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Imagen del ambiente en una de las cruces instaladas este miércoles en Granada Alfredo Aguilar
Tradiciones de Granada

Dos días de Cruces reconquistan Granada sin rastro de botellones

Granadinos y turistas abarrotan la capital para vivir la fiesta con el doble de barras de una forma cívica y sin grandes incidentes

Ángel Mengíbar

Jueves, 4 de mayo 2023, 00:05

Granada se ha reconciliado con sus Cruces. Aquellas que fueron perseguidas antaño por culpa de los botellones y el desmadre ocasionado en los barrios de ... la capital y que a punto estuvieron de acabar con esta fiesta tan granadina. Afortunadamente, la celebración ha resurgido este año con dos días de Cruces. Una modalidad que ha enganchado a locales y foráneos al son de 'La Reja' desde la zona Norte hasta el Albaicín pasando por el Realejo o el Centro.

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Así lo reconocieron organizadores, hosteleros o público general. Cruces en patios, plazas, calles o colegios. Cruces con barra o sin ella. Hasta Miguel, el joven invidente que cantó a la Virgen de la Amargura el pasado Lunes Santo, mientras tarareaba un tanguillo en la Plaza del Carmen. «Las Cruces de Granada son una fiesta. Cuantos más días, mejor para todos. Como ocurre con cualquier fiesta. Encima, esta es muy nuestra. Muy de Granada. Celebrarla dos días significa celebrar Granada», aseveró el chico.

Nueva modalidad

La nueva modalidad ha convencido a los granadinos, a priori escépticos ante el aumento de días y fijar el 3 de mayo como festivo. Todas las dudas quedaron en papel mojado. El día no laborable arrancó a la gente para echarse a las calles desde antes del mediodía para disfrutar de las Cruces. Trajes de flamenca, vestidos de corto, flores... muchas flores. Sobre todo en la cruz de la Corrala de Santiago y en la del Camarín de la Virgen del Rosario, que homenajeaban el centenario de la muerte de Andrés Manjón y su implicación con las escuelas del Ave María. Folclore popular en una fiesta folclórica donde las halla.

Desde primera hora las barras retumbaron con sevillanas, rumbas o la puñalada de Shakira con Bizarrap hacia su exmarido Gerard Piqué, convertido ya en un himno del empoderamiento ante las traiciones de pareja. Entre estrofa y estrofa el desfile de cerveza era continuo. Cerveza, copas, rebujito... por supuesto, con sus habas y salaíllas. En el Monasterio de San Jerónimo, infestado de jóvenes universitarios que copaban unas colas de acceso que llegaban hasta San Juan de Dios, se hacían la boca agua con cada plato que salía de la barra. Mientras tanto, sin rastro de botellones en los aledaños. Ni en ningún barrio de Granada.

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«Sin incidencias», reconoció el jefe de la Policía Local. El gran dispositivo policial y la conciencia colectiva de Granada para no ensuciar la fiesta de las Cruces fueron vitales para evitar las desagradables imágenes de otros años con ríos de alcohol y orín (o cosas peores) en pleno Centro de la capital. Los granadinos bebieron , bailaron y vivieron en las barras durante su ruta de cruces. Una tradición que resurge en Granada sin pero que valga. Dos días de fiesta que vienen para quedarse si las instituciones no cambian en idea. Una celebración que por fin ha dejado de ser una cruz a cuestas.

Un éxito

«Las Cruces de mayo han sido todo un éxito. Hemos vivido dos días de celebración por primera vez en esta ciudad, que ha demostrado estar preparada para la diversión sin provocar incidentes», ha relatado el alcalde de Granada, Paco Cuenca, a IDEAL. En su balance de las celebraciones, el regidor ha pedido que se consoliden las dos jornadas de Cruces, así como el festivo del 3 de mayo. «Lo disfrutan los hosteleros, el público de la fiesta y todo el mundo. Las Cruces de Granada adoptan uns Nueva dimensión », ha concluido.

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