Adidas rechazó a Jordan por ser "demasiado bajito"

La firma del mejor baloncestista de la historia por la marca deportiva Nike dio comienzo a uno de los acuerdos más rentables de la historia del deporte, que reserva un sitio privilegiado en su olimpo para el "Dios que se disfrazó de jugador de baloncesto"

ideal.es

Miércoles, 5 de agosto 2015, 00:17

Los responsables de decidir los designios de las franquicias de Houston y Portland -allá por el año 1984- deben seguir tirándose de los pelos, incrédulos ... ante la -ahora nada acertada- resolución de no elegir en el Draft de aquel año a un tal Michael Jeffrey Jordan, en detrimento de Hakeem Olajuwon y Sam Bowie, respectivamente.

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El ídolo del basket en redes sociales que arrasa imitando a los jugadores de la NBA

Así fue como Chicago Bulls acabó llevándose el gato más preciado de la historia del baloncesto al agua, convirtiendo al eterno '23' en una leyenda de este deporte, que perdurará por los tiempos de los tiempos, y cuya sombra jamás acabará por difuminarse, mientras los nostálgicos de esta disciplina tengan algo que decir en este mundo.

Pero Houston y Portland no son los únicos que han cubierto el 'muro de las lamentaciones del básket' con lágrimas de arrepentimiento, pues la marca alemana Adidas tuvo la oportunidad de haber patrocinado a Jordan, pero desechó esta posibilidad por ser éste "demasiado bajito".

Tras haber recibido una oferta de 100.000 dólares por temporada de Converse, declinada por la futura estrella, Phil Knight, director ejecutivo de Nike, entra en escena, para llevar a cabo una de las apuestas más rentables de la historia del deporte, comenzando así el idilio más productivo y beneficioso que la NBA recuerda.

Nike y Jordan, hasta que la muerte los separe

La marca deportiva estadounidense, que por 1984 contaba con 30 veces los ingresos de los que gozaba diez años atrás (pasó de 27,8 a 867 millones al año) ofreció a Jordan 500.000 dólares por temporada durante cinco años, casi el triple del mayor acuerdo que existía en aquel momento; con la única condición de que en uno de sus tres primeros años lograra: ser el mejor novato, participar en un All Star o promediar 20 puntos por partido durante la temporada. Jordan cumplió los tres objetivos en su año de debut.

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Tal era la locura que despertaba el astro de los Bulls que hasta las multas impuestas por la NBA ayudaron a Nike a tener ganancias descomunales. Y es que la liga norteamericana obligó a sus deportistas a lucir zapatillas blancas, sancionando con 5.000 dólares por partido a cada jugador que lo incumpliera. No sólo a Nike le salió rentable pagar los 5.000 euros por partido para que Jordan pudiera mostrar sus codiciadas zapatillas negras y rojas, sino que ese modelo cosechó durante la primera temporada unos beneficios para la empresa de más de 100 millones.

Nike había creado un logo (el Jumpman) y una marca (Air Jordan) para la joven promesa, que hasta el momento de la emisión de la película Space Jam, ya contaba con la nada despreciable cifra de once modelos diferentes, entre los que se habían lucido algunos con los que el mítico '23' consiguió hacer historia: 6 anillos, 2 oros olímpicos y 21 récords.

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De Jordan se han llegado a afirmar cosas al alcance de prácticamente ningún deportista, como la ya célebre frase de Larry Bird: "Esta noche Dios se ha disfrazado de jugador de baloncesto"; o aquella otra de uno de sus entrenadores, Doug Collins, que fue cazado en una ocasión diciéndole a sus jugadores: "Pasadle el balón y apartaos de su jodido camino".

Hay vida después de Jordan

Desde que Michael Jeffrey Jordan y Nike se dieron el 'sí quiero', la marca deportiva no ha dejado de ingresar cantidades ingentes de dinero explotando la imagen del mejor jugador de la historia del baloncesto, incluso después de su retirada.

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El logo del Jumpman ha cubierto los pies de Ray Allen, Reggie Miller, Carmelo Anthony o Russell Westbrook, entre otros, lo que ha ayudado a mantener vivo el mito, pero sobre todo, la marca, aún inmensamente rentable para la empresa.

De hecho, en 2014, Michael Jordan se alzó como el deportista retirado con mayor nivel de ingresos (100 millones), y la marca deportiva a la que se unió de por vida, Nike, también lideró su sector, con unas ganancias totales de 30.000 millones de dólares. Para hacerse una idea de lo rentable que ha resultado aquella apuesta, sólo hay que señalar que -aún hoy- la mitad de las zapatillas que se venden en EE UU tienen la silueta y el nombre del eterno 'Dios' del baloncesto, Michael Jordan.

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