Una fiesta de doce horas en una casa okupa del Realejo hace estallar a los vecinos

La gota que ha colmado el vaso de la paciencia de los vecinos del Realejo ha sido una fiesta que se prolongó durante más de doce horas desde la noche del viernes al mediodía de sábado día 12 de este mes de febrero.

La misiva enviada el día 15 de febrero, mantiene en todo momento un tono cordial, educado y colaborador. De hecho, comienza con un acercamiento de posiciones: «Nos ponemos en contacto con ustedes porque como colectivos que reivindicamos luchas sociales y vecinales consideramos indispensable el conocimiento, diálogo y trabajo conjunto en pro de un beneficio colectivo».

Tras este primer párrafo, los integrantes de la asociación 'Por un Realejo habitable' recuerdan la participación y apoyo del colectivo Stop Desahucios a los inquilinos actuales de la casa okupada de la calle Molinos. «Hace unos días, más exactamente el pasado 28 de enero, Stop Desahucios participaba en la acción de protesta por la presencia policial en la casa recientemente ocupada en la calle Molinos 21».

Continúan en este sentido y rememoran que ese día, los vecinos del barrio del Realejo vieron cómo los okupas del inmueble y varias personas de la organización Stop Desahucios reivindicaban frente a la Policía Nacional mediante cánticos el derecho a una vivienda digna para familias desprotegidas y sin derecho a un hogar.

Finalmente, la Policía abandonó las inmediaciones del inmueble y los residentes de la vivienda «orgullosos por ganar la partida celebraron con música y algarabía durante varias horas», apuntan.

A partir de este momento, el escrito pasa a describir los hechos acaecidos desde entonces. «A fecha de hoy las fiestas continúan. Mejor dicho, nunca han cesado, desde que vivían en el otro inmueble ubicado unos metros más allá de donde hoy están, las fiestas con elevado volumen han sido el común denominador». Trasladan entonces que los vecinos que viven cerca de la casa «están desesperados».

La gota que ha colmado el vaso de su paciencia ocurrió el fin de semana del 11 y 12 de febrero. Entonces, una fiesta que empezó el viernes por la noche «continuaba al medio día del sábado 12 de febrero». Fueron más de doce horas de fiesta.

La crítica apunta entonces al modelo que defiende el movimiento okupa. «Como asociación vecinal que somos, nos sorprende que el movimiento social de ocupación el cual dicen abanderar (y prueba de ello es la bandera que cuelga uno de los balcones de la casa) hacen un uso incorrecto de la vivienda y de las normas de convivencia».

Y llegan entonces las preguntas que la asociación 'Por un Realejo Habitable' traslada a Stop Desahucios. «Se ocupa el inmueble a fin de utilizarlo como vivienda, entonces ¿por qué no cumplen las normas de convivencia y respeto a los demás? ¿Desconocen que el barrio del Realejo tiene familias, niños, niñas y personas mayores y de todas las edades que tienen derecho al descanso?», les demanda la asociación.

Y añaden: «¿Por qué tenemos que soportar que la vivienda ocupada se haya convertido en una casa de fiestas a cualquier hora del día? Toda una injusticia en manos de quienes reclaman justicia», sentencian. Ahora, están a la espera de sus respuestas.

La misiva termina con el requerimiento: «Acudimos a ustedes mediante este escrito para denunciar la conducta incívica e injusta de quienes viven actualmente en la casa okupa, y a quienes ustedes han apoyado en movilizaciones».