«Ha sido muy fácil encontrar trabajo»

Esta granadina trabaja en la Costa del Sol, pero hay días que teletrabaja desde Granada. «La empresa está situada en Málaga, pero me permite trabajar en remoto. Así que paso unas temporadas en Málaga, porque es agradable tener cerca a los compañeros de trabajo, y otras veces trabajo desde Granada y así puedo pasar tiempo con mi familia y amigos. ¡La conciliación es un plus!», valora.

En la Escuela de Informática y Telecomunicaciones de la Universidad granadina no hay paro. En 2021 se graduaron 259 jóvenes (el mercado demanda muchos más). Elvira es un ejemplo de lo habitual en el centro del campus de Aynadamar, donde nada más terminar e incluso antes tienen empleo. Lo que no ocurre en otras muchas carreras. «Tengo amigas que no lo han tenido tan fácil como yo en otras titulaciones y alguna ha tenido que opositar para poder trabajar de lo suyo», relata.

Las carreras de Informática y Telecomunicaciones matriculan pocas chicas. Elvira demanda que no sea así y anima a estudiar estos estudios. En primero y segundo de carrera en su clase estaban cinco alumnas frente a setenta alumnos y en el resto de años ella sola. «Siempre animo a las chicas a hacer esta carrera. Participo en todas las iniciativas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) de la unidad de cultura científica de la UGR y como monitora así como ayudando en la coordinación del campus tecnológico para chicas de ESO y bachiller», expone. En la empresa están siete mujeres de treinta y siete trabajadores.

«No te puedo negar, que sí ha sido fácil encontrar trabajo. Al poco tiempo de echar el currículum comencé con entrevistas en distintas empresas, teniendo opción hasta de poder elegir. Sí estoy contento, las condiciones son muy buenas y el ambiente en la empresa es maravilloso, no me puedo quejar. En un futuro, sí que me gustaría cambiar de aires y trabajar en otra ciudad y en otra sección de la tecnología». Es José Manuel Quiles Pérez el que habla, graduado en Telecomunicaciones por la UGR y máster habilitante. Su trabajo fin de máster lo hizo en Suiza. Ahora trabaja en JTSEC, una empresa dedicada a la ciberseguridad, ubicada en Granada.

José Manuel Quiles (Loja, aunque lleva «toda la vida» viviendo en la capital) confiesa que irse de Granada no es nada nuevo para él, aunque no hizo la carrea de Aeronáutica en Sevilla por no irse de la ciudad de la Alhambra. Ahora ríe cuando lo recuerda y después de haber vivido y estudiado durante la carrera en varios países. «Es cierto que antes de asentarme en un puesto fijo en Granada, me gustaría trabajar en otra ciudad durante unos años. Pero como digo, después de haber vivido en tantos países, acabar viviendo en Granada sería estupendo», valora. El acelerador de partículas o el centro y agencia de inteligencia artificial son «futuros proyectos que no solamente van a mejorar la economía de la comunidad autónoma y de la ciudad, si no que van a ofrecer muchos puestos de trabajo a todo tipo de ingenieros dando también más prestigio a Granada».

Yana Zaeva, nació en Rusia y lleva viviendo en Granada desde que tenía siete años. Ella es el ejemplo de empleada antes de finalizar la carrera de Telecomunicaciones. Lo hizo en cuarto año. Desempeña ya su labor en la empresa Wazuh y está preparando el trabajo fin de grado. «No tengo perspectivas de cambiar ahora mismo, ya que estoy a gusto con el proyecto, los compañeros y algunas ventajas que se nos ofrecen, aunque en un futuro no lo descarto», explica.

Sobre el despegue tecnológico de la ciudad apunta que es «bueno» porque «solo aportará beneficios». El trabajo que hace consiste en desarrollar y mantener un software escrito en Python (programación). Yana quería estudiar ingeniería aeroespacial (Sevilla) no lo hizo y ahora no se arrepiente.

David Gil Bautista (Fines, Almería) se graduó en Informática en 2020 en la UGR. El contrato laboral lo ha firmado en Granada en Constella Intelligence, una empresa de ciberseguridad. Antes trabajó en Bulevip, un marketplace líder en nutrición y deporte. «En esta última empecé como becario y tras acabar las prácticas me contrataron a jornada completa», describe.

Hay varios proyectos en Granada que están ofreciendo «muy buenas oportunidades a los estudiantes con perspectiva de futuro», por eso, de momento no se plantea irse.

Por otra parte, sostiene que «el que sean unos estudios sin paro también se debe a que no puedes parar de estudiar una vez finalizas la carrera. El sector de la informática lleva creciendo exponencialmente más de una década, y esto se debe a que cada día surgen nuevas tecnologías que pueden solucionar problemas que previamente no tenían solución y se necesita a más gente para cubrir estos nuevos puestos. En otros sectores no hay tanta demanda y el llegar a encontrar un puesto fijo tiende a ser mucho más complicado». David quería estudiar Bellas Artes no tuvo nota y se matriculó en Informática, ahora está contento.

Elvira, José Manuel, Yana y David atesoran un relato compartido de escasas dificultades para encontrar una silla en el mercado laboral. Es la historia de las decenas de graduados en Informática y Telecomunicaciones de la UGR los dobles grados en estas materias. Los cuatro valoran y puntúan muy bien los estudios y aprendido en la escuela del campus de Aynadamar.

«Mi puntuación es un 10, porque aprendes las bases de muchas cosas y eso te permite adaptarte a cualquier tipo de trabajo y una vez en el trabajo que te gusta, seguir especializándote», puntúa Elvira a los estudios de Informática en la UGR.

«Recomiendo estudiar mi carrera, porque, aunque sea difícil, sabes que vas a tener un buen futuro asegurado. Es cuestión de constancia y fuerza de voluntad. A la UGR no puedo darle menos de un nueve ya que todos y cada uno de los profesores que he tenido a lo largo de mis estudios, tanto carrera como máster, han sido increíbles aquí en Granada, en Alemania o en Suiza; sumado también a las experiencias tan bonitas que me han regalado y facilitado como el Erasmus o las prácticas internacionales. Lo único que puedo decir es gracias a todos y cada uno de los que hace posible que la UGR funcione», subraya José Manuel. La puntuación de Yana es de un 7.5 sobre diez y la de David de un seis sobre diez. Se los rifan.