Pau Gasol parece decirle a Rudy, de espaldas a la izquierda, que se ponga a punto con Ricky de testigo.

Un Palacio de los Deportes al rojo vivo

La selección llega convencida de que allanará en Granada su camino hacia el título mundial

Víctor M. Romero

Viernes, 29 de agosto 2014, 01:47

La ÑBA ya está aquí. La selección española está concentrada en Granada para buscar su segundo entorchado mundial, el primero en casa tras el conseguido ... en Japón tras aquella paliza monumental a Grecia. Los guerreros de Juan Antonio Orenga están convencidos de que allanarán el camino hacia el título en el parqué del Palacio, donde diez mil gargantas les llevarán en volandas hacia el triunfo y el liderato del grupo A.

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El camino hacia el trono se inicia para el anfitrión junto a la Alhambra, donde España va a posicionarse de cara a los cruces, ahí quizás espere la herida Argentina, a la que vapuleó en Madrid sin piedad hacia los veteranos 'ex ACB' Luis Scola, Prigioni, Nocioni o Herrmann. Las notables ausencias de los adversarios, ilustres como Ginóbili en la albiceleste, animan aún más a España y sus seguidores. El título no se puede escapar y todo empezará mañana en el parqué zaidinero frente al exótico e inofensivo combinado de Irán, solo el aperitivo.

En casa, mejor

La selección se hospeda en el hotel Nazaríes desde la noche del miércoles, los internacionales llegaron de forma escalonada y por libre. Juan Antonio Orenga les había concedido dos días de descanso tras una intensa preparación. Todos pudieron volver a sus hogares y recargar las pilas junto a la familia para viajar a Granada por métodos particulares. Felipe Reyes, la principal preocupación, llegó desde Madrid junto a Llull, Ibaka, Rudy, Orenga, Claver y otros miembros del cuerpo técnico. Pau, Navarro y Marc venían desde Barcelona. Son las ventajas de tener el Mundial en casa.

Reyes aterrizó en el aeropuerto Federico García Lorca, se fue al hotel y desde allí raudo a una clínica para someterse a unas pruebas que determinen el alcance exacto de la dolencia que le impidió jugar el último amistoso. Arrastra sobrecarga y el temor es que pueda padecer una microrrotura fibrilar o, mucho peor, romperse. Está entre algodones.

Ayer volvieron a activarse todos por la tarde, incluidos Rudy Fernández y Abrines, ya recuperados de sus molestias. El alero blanco no ha querido forzar durante la preparación, pero cree que estará a tope en el aspecto físico. El entrenamiento, en principio previsto para la mañana en el pabellón Núñez Blanca, se pasó a la noche, al Palacio de los Deportes, que ya sí estaba acondicionado con sus mejores galas para la gran cita del Mundobasket. La selección está al completo y no hay necesidad de forzar a Reyes, Rudy y Abrines en los dos primeros choques, los más suaves. Irán a por el oro, seguro, pero más tarde. No hay prisa.

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