Un experto en IA, sobre facilitar la imagen de iris por criptomonedas: «Puede acabar en manos de 'hackers'»

Francisco Herrera es catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial por la Universidad de Granada. Está estrechamente relacionado con el mundo de la biometría, la ciencia que analiza datos biológicos de los seres humanos mediante herramientas estadísticas. El iris es uno de esos elementos de nuestro organismo capaz de revelar información acerca del individuo, según Herrera. «Aporta las mismas referencias que la huella dactilar. El iris sirve para diferenciar a un ser humano de otro. Para realizar una lectura correcta hay que coger una toma apropiada», explica a IDEAL.

Esto conlleva emplear «una cámara fotográfica de calidad y llevar a cabo la imagen a poca distancia. A un máximo de tres metros del rostro», añade Herrera. Así lo hace Worldcoin en las tomas que realiza por todo el globo, Granada inclusive. El usuario se sitúa frente a un «dispositivo de verificación biométrica» llamado Orbe, como indica la iniciativa en su información oficial. El aparato capta el iris y recoge la muestra necesaria. Como recompensa, la compañía ofrece dinero en su propia criptomoneda, cuyas siglas son WLD. Pero, ¿para qué necesita Worldcoin esta inmensa cantidad de datos biométricos?

«Desconocía la existencia de este proyecto, pero sé de otros muchos que recopilan muestras con fines idénticos. Mediante los rasgos propios de cada iris, identificar a un individuo y distinguirlo de otro es posible. Esta información se destina para entrenar los algoritmos de inteligencia artificial de estas compañías. El objetivo es que puedan conocer por sí mismos la identidad del usuario que está en línea», cuenta el catedrático. En este caso, el iris funcionaría como un identificador ('World ID') para operar en la plataforma bancaria de Worldcoin.

El proyecto argumenta que su 'World ID' también lograría diferenciar al usuario humano de cualquier bot de inteligencia artificial. Un paso que acabaría con ciertos peligros de cara a completar diversos trámites y transacciones en internet. «Los bots se pueden configurar para robar credenciales y piratear información en la web. Sin embargo, la identificación biométrica es humana al 100%. Una máquina no tiene iris, por lo que no podría acceder ni actuar en esta plataforma, sea cual sea su misión», aclara Herrera.

Otro de los interrogantes sobre esta práctica pasa por su legalidad. Herrera la garantiza a causa del acuerdo que la compañía establece con el usuario. «Si la empresa únicamente recopila las muestras de iris para su actividad interna después de haberlo acordado con el cliente, no comete ningún delito. Distinto sería que esta identificación biométrica pasara del ámbito privado al público. Por ejemplo, la instalación de cámaras en la calle que nos identificaran por nuestro iris. Esto sí que no está permitido a día de hoy», indica.

El catedrático no esconde los riesgos de facilitar cualquier dato biométrico ante la posibilidad de que termine perdido en internet. «Puede acabar en manos de 'hackers' y que se haga un mal uso del iris. Todo lo que está en la red se puede piratear. Es importante que las empresas y los bancos que operan con este tipo de datos refuercen su seguridad para evitar estos problemas. Los sistemas de doble o, incluso, triple verificación dificultan el proceso de 'hackeo'», finaliza.

Worldcoin ha causado toda una polémica mundial con esta práctica. Mientras se dilucida su verdadero potencial, así como sus supuestos quebrantamientos de la normativa de protección de datos, decenas de jóvenes hacen cola en Granada para conseguir «60 euros» en WLD a cambio de una toma de su iris. «Te sitúas delante (del Orbe) y diriges la mirada hacia unos puntos determinados. Se tarda un minuto. Vaya, hemos pasado más tiempo en la cola», bromea David Ruiz ante IDEAL.

Este chico tiene 18 años y se está sacando el carné de conducir. No trabaja, ni tampoco cursa estudios superiores o universitarios. Ha acudido atraído por el reparto de criptomonedas junto a un amigo. «Es una divisa nueva. Funciona igual que otras más conocidas. Cada día fluctúa. Se puede vender en todo momento para canjear su valor», explica en base a los datos facilitados por los empleados de Worldcoin, que aseguran no estar autorizados para hablar con los medios de comunicación.

Algunos países como Alemania, Francia, Brasil o India han limitado el funcionamiento de Worldcoin, ya que su política de captación de información biométrica cuestionaba la normativa de protección de datos. En España se han registrado denuncias relacionadas con la gestión de esta información desde su impulso en julio de 2023.