94 empresas granadinas en crisis usaron los ERTE para ajustar sus plantillas en el último año

Los masivos ERTE de la covid, buque insignia de la gestión de la crisis económica del Gobierno que llegaron a proteger a 54.507 asalariados granadinos en el pico de la pandemia, han dado paso a los nuevos ERTEde la reforma laboral, que las empresas mantienen como herramienta para flexibilizar plantillas en un escenario de subida de costes y crisis inflacionaria.

Durante el pasado 2022 fueron 94 las compañías granadinas que aprobaron un ERTE para suspender de forma temporal los contratos de un total de 890 trabajadores. Unas cifras alejadas ya de los 673 ERTE que registraron las empresas granadinas en 2021, con un total de 2.111 trabajadores afectados aún en un escenario marcado por el impacto de la covid.

Sin embargo, el número de trabajadores que se vieron incluidos en un ERTE durante el pasado año 2022 prácticamente multiplica por cuatro los niveles que se registraban en Granada antes de la crisis. En 2019, fueron 229 los trabajadores afectados por reducción de jornada o suspensión y tan solo 19 las empresas de Granada la que presentaron un ERTE.

La industria manufacturera y agroalimentaria, con los ERTE de empresas del grupo Arenas Alimentación o Portinox y varios hoteles y empresas turísticas son los ERTE más visibles del pasado año en Granada.

A último día del mes de diciembre de 2022, en Granada quedaban 39 empresas en ERTE, con un total de 161 trabajadores protegidos, según los últimos datos de afiliación del Ministerio de Seguridad Social. Un foto muy diferente a la de 2021, cuando en plena irrupción de la variante ómicron una treintena de empresas de la provincia mantenían aún a 1.274 trabajadores en ERTE.

La mayoría de los negocios que a día de hoy mantienen estos mecanismos activos tienen un ERTE ETOP, es decir por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, mientras que dos compañías granadinas mantienen un ERTE de fuerza mayor y once están acogidas al mecanismo específico que protege a los trabajadores de las agencias de viaje. La estadística provincial crecerá previsiblemente cuando los organismos oficiales contabilicen el sonado ERTE de la factoría motrileña de Torras Papel, que el pasado 8 de enero inició un ERTE que afecta a sus 295 empleados. En el contexto económico de incertidumbre y costes de producción disparados, se espera que otras compañías de sectores como el industrial puedan seguir sus pasos en este año, según expertos en materia laboral consultados.

Sin embargo, la mayoría del tejido empresarial de la provincia, compuesto por pymes y micropymes, «se está sosteniendo y adaptándose a las nuevas circunstancias a costa de reducir su margen de beneficio», en opinión de José Esteban Sánchez Montoya, socio de GSG Grupo Consultor, que asesora a empresas. «Los ERTE están muy estabilizados, preveíamos que iban a venir más y sin embargo las empresa se han reajustado con medidas alternativas como acuerdos con los trabajadores, reducciones de jornada de mutuo acuerdo, contratos relevo o prejubilaciones, más aisladas porque los requisitos son complejos», esgrime.

Los sindicatos, por su parte, hacen una lectura positiva del funcionamiento actual de los ERTE en tanto que se están evitando los despidos colectivos, los temidos ERE, las siglas de la anterior crisis de 2008. «Desde la pandemia el Gobierno ha hecho una buena labor con los ERTE, porque se han conseguido que se mantengan las empresas y el empleo. Gracias a los ERTE no se han desmantelado muchas empresas y eso ha permitido generar también más empleo», esgrime el secretario general de UGT Granada, Juan Francisco.

En la misma línea se expresa el líder de CC OO en Granada, Daniel Mesa, que cree que esta herramienta es una importante conquista sindical: «Donde antes se aplicaban despidos colectivos masivos, ahora se adoptan medidas temporales y reversibles, con garantías para los trabajadores y las trabajadoras evitando la destrucción de miles de empleos».

«Aun conscientes del trauma que supone para las personas trabajadoras, la instauración de este modelo supone un elemento garantista para el mantenimiento de empleo», concluye Mesa.