Decenas de granadinos afectados por la huelga de autobuses: «No vamos a llegar al examen»

En Gran Vía, locales y turistas se agolpan en las mismas a la espera de un autobús que parece no llegar nunca. Verónica y Rosella llevan casi media hora a la expectativa. «¡Ahí viene!», exclama Verónica. «Ah, no, no es», lamenta segundos después. Los nervios por empezar el día corriendo le han jugado una mala pasada. «No vamos a llegar», dice convencida Rosella. Hoy tiene que presentarse al examen del carné de conducir. Solo quedan veinte minutos para la convocatoria. Ante la incertidumbre, estas jóvenes han optado por coger un taxi. El objetivo es «llegar como sea».

Al igual que les ha pasado a estas chicas, la confusión ante la falta de autobuses rojos y la desesperación por acudir tarde al trabajo o perder un viaje empuja a la inmensa mayoría a optar por un taxi, que desfilan por Granada a un ritmo vertiginoso. Las paradas de autobús, en especial, se han convertido en una auténtica competición. Las luces naranjas son las grandes protagonistas. Encontrar un vehículo que no esté ocupado «parece misión imposible».

Así lo creen Kristina y Janna, dos turistas alemanas que tras cinco días visitando la ciudad de la Alhambra hoy tienen que tomar un autobús al aeropuerto de Málaga para poder volver a casa. Se han hospedado en el barrio de Fígares, así que la parada del 33 que está junto a la sala Zaida de Caja Rural, en Puerta Real, les ha parecido la mejor opción para ir a la estación de autobuses. Tras veinte minutos de espera, se han dado cuenta «de que algo estaba pasando».

«Había mucha gente en la parada, pero no venían autobuses y no hay un cartel ni nada que explique por qué, ni en español ni en inglés para los que son de fuera. Solo cuando llega uno ves que hay servicios mínimos, pero habrá quien tampoco lo entienda», explica Janna. La ausencia de información y la barrera del idioma están volviendo locos a los extranjeros, que no entienden nada.

Los taxis se han convertido hoy en el salvavidas de más de uno. Desde la gremial, Ramón Alcaraz señala que la flota ya se ha ampliado para estos días de Corpus, pero «hoy está siendo un no parar desde primera hora». «No damos abasto. Yo me he montado a las ocho de la mañana en el taxi y desde entonces no me he podido bajar ni un segundo», comparte. Esta es la alternativa más cotizada.

Con todo, el metro también va a rebosar. En la boca de la calle Recogidas no para de entrar y salir gente. Muchos se han decantado por esta opción para «moverse con tranquilidad». Como Jose, que cada día coge la línea 4 de autobús para ir del Zaidín al entorno de la Catedral y esta mañana ha preferido no jugársela. «Sabía que había huelga y no quería arriesgarme a llegar tarde. Lo bueno del metro es que conecta muy bien con el centro», apunta.

Sin autobuses y con los taxis a tope, Granada avanza en una jornada marcada por el paro de 24 horas convocado por los trabajadores de Alsa, que exigen a través de esta y otras movilizaciones que la empresa mejore sus condiciones.

Desde Alsa, indican que la jornada se está desarrollando «con normalidad dentro del contexto de servicios mínimos». Se ha producido un «pequeño retraso» a primera hora porque los autobuses han empezado a funcionar veinte minutos más tarde de lo previsto. Por el momento, no se ha registrado ninguna otra incidencia.

Los servicios mínimos de autobuses urbanos arrancaron anoche a las doce con los destinados al ferial de Almanjáyar. Esta mañana, entre las seis y las nueve, ha habido un 30% de la flota en la calle. Una vez retirados, ha quedado un coche por línea. Se espera que sobre la una del mediodía vuelva a salir el 30% de servicios mínimos. A las cuatro de la tarde volverán a retirarse y quedará de nuevo un coche por línea hasta fin de servicio.

En este paro de 24 horas está participando el 100% de los trabajadores, según el presidente del comité de empresa de Alsa, José Manuel Roldán. «Un punto para desbloquear la negociación era irse con el tiempo de descanso a 2027. Ayer lo aceptamos con unas condiciones que la empresa también aceptó. Inexplicablemente, volvieron a decirnos que a la subida salarial había que restarle algún coste y no estamos dispuestos», apunta. Hoy, a las cuatro de la tarde, las dos partes se reunirán para seguir negociando.