Cincuenta soldados de la UME borran las huellas del virus en Renfe y Mondragones
La Unidad Militar de Emergencias llegó ayer a Granada, ha instalado una base en Armilla y volverá a actuar a lo largo de la semana en otros puntos de la capital
El 'ras' de la cortina en una ventana de la sexta planta llama la atención desde la calle, en la avenida de los Andaluces, frente ... a la estación de trenes de Granada. Los postigos se abren y aparecen dos hermanos, niño y niña, aún en pijama, sacudiendo sus manos al aire: «¡Hola!», gritan eufóricos. No son los únicos asomados. En casi todas las ventanas hay una cabeza apoyada contra el cristal, esperando pacientemente el rugido de los motores. A las 9.30 horas, un camión rojo aparca cerca de la entrada de la estación. Dos hombres y una mujer se bajan. Visten boinas y chalecos amarillos. Nada más pisar el suelo, uno de ellos se agacha para atarse las botas altas. Entonces, desde la fachada de enfrente, una señora anuncia su llegada a voces: «¡Son los de la UME! ¡Francis, José, que ya están aquí!».
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«Los de la UME» son la Unidad Militar de Emergencias y están en Granada para cumplir una doble misión: desinfectar zonas de gran trasiego y conseguir que la ciudadanía tenga conciencia de la situación de alarma en la que nos encontramos. Bajo la atenta mirada de los vecinos, Rafael Cabezas, responsable de la estación estos días, recibió a la avanzadilla militar, les explicó dónde podían estacionar los vehículos y se puso a su disposición, por si necesitaban algo más. «Van a echar el día aquí, creo. Al menos eso han hecho en otras ciudades», comentó Cabezas. Efectivamente, la unidad se concentró allí casi todo el día y, posteriormente, en el complejo administrativo de Mondragones.
La misión
Ayer, cerca de las 10.00 horas, el resto del batallón enviado a Granada entró por la avenida de los Andaluces. Un tipo muy concentrado se bajó de uno de los vehículos y repasó con la mirada los efectivos que ya habían aparcado. De repente, la melodía de 'Juego de Tronos' llamó su atención. Era su móvil. «Capitán Romero. Sí, vamos colocando el león», respondió conforme se alejaba de la zona. El león es uno de los vehículos más llamativos del convoy, una especie de blindado desde el que mantienen las comunicaciones con la base, en Morón de la Frontera.
Crisis del Coronavirus
«Soy jefe de uno de los subgrupos tácticos que tiene el segundo batallón de la UME. Estamos dispersos por varios puntos de Andalucía y hoy llegamos a Granada», explicó Romero a los medios de comunicación, junto a los andenes de la estación del AVE. «Bajo mi mando hay 50 militares, seis vehículos ligeros y seis pesados -añadió-. Vamos a desinfectar zonas donde el virus se puede quedar y producir una contaminación a un usuario posterior: áreas de espera, controles de seguridad, zonas de paso obligado y de trabajo... Puntos muy concretos que podrían favorecer el contagio».
Conforme pronunciaba la palabra «contagio», como si se tratara de una coreografía ensayada, diez miembros de la UME, cubiertos por completo con un traje blanco nuclear, entraron en las instalaciones a paso ligero. Cargaban con unas mochilas amarillas, como las que se usan para fumigar, que no tardaron en dar uso. Uno de ellos dio las instrucciones pertinentes al equipo: las zonas que cubriría cada uno y el orden de ejecución. Unos instantes después, el 'fus fus' de las mochilas esparcía un fuerte olor a desinfectante por los arcos de entrada al tren. Mientras que algunos miembros de la UME cubrían la zona de manera general, otros se ufanaban en los pequeños detalles, acercándose con papeles y trapos a un milímetro de las malditas e invisibles huellas del puñetero coronavirus. «Nadie debe pasar por esta zona durante una hora y media», advirtieron antes de irse.
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Pasadas las cinco de la tarde, un grupo del batallón del capitán Romero se desplazó a Mondragones, donde repitieron el proceso en la entrada, en las oficinas, en las salas de espera y el resto de zonas de paso del complejo administrativo del Ayuntamiento de Granada.
En casa
Para cumplir con su segunda misión, pequeños grupos de la UME se repartieron por el Centro de Granada, tanto a pie como con vehículos ligeros, para concienciar y subrayar el mensaje más repetido estos días, megáfono en mano: «Quédate en casa». Algo que seguirán haciendo a lo largo de la semana.
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A última hora del martes, el equipo del capitán Romero volvió a Málaga, a pasar la noche, a la espera de nuevas misiones para el resto de la semana. Hoy, si no hay sorpresas de última hora, la unidad se desplegará por Sevilla, Jaén, Málaga, Badajoz, Almendralejo, Zafra y Cáceres. Sin embargo, esta misma tarde volveremos a ver los camiones de la UME por Granada ya que desde hoy la Base Aérea de Armilla se convertirá en punto de encuentro para parte de los miembros de la unidad, donde dormirán y se organizarán para las siguientes misiones.
Previsiblemente, a lo largo de la semana la UME volverá a actuar en la ciudad. Según informó el Ayuntamiento de Granada, estos son los puntos estratégicos que se han marcado para realizar desinfecciones, además de la estación de ferrocarriles y Mondragones: la estación de autobuses, el ayuntamiento, el mercado de San Agustín, Merca 80, Mercagranada, Mondragones, el pabellón Paquillo Fernández, el aeropuerto y los centros cívicos y de asuntos sociales.
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Pese a que la UME funcione con dos misiones en mente, limpiar e informar, ayer también cumplieron con una tercera inesperada, con los niños que se asomaban a los balcones, aburridos del aislamiento, que reían y saludaban y miraban por la ventana como si tuvieran delante a la mismísima Patrulla Canina. Ése fue, sin duda, un contagio necesario.
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