Huye tras chocar con otro coche a 60 km/h por el Camino de Ronda de Granada y se escuda en el toque de queda
El conductor se inventó una rocambolesca historia para eludir su culpa y ha acabado detenido por supuesta simulación de delito: denunció que le había robado el vehículo
Las historias es mejor dejarlas para escribirlas. Fabular ante la Policía es comprar todas las papeletas para acabar denunciado por un delito de simulación ... de delito, valga la redundancia. Y si no que se lo pregunten a un granadino que hace diez días se vio implicado en un accidente nocturno en el Camino de Ronda de la capital. El conductor, de iniciales A. L. y de cerca de 40 años, lejos de seguir el protocolo legal –y moral–, se dio a la fuga. Iba demasiado rápido, según admitió luego, «por la hora y por el toque de queda».
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Pero es que además, a fin de eludir toda culpa, urdió una rocambolesca historia en la que fingió ante los agentes de la autoridad haber sido víctima de un delito: denunció que le habían robado el coche. Este, sin embargo, había sido localizado aquella misma noche, minutos más tarde, en el barrio del Zaidín por la Policía Local de Granada, que lo llevó al depósito.
Los hechos se remontan a la noche del Día de Todos los Santos. Granada estaba ya casi desierta porque había entrado ya en vigor el toque de queda a las 23.00 horas. Fue sobre la una de la madrugada cuando se produjo el referido siniestro y se vieron implicados dos vehículos: un Citröen azul que conducía un veinteañero y un Ford Fiesta, el coche de A. L.
El primer vehículo estaba parado en un semáforo y el de A. L., al llegar a la intersección del Camino de Ronda con Calle Marqués de Mondéjar, no respetó la fase semafórica roja que le afectaba y se produjo un choque entre ambos. Lejos de bajarse de su auto, A. L., según figura en el atestado policial, huyó.
El siniestro se saldó afortunadamente sin heridos y la Policía Local se puso manos a la obra. Los agentes localizaron rápidamente el Ford Fiesta descrito por el conductor embestido. El coche tenía desperfectos compatibles con el choque y estaba estacionado en la Avenida de Dílar. Lo retiró la grúa.
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Al día siguiente, 2 de noviembre, A. L. acudió a la Policía Nacional para denunciar la sustracción de su vehículo, que afirmó haber dejado estacionado en la calle Emperatriz Eugenia. Los agentes le aclararon que el coche había sido encontrado en el Zaidín y que había acabado en el Depósito porque se había visto implicado en un accidente. El hombre siguió fabulando: negó haber protagonizado él el siniestro y aseguró que «dejó su vehículo bien estacionado» y que alguien había debido «robárselo» con una llave que había extraviado.
Dos días tardó en contar la verdad. El 4 de noviembre A. L. acudió a Comisaría y recoció que los hechos que había denunciado eran falsos y que había huido del siniestro «al objeto de evitar las consecuencias del accidente, ya que en estos momentos su situación económica es muy mala debido a que las ventas en su negocio se han reducido bastante desde que comenzó el confinamiento».
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Sin dormir
Inventarse aquella historia había robado el sueño a A. L., que decidió confesar que la sustracción había sido ficticia a fin de «solucionar el asunto de una vez por todas». Desde lo ocurrido no había pegado ojo. En ese momento fue detenido y, aunque se halla en libertad, está inmerso en una causa penal. Ya el día 5, admitió ante la Policía Local que iba a «una velocidad de entre 60 y 70 km/h» la noche del siniestro y que tenía prisa por la hora y por el toque de queda.
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