Herminia Cárdenas (Trabajadora de UNEI)
«Hay empleadores que creen que por ser discapacitado se pueden reír de ti»Tras sufrir experiencias crueles con anterioridad en el mundo laboral, Herminia ha logrado hacer una carrera como técnica del servicio de teleasistencia
Mujer, madre separada de dos hijos pequeños a los que tenía que sacar adelante y con una discapacidad del 41% por culpa de una ceguera ... del ojo izquierdo y un cáncer de mama que le dejó graves secuelas en un brazo, Herminia Cárdenas Rodríguez, sabe lo que es tener que luchar más que los demás y enfrentarse a obstáculos.
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«Había que tirar para adelante sí o sí, la vida viene como viene y hay que coger el toro por los cuernos», dice Herminia, que ha superado todos. A sus 52 años, con los niños ya convertidos en jóvenes veinteañeros, no solo ha logrado salir adelante sino que ha crecido profesionalmente y ha logrado hacer carrera dentro de UNEI.
Hace años entró para trabajar como monitora de cocina, después fue conserje y, tras reincorporarse por los parones obligados por su enfermedad se formó como técnica del servicio de teleasistencia, un trabajo donde aporta todo su talento y empatía.
Herminia recorre distintos puntos de la provincia repartiendo los famosos botones, haciendo instalaciones, mantenimientos, cambiando equipos... «La suerte de mi vida fue entrar en una empresa como UNEI donde he podido desarrollar una carrera y estoy muy feliz. Como cualquiera, las personas con discapacidad necesitamos un sueldo para vivir, pero mentalmente también necesitas sentirte útil porque podemos hacer muy bien el trabajo, dentro de tu capacidad», esgrime. Y, por desgracia, no todas las empresas aplican esta filosofía, según Herminia, que ha sufrido la crueldad en el mercado laboral.
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«Viví la discriminación en un call center, donde se intentaban aprovechar. Cuando ven que eres discapacitado parece que llevas un luminoso en la frente que dice que se pueden reír de ti», recuerda con pena.
Pero Herminia tiene clarísimo lo que vale. «A la vista está, somos trabajadores maravillosos. Yo cumplo mis funciones perfectamente, como cualquier otro compañero, pero te las tienen que adaptar. Conmigo lo hicieron porque no puedo subir el brazo, por lo que hago teleasistencia básica y no la avanzada que tienen otros trabajos como instalar detectores de humo y gas», explica.
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El apoyo de su empresa ha sido fundamental para Herminia: «Te podría decir muchas cosas, pero lo resumiría en que son muy humanos».
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