Las empresas ven «trampas» en unas ayudas que no dejan entrevistar al candidato

La primera de las pegas que señalan las empresas es que la selección se realiza a través de currículum ciegos. El Servicio Andaluz de Empleo les envía tres currículum sin identidad y las empresas tienen que seleccionar a uno de ellos sin conocer al candidato ni entrevistarle personalmente para tantear si sus intereses y habilidades van encaminados hacia lo que necesitan.

En el caso de la empresa pionera en turismo inteligente Smart Tourism, han obtenido ayudas para contratar tres ingenieros informáticos que desarrollarán herramientas basadas en la Inteligencia Artificial o la realidad aumentada. «El procedimiento tiene peros en el caso del sector tecnológico, que es muy especial. Por ejemplo, uno de los requisitos es que sean desempleados y estamos en un sector con pleno empleo, por lo que va a ser un problema», apunta el CEO de la empresa, Javier Merelo.

Otro handicap del programa, según coinciden las empresas, es que si el investigador se marcha voluntariamente antes de cumplir un año de contrato, es la compañía la que tiene que abonar su sueldo. «En un sector tan competitivo como el tecnológico, donde se ficha talento a golpe de talonario siempre tienes el riesgo de que llegue una multinacional y le ofrezca un 20% más de salario y se te vaya. Y eso no es culpa nuestra. Las bases están mal redactadas porque no permiten buscar a otra persona ni sustituirla», incide Merelo. «La ayuda como idea está genial, facilita la incorporación de talento a las empresas pero al menos para nuestro sector, el tecnológico, tienen trampas», esgrime Merelo.

También tienen esta sensación en la empresa tecnológica Grupo Winecta, otra de las beneficiaras de la ayudas. «Es un riesgo financiero para la empresa tener que devolver el 100% si el investigador se marcha antes de un año. Estamos estudiando a ver que hacemos», admiten.

En la empresa comercializadora de miel Feysol Nature están contentos con la subvención que les permitirá contratar investigadores pero igualmente les hubiera gustado poder seleccionar personalmente a los candidatos con una entrevista «para saber si saben algo del sector de la miel o tienen alguna experiencia previa en este campo».

Desde la consejería de Empleo inciden en que las bases del programa vienen impuestas por el Gobierno a través del SEPE y en que, por el momento, «no se ha dado la situación de que una empresa tenga que devolver la ayuda» porque no se llegue a cumplir el contrato de un año. «Hasta ahora no se le ha pedido el reintegro a ninguna de las empresas en esta situación. Para estos casos, se está valorando solicitarles el reintegro parcial, de forma que no se vean perjudicadas en caso de que se les vaya antes el investigador. La opción que se baraja es por tanto, hacer una valoración por el proyecto completo. Están revisando la normativa para ver si eso es posible», señalan a IDEAL desde la consejería de Empleo.

«El programa ofrece buenos sueldos para las investigadores y las ayudas son muy interesantes para las empresas, pero a la hora de la verdad te topas con la realidad. Muchas veces encontramos candidatos con currículum brillantes pero poder entrevistarles es fundamental. Además, el sector tecnológico es particular, que no se permita contratar a candidatos de más de 30 años es una limitación ya que hay gente que se ha reciclado, que podría estar disponible y que sin embargo se queda fuera por edad», analiza Merelo.

En opinión del empresario, que resume lo que piensan también otros de los beneficiarios, para que sean verdaderamente útiles estas ayudas habría que cambiar las bases para dar más flexibilidad. «No me gustaría pensar que se van a acabar devolviendo fondos a Europa o que estamos en la eterna historia de las ayudas que se anuncian en notas de prensa y luego no son útiles para las empresas», esgrime Merelo. En un plazo de un año se podrá comprobar la efectividad.