«Todavía me explota la cabeza de esa imposibilidad de salir del maltrato»

Luisa María, de origen mexicano, admitía al preguntarle sobre la relación, que «no es fácil salir». Dejando una interesante llamada de atención: «Yo juzgaba mucho a las personas que observaba en estas situaciones y no entendía su incapacidad de toma de decisiones. Ya cuando estás en el ojo del huracán… A mí todavía me explota la cabeza de esa imposibilidad, realmente es muy difícil salir». Lo admitía con dolor porque ella se formó, salió de su ciudad y estaba preparada sabiendo bien lo que quería. Y ocurrió.

Hubo y hay mucho dolor. Tiene 30 años. «Esto acaba de pasar. Estoy asimilando cosas. La danza me ha permitido poder observar mis emociones y entenderlas. De repente me pasa que en la vida cotidiana no reacciono, ni físicamente ni verbalmente. Poderles dar salida por medio de las artes escénicas para mí fue muy aliviador», relató. Además, está en terapia psicológica.

Salió de aquella relación. «Tomé la decisión a partir de que un día mi cuerpo dejó de sentir, como si me hubieran apagado. Eso me preocupó mucho. Fue el punto más bajo de todo lo que yo podía sentir, irónicamente, dejar de sentir fue lo que me hizo tomar una decisión», contó.

Ante el auditorio relató a mujeres y hombres (que eran minoría), con su voz y su danza, la importancia de prevenir. Lo hizo acompañada de Miguel Lorente, profesor de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física de la Universidad de Granada (UGR) y la psicóloga Leticia Soberón.

'La inmersión en el mundo de María', proyecto patrocinado por Fundación 'La Caixa' y Fundación Cajasol, está inspirada en una obra que se llama 'María y que tu corazón siempre sea rojo', una pieza autobiográfica de Luisa María. El estreno de este proyecto, que impulsa en Granada SOIFI4, quiso conectar las emociones de todos los presentes y trasladar ese mensaje de la importancia de la prevención, de saber identificar las violencias y de denunciar.

Soberón se mostró preocupada por que siga reproduciéndose entre adolescentes maltrato psicológico o físico. «Es un tema que hay que investigar más», reclamó. Consideró que no se puede explicar solo por la cultura del patriarcado. «Hay más factores y eso tiene que estudiarse», dijo. Apuntó que el primer freno debe ser el personal. «Si ya pasé ocho fases y estoy bajo la bota de alguien hay que pedir ayuda a los adultos que te pueden sacar de una situación de la que uno no sale solo», señaló.

Miguel Lorente destacó la importancia de tomar conciencia a través de la obra de 'La inmersión en el mundo de María' y del impacto interior. Argumentó sobre la premisa de que uno de los elementos claves en la vida para evitar el resultado es conocer el riesgo. En la violencia de género sucede lo mismo.

¿Qué es lo que ocurre con una violencia como la de género estructural? Se preguntó. La respuesta: «Que la propia sociedad que genera la violencia evita que reconozcas el riesgo, lo integra como parte de la relación, del amor romántico, quien bien te quiere te hará llorar, es tu media naranja, eres tú el que tiene que ayudarle a él a que cambie..». Habló de trampas sobre la cantidad de violencia. «Es lo mismo que cuando las mujeres maltratadas me decían 'mi marido me pega lo normal, pero hoy se ha pasado'. No había crítica a la violencia, la había a la cantidad», lamentó.

También tomaron la palabra representantes de CaixaBank, Universidad de Granada, SOIFI4 y Cristina Cueto, que desde 2005 es magistrada del juzgado de violencia sobre la Mujer nº 1 de Granada. «Pensaba que en pocos años me iría al paro porque la violencia de género se acabaría. Os sorprendería la cantidad que llegan al juzgado», dijo al auditorio en una exposición que llamó a la reflexión para la prevención y la concienciación.

«Yo tengo controlado esto», pensó Luis María durante aquella relación tóxica. No lo tenía. No era amor. Su mensaje, que se vayan, que dejen esa relación. Otro mensaje importante de ayer: no hay perfil de maltratador ni perfil de víctima.