Fernando Martín, el inmortal
Cuando España se asomaba al mundo con un comprensible complejo de inferioridad apareció un tipo alto, fuerte y guapo, de mirada desafiante, que nos enseñó que no había que temer a nada ni a nadie
Todos los seres humanos somos diferentes, pero unos más que otros. Incluso en la pasarela del deporte en la que abundan los especímenes singulares, Fernando ... fue un enorme caso aparte. Cuando España se asomaba al mundo con un comprensible complejo de inferioridad apareció un tipo alto, fuerte y guapo, de mirada desafiante, que nos enseñó que no había que temer a nada ni a nadie. Las chicas lo adoraban. Los chicos lo admiraban. En un país como el nuestro lo tenía todo para ser criticado, porque, además, de puertas afuera era reservado. Pero su magnetismo y naturalidad apabullaron. Su inconformismo inagotable hizo el resto.
Publicidad
Seguir leyendo: Fernando Martín, el inmortal
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión