Ttrabajadores del centro de salud Gran Capitán rindieron ayer homenaje a José Manuel Fernández (en la foto pequeña), médico de familia fallecido por el coronavirus. Alfredo Aguilar

Desolación en la despedida a un «gran guerrero»

Los trabajadores del centro de salud de Gran Capitán rindieron homenaje ayer a José Manuel Fernández, el primer médico fallecido en Granada por Covid-19

Viernes, 24 de abril 2020, 02:41

«Luchó incansable hasta el fin», se oyó ayer, una y otra vez, a las puertas del centro de salud de Gran Capitán. Estas palabras ... iban dirigidas a José Manuel Fernández, médico de familia del Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) de ese ambulatorio, un «gran guerrero» que estuvo en primera línea de batalla hasta el último momento en el que sus fuerzas se lo permitieron. Fernández estuvo el pasado 2 de abril de guardia visitando hogares de pacientes con coronavirus y otras patologías, así como diversas residencias, tal y como llevaba haciendo desde que la pandemia arrancó.

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«Parecía que estaba perfectamente. Siempre ha tenido mucha fortaleza y estaba como todos los días», cuenta su compañera Manuela Pérez. Pero, al día siguiente, el 3 de abril, el médico fue ingresado directamente en la UCI del Virgen de las Nieves a causa de las complicaciones que el virus le había ocasionado. A pesar de los esfuerzos de los sanitarios, este miércoles se confirmó su fallecimiento. José Manuel Fernández es el primer médico que ha perdido la vida por el coronavirus en la provincia de Granada.

Ayer, las puertas del centro de salud donde José Manuel acudía a trabajar cada jornada, se inundó de un silencio capaz de comunicar cientos de sentimientos a la vez. Desolación, entrega, admiración. Tristeza e impotencia a partes iguales. Y ante todo, un cariño inmenso ganado a base de sonrisas y apoyos que siempre afloraban hasta en los momentos más crudos. Para sus compañeros, José Manuel Fernández era un guerrero con un corazón repleto de bondad. Y para honrar la memoria de «un ser único», los trabajadores del centro guardaron ayer silencio durante cerca de cinco minutos para mostrar su respecto a un hombre «que llegaba el primero y se iba el último». Un acto que también se repitió en otros centros de salud de la provincia.

No importaba el cansancio, los horarios o la crudeza de lo que en ocasiones les tocaba vivir. Cuando alguien le necesitaba, José Manuel era el primero en acudir. «Luchaba siempre en primera línea, pero no solo por sus pacientes, sino por todos nosotros. Peleaba por nuestros derechos y por nuestro bienestar. Cuando estaba a nuestro lado, sabíamos que todo iba a salir bien», cuenta Reyes.

Isabel López no puede evitar romper a llorar cuando le preguntan por su compañero. «Era único», dice. Humilde, austero y cariñoso son algunos de los calificativos que quienes acompañaron a José Manuel en su trayectoria usan para describir a este hombre de cerca de 60 años que estuvo hasta el último momento batallando contra el virus.

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Cuando los primeros casos de Covid-19 empezaron a llegar a Granada, en el centro de salud le comentaron a este médico y al resto de los que rondaban los 60 años la posibilidad de quedarse en la «retaguardia» para no estar tan expuestos ante el virus. Pero él lo tuvo claro: si alguien necesitaba su ayuda, iría donde fuera necesario para brindársela. Por eso, cada jornada, visitaba hogares, residencias y todos los sitios necesarios para tratar a los pacientes. «No importaba la hora, él siempre estaba dispuesto a acudir donde fueras. Era un guerrero que siempre estaba en primera línea», explica Alfredo, otro trabajar del centro.

«Estamos rotos de dolor. Tenía una forma especial de tratar a los pacientes. Un carisma único. Iba a ver a las ancianas y lo primero que les decía era que parecían jovenzuelas. Conseguía siempre sacarles una sonrisa», cuenta López.

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Silencios de despedida

Cuando los trabajadores del centro de salud de Gran Capitán conocieron la noticia del fallecimiento de José Manuel, no podían, ni querían, creérselo. Pero necesitaban demostrarle a su compañero, a su mujer Belén y a toda su familia lo que sentían por este médico y lo importante que había sido para todos ellos. Por ello, ayer, todos los trabajadores de este centro decidieron salir a las puertas a rendir homenaje a «un gran luchador».

Un acto al que se sumó el delegado de Salud, Indalecio Sánchez-Montesinos, que acudió al encuentro para mostrar sus condolencias por el fallecimiento de este médico. Un pésame que también dieron, en la distancia, el Colegio de Médicos y los sindicatos, que recalcaron el pesar de toda al comunidad por esta pérdida e incidieron en el peligro que corren los sanitarios por enfrentarse al virus sin las protecciones adecuadas.

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Los trabajadores de Gran Capitán tenían previsto guardar ayer un minuto de silencio para honrar la memoria de José Manuel, pero les parecía poco. Sentían que todo era poco para él. Por eso, ese silencio se alargó cinco minutos. Y no solo se sumaron los sanitarios que habían compartido con él su día a día, sino también los vecinos de la zona, los comerciantes y los farmacéuticos. No había ni un solo sonido. Nada. Solo un silencio que sobrecogía.

Una quietud solo rota por las campanas de la iglesia, que con su replicar mostraban que la hora prevista para el homenaje, las doce del mediodía, había llegado. Y al unísono, todos los presentes aplaudieron. A una, con fuerza y llenos dolor. Convertidos en uno para honrar a quien había luchado hasta el final y había logrado conquistar toda alma que estuvo a su paso.

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