El Rey Juan Carlos saluda desde el palco a los aficionados congregados en el Palacio de los Deportes junto a Torres Hurtado, Sáez y Báñez
MUNDIAL DE BALONCESTO

Estreno 'real' de España

La presencia del Rey Juan Carlos en el Palacio otorga aún más caché al estreno de España en este Mundial

Juanjo Martín

Domingo, 31 de agosto 2014, 12:37

Entre monarcas anda el juego. Si el pasado lunes fue el Rey Felipe VI quien se acercó a animar a la selección española, anoche le ... tocó el turno al otro Rey que se mantiene vigente en nuestro país. Su Majestad Juan Carlos I encabezó el palco de honor del Palacio de los Deportes, que se engalanó para acoger tanto al miembro de la Familia Real como a los otros monarcas, los que se visten de corto y aspiran al trono en este Mundial. Todos ellos se reunieron en el vestuario de la selección una vez concluido el partido, un cónclave en el que hubo un sentimiento unánime de que España pudiese llegar lo más lejos posible en la competición. Juan Carlos I saludó a los integrantes de la plantilla nacional y departió con algunos de forma animada.

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Los hombres de Orenga se vieron obligados a abdicar hace cuatro años en Turquía por un letal triple desde ocho metros de Teodosic y ahora quieren reclamar su sitio. Precisamente el base serbio se encargó de abrir la competición en el pabellón del Zaidín. Fue durante el encuentro entre Egipto y Serbia, en el que unas cuatro mil personas fueron testigos del comienzo de un histórico Mundial en Granada. Quién sabe lo que deparará el futuro, pero la ocasión que ha brindado la FEB de disfrutar con este gran evento y con una España aspirante al oro se antoja única. De ahí que no importe sacrificar la siesta y que ni siquiera el calor de las tres y media de la tarde pueda impedir un notable colorido en el graderío.

Los aficionados granadinos e hispanos en general evitaron las calvas en los asientos del Palacio, mientras que los extranjeros aportaron los cánticos. Al principio en serbio y luego en francés, pues el canto de la Marsellesa retumbó en la instalación del Zaidín gracias a las gargantas de Les Bleus. Una lástima que el himno español no posea letra, pues en ese caso el Palacio se habría caído con el clamor. Los franceses aportaron el toque original al emplear camisetas con mangas como equipación, en vez de las habituales de tirantes. Cuestión del márketing, que devora todo el deporte.

El pabellón nazarí vivió una circunstancia insólita hasta el momento, pues entre el segundo y el tercer partido se procedió a desalojarse. Este procedimiento se debe a que los partidos de España corresponden a otra sesión, por lo que es necesario un abono o una entrada distinta a la que permite el acceso a los dos primeros partidos de cada jornada. Si alguno pensaba que iba a ser fácil distraer a las fuerzas de seguridad para colarse y ver a España se llevaría una decepción, pues se inspeccionó el pabellón de arriba a abajo para que eso no fuese posible.

Antes del choque de España, Orenga se acercó al set de Mediaset muy criticada su retransmisión en las redes sociales y se tomó un café. Si es que está claro que las diez de la noche no son horas para jugar un Mundial. El seleccionador ingirió una dosis de cafeína para estar bien despierto en el partido. Eso sí, seguro que luego le entró modorra en cuanto vio la exhibición de Pau Gasol (33 puntos y 8 rebotes).

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Con encuentros así de sencillos, seguro que no le costó coger el sueño, por mucho que llegase ya de madrugada al hotel. Pau se coronó una vez más en la pista y quizá por eso el Rey Juan Carlos estuvo tan afable luego con los jugadores en su visita al vestuario español. El monarca se encontraba entre iguales.

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