Los pilotos hacen prácticas cada pocos días Pepe Marín

Un día sin fuego en la vida de un bombero

El Infoca ha tenido que intervenir en 88 incendios en lo que va de año, pero muchos días les toca esperar en la base

Álvaro Garrido

Lunes, 20 de noviembre 2023, 00:00

Cuando hay un incendio, todos los bomberos del Infoca están listos y preparados para realizar una respuesta lo más rápido posible para conseguir frenar el ... fuego antes de que llegue a mayores. Pero en el día a día, les toca vivir una calma tensa. En la provincia de Granada hay tres puestos Cedefo (Centro de Defensa Forestal), donde se preparan y desde donde acuden a las llamadas necesarias. IDEAL pasó una mañana en el de Sierra Nevada para observar cómo es el día a día para los bomberos del Infoca cuando no hay ningún incendio que atender. La temporada de alto riesgo acaba de concluir, pero ellos siguen en guardia.

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Todos coinciden en lo mismo, en la calma tensa que se vive. «Siempre estás con la mosca detrás de la oreja porque en cualquier momento te puede tocar ir», explica Félix Muñoz, uno de los técnicos operarios del Infoca. Ellos son los que lideran los retenes, y se les distingue porque a diferencia del resto portan un casco blanco en vez de los amarillos que llevan los bomberos rasos. Los bomberos tienen a veces turnos de diez y once horas, y Félix relata cómo más de una vez ha habido un incidente y han tenido que ir en la última hora del turno. «Una vez incluso coincidió con el inicio de mis vacaciones y como soy de Huelva con la llamada perdí prácticamente un día entero».

Equipo del puesto del Infoca de Sierra Nevada P. M.

En el Cedefo de Sierra Nevada hay ocho retenes preparados para acudir a la llamada del incendio. Además, cuenta con cinco agentes de medio ambiente, que son trabajadores del estado y que desde este centro son los primeros en atender los casos de incendio, pero también se encargan de más temas. La caza furtiva y la pesca ilegal son dos de las grandes preocupaciones de estos agentes, que explican a este periódico que cada vez se encuentran casos más originales para evadir su vigilancia. Sobre todo en la pesca, ya que es mucho más común ver a gente acudir a cualquier río sin permiso ninguno a pescar pensando que no pasaría nada. «Nos hemos encontrado redes en ríos protegidos como el de Bérchules para pillar todo lo que hubiese». También hay expertos en telecomunicaciones en permanente contacto con el resto de estaciones y, por supuesto, varios pilotos que son fundamentales, tanto para transportar a los bomberos al lugar del incendio como para lanzar agua a las zonas más afectadas.

Este centro, al igual que el resto de los que hay en la provincia de Granada, cuenta con vestuarios, aseos, sala de espera, sala de preparación física, sala de formación, oficina para Agentes de Medio Ambiente y almacén, además de zona de aparcamientos, zonas de maniobra de vehículos y espacios ajardinados y peatonales. De esta forma, en los momentos de poco peligro de incendios forestales, el centro sirve como base para la planificación técnica de los trabajos de prevención forestal.

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Los helicópteros no pueden funcionar todos los días porque el coste de la gasolina es muy alto, pero mínimo cada cinco días tienen que volar para mantener activos los motores y para que los pilotos puedan practicar sus funciones específicas. Así, un día de entrenamiento con estas aeronaves comienza con la preparación del aparato. «Mucha gente nos echa en cara lo que tardamos en llegar a veces, pero no entienden que lo hacemos lo más rápido posible, pero que los helicópteros tienen su propio ritmo», expone Antonio Sánchez, subdirector de Infoca en Granada. Tras encender los motores, todos los bomberos deben subirse al vehículo. Uno de ellos siempre actúa como portero, abriendo la puerta y manteniéndola para el resto de sus compañeros. Dependiendo del helicóptero que esté disponible entran o dos o tres retenes. La cantidad de agua que pueden lanzar también varía, yendo desde los mil quinientos litros a los dos mil quinientos.

En los días en que no hay fuegos, los especialistas se entrenan P. M.

Tras el despegue y posterior aterrizaje, el trabajo de los bomberos consiste en desplegar el 'Bambi', que es precisamente la bolsa donde se transporta el agua desde el embalse o la cuenca de la que la recogen. «Siempre intentamos recoger agua pública, en parte para no hacer daño a los agricultores y en parte porque ese agua hay que reponerla», narra el subdirector de Infoca. A veces, se ven obligados a acudir a pozos de agricultores. Cuando lo hacen, ese agua hay que pagarla o reponerla. «Solemos pagar porque nos sale más barato que transportar el agua con el gasto que eso conlleva, pero claro, muchos agricultores lo que quieren es su agua», lamenta Sánchez.

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El 'Bambi' ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Ahora, cuenta con un mecanismo de manera que se pueda dividir la descarga en dos. «Depende del gusto del piloto, a algunos les gusta que caiga entera la carga y otros prefieren dividirla». Cuando se forma un incendio, la prioridad es atacar la zona más afectada y, sobre todo, luchar contra el viento. Así, es fundamental el trabajo de cortafuegos junto a las descargas de agua. Se ataca desde un flanco con agua mientras que se ahoga por el otro, para conseguir detener el fuego lo antes posible. «El piloto tiene que tener mucha pericia para entender cómo está el viento para conseguir que no se desperdicie nada de agua y a la vez que actúe de la forma más efectiva contra el incendio».

En Andalucía la mayoría de estas aeronaves no están disponibles todo el año. «Comprar estos helicópteros resulta demasiado caro para la Junta de Andalucía, así que se procede a la licitación para tenerlos los meses de más peligro», relata Antonio Sánchez. Así, estos mismos aparatos, en cuanto acabe el calor partirán hacia Chile en barco, cuando allí sea verano en nuestro invierno, para seguir apagando fuegos todos los meses.

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El agua que se toma para sofocar un incendio se repone o se paga después si se retira a un particular

Mientras estos vehículos realizan sus prácticas, el resto de bomberos practican haciendo cortafuegos y con sus herramientas, entre las que se encuentran motosierras, azadas y rastrillos con los que, lo más rápido posible, deben conseguir crear una línea efectiva para que las llamas no avancen. El resto del tiempo, los bomberos tienen que llenar las horas de la mejor manera posible. «No podemos estar entrenando todo el turno porque no irían al cien por cien en caso de una llamada», comenta Antonio Sánchez. Así, los apagafuegos dividen su tiempo entre entrenamientos específicos como este, un poco de educación física y formación teórica, tanto dando clase como recibiéndola.

Los bomberos están hechos de otra pasta, y eso se refleja en lo que cuenta David López, otro de los técnicos. «Nosotros ni sentimos el calor cuando estamos en medio de un incendio, lo notamos más en los entrenamientos». Y es que cuando la adrenalina entra en acción, es cuando los bomberos muestran su mejor versión. En el momento en el que las prácticas terminan y comienza el fuego real la preparación de nuestros bomberos salen a la luz, el último bastión frente a las inclemencias del tiempo en la protección de nuestros campos.

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El cajón de arena con el que el Infoca construye su estrategia

Dentro de la formación de un bombero del Infoca hay espacio para variadas actividades, tanto mentales como físicas, para estar lo mejor preparado posible de cara al posible incendio que se pueda originar. Y una de las herramientas que se está revelando como una de las más útiles es el cajón de arena. Tal vez por su nombre uno no se imagine que sea tan importante, pero lo es. El cajón de arena es, a grandes rasgos, un mapa con el que formular la estrategia.

En series como Juego de Tronos se puede observar cómo formulan una estrategia de combate sobre un mapa. Con el inconveniente de que un mapa es liso, y un terreno rara vez es así. Mucha gente tiene genuinas dificultades para leer correctamente un plano, se hacen un lío con las escalas y sufren para ubicarse. Todo eso, con el cajón de arena, se soluciona.

El mecanismo es muy sencillo. Con un proyector se reproduce sobre el cajón el terreno. Al ser arena, se puede recolocar de la manera que quieras, de modo que puedes reproducir con relieve cualquier zona del mapa. Además, se puede ir variando en el momento, según evolucione el fuego. Junto con distintas figuritas, de vehículos, de fuegos de mayor o menor tamaño o de helicópteros, se consigue una reproducción mucho más fiel que en un mapa vulgar.

«Solemos utilizarlo en formación, para que los nuevos opinen sobre las distintas estrategias que se podían haber seguido en incendios pasados», explica Juanma Domínguez, uno de los técnicos del Cedefo de Sierra Nevada. El bombero explica que esto aporta una nueva manera de tratar los incendios, de una forma mucho más intuitiva. Al estilo de los antiguos generales romanos, los líderes se reúnen en torno al 'cajón' para vencer al enemigo común, el fuego.

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