Muchas sonrisas y un ambiente estupendo en la comida anual de las Damas del Pilar, una cita ya imprescindible. Y es que, como destacó la ... presidenta, Marisol Asenjo, pueden presumir del trabajo de todas durante el año y de la fuerza de una asociación que sigue creciendo, algo que «aunque cuesta trabajo, nos llena de satisfacción y de ganas de superarnos».
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Marisol recordó que esta era ya la séptima edición de la comida y celebró que el encuentro se haya convertido en «una reunión de familiares y amigos». A ella no faltaron Toñi Sánchez y Alicia Jiménez, Ana Alférez o Rosa Campos, y también el abad del Sacromonte, Antonio Fernández, con el que la asociación tiene un vínculo muy especial.
También pude saludar a Marga González, feliz de ir superando el bache que, aun siendo complicado, va dejando atrás, recuperando su bonita sonrisa, que tanto echábamos de menos. Y estuvieron Esther Pancorbo, Pilar Asín y Rosa Rodríguez, que disfrutaron de un ambiente entrañable y festivo, al igual que Pepi Hueso, María Pérez, Toñi Guerrero y María José García.
Marisol quiso subrayar que la comida y el acto solidario son los dos pilares –y no es un juego de palabras– fundamentales de la asociación: la primera, por la posibilidad de compartir buenos momentos, y porque parte de lo recaudado se une a otras iniciativas, como los mercadillos, para conseguir colaborar con asociaciones sin ánimo de lucro, ofrecer ayudas a niños y adultos con enfermedades graves o impulsar campañas de donativos en emergencias como la guerra de Ucrania o la dana de Valencia.
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También estuvieron María Elena Álvarez, Pilar Pozo, Puri Linde, Elvira González y María Rubiño, que compartieron la emoción de un día muy especial. La presidenta se emocionó especialmente con la reciente entrega de la distinción otorgada por la Guardia Civil, un reconocimiento «en agradecimiento a la entrega y dedicación a la institución y a la defensa de los derechos de la población», palabras que fueron recibidas con un fuerte aplauso.
Entre las damas asistentes estaban Mari Patro, María de la O, Aurora, Noelia, Carmen o Patricia; y también Mari Carmen Gutiérrez, promotora del próximo viaje a Sevilla para visitar a la Macarena, precisamente en este año de la Esperanza. Le acompañaba Eduardo Peralta, a quien la jubilación le sienta de maravilla, tal vez porque sigue tan activo e involucrado como siempre.
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«¡Qué suerte tenemos!», exclamó Marisol al despedirse, agradeciendo al casi centenar de personas presentes, incluida —y eso les gusta mucho— la participación de un grupo de jóvenes «que son nuestro futuro».
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