la Audiencia -la primera rumbo a prisión- con una fuerte protección policial, para evitar altercados con los familiares y allegados de Marina. Pero ello no ha impedido que algunos ánimos se exaltaran.
Este miércoles han aparecido carteles con la cara de Marina en algunas de las farolas de Plaza Nueva. El objeto del veredicto se entregará este jueves al jurado.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión