Se enfrenta a 9 años de cárcel por la supuesta violación de una señora en Albolote

El día de autos, denunciante y denunciado compartieron charla y cervezas. Incluso se cambiaron de bar «media hora» para finalmente regresar al mismo local donde habían comenzado a beber. Ella, que reconoció que durante esa tarde no estuvo incómoda, consumió únicamente «tres cervezas» en cuatro horas, según dijo ayer en la vista, donde testificó como perjudicada.

La mujer, que declaró ante el tribunal de la Sección Primera tras una mampara y ratificó que fue víctima una agresión sexual, explicó que sucedió después de que los dos se montaran en el coche de F. J., quien, en lugar de llevarla a su domicilio, «tiró hacia el cementerio y paró en un descampado» de Albolote.

Estaba oscuro y »no había nadie«, aseveró la mujer. Una vez allí, de acuerdo con su relato, recibió «bocados». Acabó con «el labio hinchado» y un «morado» en el cuello. Si no salió corriendo y finalmente se mostró pasiva fue porque tenía «miedo».

No denunció hasta el 17 de abril, después de contar a su hija que había sufrido «un robo». Y no quiso denunciar ni contar en un primer momento lo que había sucedido «por el temor a la gente y por vergüenza, porque ya a mi edad que yo tenga estas cosas es muy fuerte», expresó.

La supuesta agresión consistió en un supuesto acceso carnal vaginal con «los dedos» y culminó tras un «forcejeo» durante el que a ella, que se encontraba en el asiento del copiloto cuando supuestamente F. J. se le echó encima, se le cayó el móvil debajo del asiento. Como no lo encontraba, lo recuperó gracias a una llamada perdida que le hizo el acusado «con un número oculto».

«Se lanzó sobre mí», indicó la señora, a la vez que precisó que llevaba «pantalones» y que él «le bajó la cremallera». En ese instante, según señaló, tenían el cinturón de seguridad puesto. «Yo lo único que le decía era 'déjame y llévame a mi casa'».

Frente a su testimonio, el acusado, que defendió su inocencia, aseguró que fue la denunciante quien en el bar fue en busca suya y le pidió que le invitara a una cerveza, así como que luego le dijo «que la llevara a un hotel».

El hombre negó que cuando estaban solos en su coche se produjese forcejeo alguno y manifestó que se limitó a llevarla a su casa «porque estaba muy mal». Precisó que paró el vehículo en los alrededores de la tapia del cementerio de Albolote y que la ayudó a bajar porque tenía ganas de vomitar.

Después, según agregó el acusado, regresó al bar donde ambos habían estado y se tomó otro cubata con un amigo, quien declaróm también ayer como testigo y corroboró ese extremo, así como que F. J. tardó «de diez a 15 minutos» en volver al establecimiento.

La defensa del acusado, que se encuentra en situación de libertad provisional, reclamó su libre absolución. En su informe final, su letrada sostuvo que no existe ninguna prueba «objetiva» de la supuesta agresión y que el parte ginecológico de la víctima especifica que todo estaba normal. «No hubo ni violencia, ni intimidación ni agresión sexual», enfatizó la abogada del denunciado.

El caso quedó visto para sentencia después de que el procesado hiciera uso de su derecho a pronunciar la última palabra e insistiera en que no hubo violación. «Yo no he hecho ningún delito ni le he tocado».

Las fuentes del caso consultadas por IDEAL detallaron que, además de los «nueve años de prisión», las acusaciones piden una indemnización para la denunciante «de 7.500 euros». La señora está representada en el procedimiento por el letrado Francisco José Fernández Sánchez-Jofre.