Patio con chatarra en el chalet okupado. S. M.
Okupas en Granada

Denuncian ruidos e insalubridad de un chalet okupado junto a su urbanización

Una decena de vecinos de Bola de Oro reclaman una solución a un problema que sufren desde hace ya más de dos años

Domingo, 24 de agosto 2025

La piscina comunitaria que comparten Raúl y sus vecinos está prácticamente sin bañistas hace dos años, el tiempo que un chalet contiguo a su ubicación ... lleva okupado. «Aquí vemos de todo. Mosquitos, cucarachas y hasta ratas», lamenta el portavoz del residencial. Desde los jardines compartidos ven el origen de esta situación: una piscina de color verdoso y dos grandes patios repletos de chatarra, plásticos y comida putrefacta que, tal y como ellos mismos relatan y observan, «no deja de aumentar día tras día».

Publicidad

El mal olor incrementa con las altas temperaturas y hace que estos ciudadanos tengan molestias también al estar en sus patios y balcones. «No podemos salir de nuestras casas ni tampoco dejar las ventanas abiertas. La piscina que tienen en esas condiciones es un foco de mosquitos», explican.

El acero se apila de tal manera en el chalet que forma grandes montañas de chatarra. Son sartenes, ollas, restos de vallas o carritos de la compra. También hay latas de conserva y restos de muebles o electrodomésticos y chapas metálicas.

Según cuentan los vecinos, en el inmueble vive solo una pareja, pero la entrada y salida de personas de la edificación es habitual. «Organizan fiestas en la terraza y barbacoas que dejan encendidas hasta las tantas de la madrugada. No estamos a salvo», expresan. Temen que en una de esas fogatas toda la vegetación que hay en la parcela okupada se prenda y las llamas lleguen hasta su urbanización.

Publicidad

Enfrentamientos

A ello suman el ruido de la música y los gritos hasta las tantas de la mañana, lo que dificulta que puedan conciliar el sueño y abrir sus ventanas, sobre todo en verano.

El panorama empeora cuando recuerdan algunos de los problemas de convivencia que han tenido con estos 'inquilinos'. «Han llegado a enfrentarse a nosotros y a insultarnos cuando hemos tratado de mejorar la situación a través del diálogo», dicen. La visión con los okupas es directa desde sus balcones y terrazas, momento en el que se producen estos altercados y que genera un ambiente de incomodidad para quienes están en sus propiedades.

La parte trasera de las diez viviendas que componen el residencial va a parar al terreno en el que se ubica el inmueble que ocasiona las molestias.

Los afectados llaman a la policía cuando sufren alguno de estos inconvenientes, pero se quejan de que no se actúa ni se toma ninguna medida. Reclaman una solución que les permita «hacer vida con normalidad». Afirman que han trasladado sus quejas al Ayuntamiento de Granada a través de distintas incidencias, pero que no se les ha dado ninguna respuesta hasta el momento. «Tiene que haber alguna forma de poder ayudarnos», relatan desesperados.

Publicidad

Este periódico trató de pulsar la opinión del Ayuntamiento de Granada, pero no obtuvo ninguna respuesta.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad