El doctor Gabriel Heras. IDEAL

De atender el primer caso grave de Covid a dirigir la UCI de Motril

Gabriel Heras. Vivió lo más crudo de la pandemia en un hospital de Madrid, del que recuerda la desesperación de los sanitarios. Ejerce desde septiembre en el Santa Ana de la Costa, donde quiere humanizar la medicina

Domingo, 11 de octubre 2020, 00:16

El 27 de febrero en la UCI del hospital de Torrejón de Ardoz se detectó al primer paciente grave de coronavirus. Entonces, pocos se imaginaban ... lo que estaba por venir. En ese centro sanitario estaba Gabriel Heras, médico intensivista, que unas semanas después también se contagió del virus y tuvo que confinarse en casa. Heras está ahora al frente de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Santa Ana de Motril. Mucho antes de que este virus llegara para ponerlo todo patas arriba, este médico madrileño puso en marcha junto a otros profesionales un proyecto de humanización de la Sanidad. Cree que el coronavirus ha puesto en evidencia lo imprescindible que es que la atención a los pacientes no sólo se centre en la técnica y sea más humana. Su reto, ahora, es implantar este plan de humanización en el Área Sanitaria Sur de Granada.

Publicidad

«No tiene pinta de que nada vaya a mejor», apunta este profesional sanitario que recuerda cómo poco menos de un mes después de que se detectara el primer caso de positivo por Covid-19 en su hospital, se cambiaron los medios de protección de los sanitarios. «Gran parte de nuestro equipo, entre ellos yo mismo, nos contagiamos cuando los EPI cambiaron», afirma.

Aquellos primeros días, cuando todo era completamente desconocido, fueron complicados. Él lo reflejó en un libro, 'En primera línea', que escribió mientras estaba confinado tras dar positivo. «Contar lo que había vivido me sirvió. Ha sido mi terapia. Hay muchos compañeros que tienen aún secuelas de aquellos días. Que tienen miedo de ir a trabajar y contagiar a sus familias», explica.

Ahora, en Motril, indica que se ha encontrado una situación mucho más tranquila. El Área Sur Sanitaria ya soportó mejor que otros puntos de la provincia la primera ola de este virus que lo ha cambiado casi todo.

Publicidad

Heras asegura que la situación actual no puede compararse con la anterior. «Ahora los contagios son más paulatinos, no se ha dado el colapso que se produjo en marzo. Además, el tratamiento ha cambiado mucho. Ahora sabemos que hay cosas que usamos entonces y que no funcionan», indica este médico, que considera que en aquel inicio de una primavera que casi no existió, muchas decisiones «se basaron más en el miedo que en la ciencia».

«Murió mucha gente sola. No se dejaba a los familiares hacer visitas. Afortunadamente hemos conseguido que eso se cambie», explica. Heras apunta que si un enfermo está grave, su familia puede entrar a verlo con las protecciones necesarias. «Se deshumanizó totalmente la atención sanitaria. Pero al mismo tiempo nos dimos cuenta de lo importante que es el contacto o ver la cara de la persona que te está atendiendo», apunta.

Publicidad

Su idea de hacer la medicina más humana viene de atrás. En 2013 se plantó. Decidió dejar la medicina porque vio que cambiar las cosas era muy difícil y que no le hacía feliz su trabajo. Sin embargo, tras unos meses de reflexión decidió pasar a la acción. Regresó a su hospital y puso una línea roja:volvía, sí, pero con la intención de que las cosas cambiaran. Y así nación el proyecto HU-CI, en el que junto a profesionales, primero sólo de la Salud, y más tarde también de otras disciplinas, se propuso humanizar los cuidados intensivos.

Se trata de aplicar 160 medidas, recogidas en siete grandes líneas estratégicas. Fomentar una mayor presencia familiar, con flexibilización de los horarios, mejorar la comunicación entre familiares y sanitarios, que se atienda el proceso de la muerte, se manejen las secuelas que quedan después de la UCI, haya atención psicológica tanto para personal sanitario como para familias en Cuidados Intensivos y se hagan las mejores estructurales necesarias. «El 70% de las medidas no requieren inversión, sino un cambio de perspectiva», apunta.

Publicidad

Su intención es que esta humanización llegue al hospital de Motril y a todo el Área Sur y se certifique. Heras tiene claro que hay que poner en el centro a las personas. Y que eso es una cuestión en el que tienen que implicarse sanitarios, familiares y pacientes.

«El corovanirus tiró por tierra parte de lo que habíamos avanzado en la humanización, pero al mismo tiempo ha sido el mejor marketing para mostrar su importancia». asevera.

En su libro, Heras refleja el agotamiento, el miedo o la desesperación que sufrieron los sanitarios en los primeros momentos de la pandemia. Pero más allá de aquello, este médico tiene claro que hay que cuidar la Sanidad desde una perspectiva mucho más amplia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad