Vladimir, a la izquierda, y el jefe de la Policía Local de Íllora tras el regreso de Ucrania el pasado sábado. ideal

El final del viaje de Vladimir

El vecino ucraniano de Íllora vuelve a su casa del municipio ilurquense después del viaje a Ucrania con la incertidumbre de lo que le pueda ocurrir a su hijo y yerno que se encuentran en el frente de guerra

Martes, 15 de marzo 2022, 00:46

Vladimir y el jefe de la Policía Local de Íllora, Antonio Cobos, regresaron el pasado sábado del país ucraniano, donde acudieron cargados de material humanitario ... y militar para entregarlo allí. Vladimir ha podido ver a su hijo y a su yerno, ambos en el frente de guerra, a quienes les ha facilitado material de protección militar, ropa de abrigo y botas militares, entre otros enseres. También facilitaron medicinas, ropa y comida a los ucranianos que necesitan de este apoyo humanitario para salir adelante en unas condiciones tan deplorables como se encuentran muchos ciudadanos de esta nación en estos momentos.

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«El viaje de vuelta de Vladimir ha sido duro, porque teme por lo que le pueda pasar a su hijo y a su yerno. Todo el viaje de vuelta estuvo pegado al teléfono móvil hablando con su gente de Ucrania», comenta Antonio Cobos, quien lo acompañó en esta aventura al país ucraniano. «El viaje ha sido duro, pero reconfortante porque sabes que hemos aportado nuestro grano de arena gracias a la solidaridad de los vecinos de Íllora y de Montefrío, quienes donaron todo el material que hemos llevado a Ucrania».

Atrás quedan más de cuatro mil kilómetros recorridos, muestras muestras de solidaridad recibidas en carretera y cuando paraban a tomar algo en vías de servicio. «Cuando veían los carteles de ayuda humanitaria pegados en el furgón nos pitaban o nos hacían gestos de apoyo», advierte este policía local.

Vladimir ha podido cumplir su sueño de abrazar a su hijo y a su yerno en Ucrania. También se ha podido encontrar con su hija en Polonia después de que pudiera salir por un corredor humanitaria de Ucrania, así como con su esposa quien está en el país polaco cuidando de sus padres, que ya son bastante mayores.

«A Vladimir lo han llamado ahora de Atarfe para ir a Ucrania como traductor. Allí tienen previsto fletar uno o dos autobuses con ayuda humanitaria para Ucrania y después pretenden traerse a refugiados para España. Quieren que Vladimir vaya de traductor en ese convoy, pero no sé qué hará. También tiene que atender sus necesidades laborales».

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Lo más duro de todo este viaje a Ucrania han sido dos cosas: «dejar a un hijo en el frente de guerra y ver cómo salía la gente por la frontera con Polonía huyendo de la guerra». Este es el final del viaje de Vladimir.

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