Antonio Rodríguez y Mari Nieves Martínez, hijo y madre, están al frente de RODAMA. Pepe Marín

La empresa que trabaja para la 'Nasa alemana' y nunca fabrica lo mismo dos veces

Rodama es una de las industrias granadinas que se postula para trabajar para el acelerador: «Si hemos llegado hasta aquí es porque no tenemos miedo a crear lo que no existe»

Domingo, 23 de febrero 2025

La sorpresa es la sensación que invade recurrentemente a los que atraviesan las puertas de la nave de Rodama en el polígono 12 de octubre ... de Santa Fe: «¿Pero cómo está esto aquí?». No se esperan que tras las puertas de una modesta planta, llena de recovecos, se esconda la más puntera de las industrias capaz de crear, pieza a pieza, cualquier máquina desde cero o fabricar tecnología para la NASA alemana. No es nada habitual ver en las factorías de la provincia máquinas de cinco ejes como las que tiene Rodama, una tecnología que vale millones de euros y es capaz de fabricar piezas con exactitud milimétrica.

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Rodama es Rodríguez Arenas Matricería, la empresa que creó hace 35 años el fresador Francisco Rodríguez Arenas, cuando cerraron la empresa para la que trabajaba. «Francisco venía de trabajar en Francia con otra mentalidad, aquí en Granada le encargaban chapuzas pero él quería crecer, compró una máquina, fue invirtiendo...». La historia relata la administradora y mujer del fundador ya jubilado, Mª Nieves Martínez de la Rosa. Ahora los planos que el padre hacía a ojo los crea un gran equipo de ingenieros, que desarrollan y crean automatizaciones, máquinas y líneas producción que no existen en el mercado. Su principal cliente es la multinacional francesa del sector de automoción Valeo. «Por ejemplo, esta es una máquina que creamos para atornillar una parte del faro, porque un faro es un mundo», explica sobre el terreno Mari Nieves.

El empuje del fundador lo ha superado –lo dice orgullosa Nieves– su hijo Antonio Rodríguez, que echó los dientes entre las máquinas de la fábrica montando piezas como quien juega con lego. «El padre creó y el hijo es el que ha transformado la empresa y la llevado a dar un salto, siempre le gustó inventar», afirma.

Distintos profesionales trabajando en las instalaciones de RODAMA. Pepe Marín

En esta empresa, con más de tres millones anuales de facturación y una plantilla de 42 profesionales –la mitad ingenieros– nunca se aburren porque no fabrican lo mismo dos veces. Un perfil que la Industry Office ha detectado como una empresa idónea para poder trabajar para el acelerador. Además, en Rodama ya tienen experiencia con el mundo de la ciencia. Forman parte de un consorcio de la Comunidad Europea, en el que están el Instituto de Astrofísica alemán y la Universidad de Évora, para fabricar un sistema de seguimiento para las placas solares junto a ocho empresas de seis países. También han fabricado para el Instituto de Astrofísica parte de las lentes que usan en radiotelescopios.

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La siguiente parada es el acelerador. «Al tener un grado de radioactividad altísimo no puede haber manipulación humana dentro del acelerador. Todo tiene que hacerse mediante robótica y los robots actuales no aguantan la radioactividad, por lo que habrá que diseñar esos sistemas automáticos que no están inventados... Es nuestra especialidad», sonríe Antonio Rodríguez.

«No hemos trabajado nunca para aceleradores pero estamos deseando. ¡Tenemos que estar ahí dentro! Si hemos crecido es porque cuando nos pidieron lo que no teníamos, creamos un departamento para inventarlo. Hemos llegado hasta aquí porque no tenemos miedo», concluye.

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